Informativos Antena 3:
Matías Prats:
"Una noticia de última hora, esta niña que ven en la imagen se llama Lía, tiene cuatro años y desapareció ayer a las ocho de la tarde en San Andrés del Rabanedo, en León."
- ¡Es Lía! - Dijo Cristina sorprendida.- La hija de Delfi.
- ¿Crees que aparecerá pronto? - Preguntó Ainhoa preocupada.
- Eso espero.- Le dijo preocupada.-¿Hace cuánto que no la ves? - Le preguntó refiriéndose a Delfi.
- Tres semanas, demasiado para mi gusto. - Le respondió Ainhoa.
- ¿No volveréis a hablar, verdad?
- No hay nada de que hablar, el tiempo para eso ya se pasó. Es muy tarde.-Le respondió comiendo.- Yo no me porté bien con ella, tenía que haber hecho bien las cosas y no las hice.
- Comprendo.
- Solo espero que aparezca.- Le dijo refiriéndose a Lía. - Lo digo en serio. Es muy pequeña, espero que no le hagan daño.
- Pues como no la encuentren pronto...Sólo tiene cuatro años, y la verdad es que la niña es guapa.-Añadió Cristina.
- Como su madre.-Dijo Ainhoa sonriendo al acordarse de Delfi.- Saldría a buscarla.
Cristina la miró sorprendida.
- ¿Crees que organizarán partidas o algo?
- No lo sé, - le respondió - pero me gustaría salir a buscarla, la verdad. A ver no quiero nada en plan película pero si puedo ayudar...
- Ya, lo importante es la niña.
- Claro.
Esa tarde las dos se fueron a trabajar y más tarde volvieron a casa.
- ¿La has visto? - Le preguntó Cristina refiriéndose a Delfi.
- No. Y a Lía tampoco, ¿y tu?
- Qué va, a ninguna de las dos.
- Mañana saldré a ver si veo a Lía, como es mi día libre.
- ¿Te acordarás de su cara?
- Claro, lleva dos días saliendo en la tele.- Le recordó.- Además, tu sabes que aún así me acordaría de su cara.
- Sí, eso es verdad.- Hizo una pausa.- ¿Tienes miedo?
- Tengo miedo de lo que puedan hacerle a la niña o lo que ya le hayan hecho...y de volver a verla.- Le respondió refiriéndose primero a Lía y después a Delfi.
- No creo que esté enfadada.- Le dijo Cristina refiriéndose a Delfi.
- Ya, pero...No sé, hace mucho que no nos vemos ni hablamos. La última vez ella no me vio y a mí me da mucha vergüenza acercarme a ella.- Le explicó. - Para mí el simple hecho de saludarla es como una falta de respeto después de todo lo que pasó.
- Fue un malentendido, y fue hace mucho tiempo.
- Pero nunca hemos vuelto a hablar, simplemente: Hola o adiós, y no me he atrevido ni a mirarla a la cara.- Le explicó Ainhoa.
- ¿Crees que os faltó una conversación?
- Sí, por mi parte sí.- Le respondió. - Yo creo que me faltó aclarar algunas cosas, pero ahora ya...
- Es muy tarde.
- Sí. - Le respondió. - Pero bueno no es momento de pensar en eso, ahora lo importante es Lía.
- Sí.
Las dos terminaron de cenar, vieron la tele un rato y se fueron a dormir.
- Yo me voy, están todo el tiempo repitiendo lo de Lía y no me apetece verlo. - Dijo Ainhoa.
- Hasta mañana.
Al día siguiente Cristina se fue a trabajar y Ainhoa salió a ver si veía a Lía. Fue a la calle de Delfi y al verla salir del edificio se alejó un poco para que no la viera. Delfi se fue y ella estuvo merodeando por las calles de los alrededores. Estuvo dando vueltas por la ciudad mirando atentamente por todos lados pero no la encontró. Volvió a casa para comer y repitió la misma rutina por la noche por otras calles de la ciudad. A las once volvió a casa.
- Ainhoa, al fin has llegado. Pensaba que ibas a venir antes.- Le dijo Cristina preocupada.
- ¿Has visto las noticias? - Le preguntó.
Cristina negó con la cabeza.
- No ha aparecido. - Le dijo.
Ainhoa se sentó en el sofá y empezó a llorar en silencio.
- Aparecerá. - Le dijo Cristina poniéndole una mano en la espalda.
Las semanas pasaron y Ainhoa siguió buscando a Lía, igual que las autoridades, sus padres, amigos y familiares.
Una noche Ainhoa volvía de trabajar, andando.
- No, no, pare.- Dijo una voz infantil.- Pare por favor, más no.- Dijo sollozando.
- Venga pequeña un poco más. - Dijo una voz ronca.- Con lo guapa que eres.
- No.- Sollozó la niña.
- Hace una semana que nos conocemos, es tiempo más que suficiente. - Dijo el hombre riéndose. - Ven aquí anda.
- ¡¿Lía?!- Preguntó Ainhoa.
- Quiero irme con mi mamá. - Dijo Lía sollozando.
- ¡¿Lía?!- Volvió a preguntar Ainhoa acercándose a la voz.
Cuando llegó hasta ella vio al hombre de espaldas mirando a Lía poniéndole una mano en la cadera y acariciándole la mejilla con la otra mano.
- Qué guapa eres, princesa. - Le dijo el hombre acariciándole la mejilla mientras Lía intentaba apartar su cara.
Ainhoa se acercó a ellos e intentó abrazar a Lía, pero el hombre la apartó.
- ¡Suéltala!- Le dijo ella.
Lía miró aterrada a Ainhoa. Un desconocido la había raptado y había intentado tocarla, y otra desconocida estaba enfrentándose a su secuestrador. Tenía miedo.
- Tranquila.- Le dijo Ainhoa mientras la abrazaba para liberarla de las manos de ese hombre.- Yo conozco a tu mamá, no te voy a hacer daño.
Lía se tranquilizó un poco pero seguía teniendo miedo.
- ¡Quítale las manos de encima!- Le dijo Ainhoa enfadada a aquel hombre mientras abrazaba a Lía fuertemente.
- Mi mamá, - dijo Lía llorando,- ¿y mi mamá?
El hombre siguió intentando separarlas.
- Tranquila.- Le susurró Ainhoa al oído a Lía. - Vamos a buscarla, ¿vale? Vamos con tu mamá, cariño.- Le dijo abrazándola y dándole un beso en el pelo.
Ainhoa la tomó y le dio un codazo a aquel hombre en el estómago. Él se encorvó por el dolor y retrocedió. Ainhoa aprovechó ese momento para abrazar a Lía fuertemente y sacarla de allí corriendo.
Corrió con ella en brazos un par de minutos hasta que llegaron a un parque.
- ¿Estás bien?- Le preguntó Ainhoa.
- Sí. - Asintió la niña. - Mi mamá. - Dijo mirando a su alrededor y buscando a su mamá.
- Tranquila, ¿sabes su número de teléfono? - Le preguntó Ainhoa.
- No.- Le respondió Lía nerviosa.
- ¿Sabes dónde vives?¿El nombre de la calle? - Le volvió a preguntar Ainhoa tranquilamente. Lía estaba nerviosa y tenía miedo.- Tranquila cariño,...Mira yo me llamo Ainhoa y conozco a tu mamá desde hace tiempo.- Le explicó. - No te voy a hacer daño, solo quiero llevarte con tus papás. ¿Te parece bien?
Lía se calmó un poco y asintió con la cabeza.
- Muy bien, princesa. Vamos a buscarlos. - Le dijo. -¿Me das la mano? - Le preguntó tendiéndole la suya.
Lía miró la mano de Ainhoa, dudó un momento pero al final la cogió.
- ¿Dónde vives, cariño?
- No lo sé.- Le respondió con miedo.
- ¿Sabes el número de teléfono de tus papás?
- No. - Le contestó Lía apunto de llorar.
- Tranquila, no pasa nada. - Le dijo intentando tranquilizarla. - ¿Quieres pasar esta noche en mi casa?
- No sé.- Respondió confusa.
- Mira, vamos a mi casa y pasas la noche allí. Mañana buscaremos una solución, ¿vale?
- Sí.
Ainhoa la llevó a su casa. Cristina salió al pasillo al oír la puerta y las vio a las dos.
- Hola. - La saludó Ainhoa.
- Hola, ¿podemos hablar un momento? - Le preguntó a Ainhoa al ver a Lía.
- Sí.
Ainhoa y Cristina fueron a la cocina.
- ¿Estás loca? - Le preguntó Cristina sorprendida.
- La he encontrado en la calle y no sabe dónde vive, ¿qué querías que hiciera?
- Es su hija.
- Ya sé que es su hija, ¿por qué crees que lo he hecho?
-¿Y qué piensas hacer?
- Esta noche se queda aquí, mañana la acompañaré a su casa.
- Si no sabe dónde vive, y tu tampoco.
- Pues llamaré a la policía, no la iba a dejar en la calle.
- ¿Y dónde va a dormir? - Le preguntó más calmada.
- En mi cama.
Cristina abrió los ojos como platos, pensaba que iban a dormir juntas.
- ¿Cómo vas a dormir con ella?¿Se te va la pinza o qué?
- Pero ¿qué dices? - Le respondió extrañada. - Yo dormiré en el sofá esta noche. ¿Cómo voy a dormir con ella? - Se hizo el silencio. - Voy a buscarle un pijama y a hacer la cena.
Ainhoa le sacó un pijama y se acercó a Lía.
- Te va a estar un poco grande pero es el más pequeño que tengo.- Le dijo dándoselo. - El aseo está ahí. - Le indicó señalándolo.
- Gracias. - Le dijo Lía, y fue a ponérselo.
- Su madre estará preocupada.- Dijo Cristina refiriéndose a Delfi.- Deberías avisarle de que está aquí.- Dijo mirando a Lía mientras se alejaba hacia el aseo.
- No sabe su número de teléfono, sino, ya la hubiera llamado.
- Y, ¿qué piensas hacer mañana? - Le preguntó. - No sabes dónde vive.
- Buscarla.- Le respondió. - ¿Vivimos en la misma ciudad, no? No puede estar muy lejos.
- Sí, eso sí. - Le respondió. - Y cuando la veas, ¿qué harás? Tendrás que decirle algo.
- Eso no lo había pensado.
- ¿Y qué ibas a hacer?¿Dejarle a Lía e irte?
- Sí, algo así. - Le dijo seriamente.
- ¿De verdad no piensas hablar con ella?
- ¿Y qué le digo?¿Qué hago?- Le preguntó con ojos tristes.- Si la veo y no me atrevo ni a mirarla a los ojos.
Lía salió del aseo y se unió a ellas. Cristina y Ainhoa dejaron la conversación.
- ¿Te gustan las hamburguesas, Lía? - Le preguntó Cristina.
- Sí. - Le dijo ella acercándose a la mesa. -¿Dónde dejo mi ropa?
- Déjala en el sofá y ven a cenar. - Le indicó Ainhoa.
Lía le hizo caso y se sentó en la mesa. Se arremangó y empezó a cenar.
- ¿En qué curso estás? - Le preguntó Cristina.
- En cuatro años.
Cristina puso la tele mientras cenaban.
"Hoy se cumple un mes desde que la pequeña Lía de apenas cuatro años desapareció en la ciudad de San Andrés del Rabanedo, en León. " - Informó Lourdes Maldonado.
- ¿Dónde has estado todo este tiempo? - Le preguntó Cristina.
- Estaba en una casa con el hombre que tu viste, - le dijo a Ainhoa.- Pero conseguí escapar, y después me volvió a encontrar.
- Lo importante es que ya estás a salvo, y vas a volver con tus papás. - Le dijo Ainhoa.
- Me vas a llevar con ellos, ¿verdad?
- Claro que sí, pero no sé cómo hacerlo.- Le dijo pensando. -¿Tu sabes ir a tu casa desde aquí?
- No, creo que no.
- Bueno, mañana buscaremos una solución.
Terminaron de cenar y un poco después se fueron a dormir.
- ¿Crees que la habrá tocado? - Le preguntó Ainhoa a Cristina.
- Sí. - Le respondió Cristina. - Pero yo si fuera tu no le preguntaría eso.
- No pensaba hacerlo.- Le respondió. - No paro de pensar en Delfi. Por una parte quiero verla pero por otra...
- Ya...Tendrás que decirle algo cuando la veas.
- ¿Tu crees que se enfadará cuando la vea conmigo? Cuando sepa que ha pasado la noche aquí.
- No lo sé, con lo de la noche puede.
- Pues vamos bien. - Dijo mirando al techo y resoplando. - Me va a matar.
- Qué va. Recuerda lo que dijiste: lo importante es la niña. - Le recordó Cristina. - Es lo que más quiere en el mundo, y tu lo sabes.
- Por eso, yo... Después de todo lo que pasó... No soy una buena compañía, y menos para su hija.
- Sabes que eso no es verdad, todos cometemos errores. - Le dijo. - Y lo que estás haciendo con Lía no es malo.
- Yo quiero ayudarla pero... No sé si esto está bien. - Le dijo refiriéndose a ayudar a Lía.
- Vamos a ver, si lo hiciera otra persona ¿lo verías bien?
- Si no le hace daño, sí.
-¿Y tu crees que esto le puede hacer daño?
- No.
- ¿Entonces? - Le preguntó. - Ainhoa, es una niña y no sabe lo que pasó.- Le explicó refiriéndose a Lía.- No vas a hacerle daño, no es...Lo mismo o al menos no exactamente. Además fue un mal entendido. - Hizo una pausa. - Mira...de momento lo estás haciendo bien. Está con buena gente y está sana, eso es lo importante: que no le han hecho daño. No te rayes porque tu tampoco se lo vas a hacer.
- Por supuesto que no. - Le dijo negando con la cabeza.- Voy a verla y ya me acuesto.
- Vale, hasta mañana.
Ainhoa fue a su habitación y vio a la pequeña dormida en su cama. Se acercó a ella y le acarició el pelo.
- Buenas noches princesa.- Le dijo y le dio un beso en el pelo.
Ainhoa volvió al comedor y durmió en el sofá.
Al día siguiente Ainhoa se despertó, se vistió, se aseó y fue a despertar a Lía.
- Lía cariño.- Le dijo acariciándole el brazo con voz dulce.- Despierta princesa, tenemos que ir con tus papás.
Lía se dio la vuelta para mirarla y abrió los ojos.
- ¿Dónde estoy?
- Ayer te perdiste, te encontré y te traje a mi casa. ¿Recuerdas que cenamos hamburguesas con Cristina?
- Sí. - Respondió Lía recordando el día anterior.
- Te perdiste y como se nos hizo tarde viniste a dormir a mi casa, has pasado aquí la noche. - Le contó con voz suave. - ¿Por qué no te vistes y vamos a buscar a tus papás?
- Vale.
Lía le hizo caso y después fue a la puerta principal.
- Vamos.
- Tienes que desayunar antes. Ven.- Le indicó guiándola hasta la cocina.- ¿Qué quieres desayunar?
- ¿Tienes cola-cao?
- Sí, voy a preparártelo.
Lía y Ainhoa desayunaron y fueron a la casa de Lía.
Al llegar vieron a Delfi en la cera de enfrente.
- Mira Lía, tu mamá. - Le dijo Ainhoa.
- ¡Mamá!- La llamó Lía y fue a cruzar la carretera.
- No Lía, no.- Le dijo Ainhoa cogiéndola para que no bajase de la acera.
- Es mi mamá, quiero ir con ella.- Le dijo medio llorando.
- Pero pasan coches, espera a que cruce mamá.
Lía miró los coches de la carretera y Delfi cruzó el paso de peatones corriendo hasta su hija.
- ¡Lía! Lía mi amor.- Le dijo abrazándola y dándole besos.- ¿Estás bien, mi amor?
Ainhoa soltó la mano de la niña y se apartó un poco retrocediendo dos pasos. Delfi siguió abrazando a su hija sin darse cuenta de que Ainhoa estaba ahí.
- Te quiero, te quiero mi amor.
Delfi apartó un poco a Lía para darle las gracias a la persona que había ayudado a su hija.
- Gracias.- Dijo levantando la vista. - Ainhoa. - Añadió sorprendida.
- Cuanto tiempo sin verte.- Le dijo con vergüenza. - De nada.- Añadió mirando a Lía.
- Si que hace tiempo, sí. - Le dijo Delfi.
- ¿Cómo estás?
- Bien, estamos bien.
- Me alegro.- Le dijo Ainhoa sinceramente.- Bueno...yo me voy.
- Adiós. - Le dijo Lía.
- ¿Por qué estabas con mi hija? - Le preguntó Delfi abrazando a Lía.
- La encontré anoche.- Le dijo. - No la iba a dejar en la calle.
- ¿Ha pasado la noche contigo?
- La ha pasado en mi casa.- Le respondió. - Cenamos con mi compañera de piso, Lía durmió en mi cama y yo en el sofá. - Le explicó.
- Estoy bien mami. - Le dijo Lía.
-¿Te ha tratado bien?-Le preguntó Delfi.
- Sí.
Ainhoa no podía creer que Delfi pensara que podía haber tratado mal a su hija, pero no le dijo nada.
- Yo...debería irme.- Dijo Ainhoa.
- Espera. - Le pidió Delfi.- ¿Cómo te va? ¿Qué estás haciendo?
- Voy bien,- le dijo sonriendo un poco. - Estoy trabajando. ¿Tu sigues trabajando en la tienda?
- Sí, la verdad es que tenemos suerte de que siga funcionando.- Le respondió. Hubo un silencio. - ¿Por qué te fuiste así? Era todo normal y de repente un día...Cambiaste tu forma de actuar y te fuiste poco después sin decirme nada.
- Yo pensaba que te habías enfadado, no me porté bien contigo, no lo hice bien. - Le explicó. - ¿Para que iba a seguir allí, si te estaba molestando?
- No hacías eso, yo no me enfadé. - Le respondió. - No estaba molesta, seguía igual que siempre. ¿Por qué pensabas eso?
- No sé, me rayé. - Le respondió. - Yo dije una cosa, tu no dijiste nada, después estuve unos días sin verte y...No sé, pensé que todo había cambiado. A peor.
- Eso no fue así, simplemente no coincidimos porque yo tenía mucho trabajo en esa época y fue cuando nació Lía. - Le contó. - Cuando tienes un bebé el trabajo se duplica. No te dije nada porque no tenía nada que decir, tu pensabas una cosa y yo la respeté, pero ni pensaba lo mismo ni estaba en contra. No me pareció que fuera algo malo.
- Yo pensé que sí.
- No.- Le dijo sorprendida. - ¿Por qué iba a ser algo malo?
- Yo pensaba que me estabas evitando o algo, que no querías verme.- Le explicó. - Me rayé mucho, porque lo veía una tontería pero como no encontraba otra explicación...Creí que...no sé, que...te lo habías tomado como una ofensa o una falta de respeto y que no querías ni verme.
- Eso no fue así, fue por el trabajo y el embarazo.- Le dijo Delfi.
- Por aquella época, yo no sabía que estabas embarazada.- Le explicó.
- La verdad es que no se me notó mucho, como estaba un poco rellenita.- Explicó Delfi.- Fue un malentendido, yo nunca llegué a enfadarme contigo ni a estar molesta.
- No pasa nada.- Le dijo Ainhoa,- me alegro de ya esté todo aclarado. En serio, ahora me siento mucho mejor.
- Me alegro de volver a verte.
- Yo también.- Le dijo Ainhoa sonriendo.- Bueno, me tengo que ir. Adiós chiquitina.- Le dijo a Lía.
- Adiós.- Le contestó Lía sonriendo.
- Adiós.- Le dijo Delfi.
Ainhoa entró a su casa y vio a Cristina en el comedor.
- Hola.
- Hola,- le respondió Cristina.- ¿Y Lía?
- Con su madre, nos la hemos encontrado cerca de su casa.
- ¿Te ha dicho algo?
- Sí, - le respondió,- hemos hablado y hemos aclarado las cosas. Fue todo un malentendido,- le contó.- Ella no pensaba lo mismo que yo pero tampoco estaba enfadada.
- ¿Entonces por qué se fue esos días? Quería poner distancia porque las cosas no estaban bien.
- No, no fue eso. Ya estaba embarazada de Lía.- Le explicó Ainhoa.- Se fue porque cogió la baja por maternidad, pero como estaba rellenita no se le notaba.
- Y tu rallándote la cabeza.- Le dijo Cristina riéndose.
- Mira no me hables, y no me hables.- Le respondió bromeando.
- Vamos a cenar anda, que tengo la mesa puesta.