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Llegué aquí una fría madrugada de diciembre. Los primeros libros que llegaron a mis manos me mostraron la magia de la imaginación y la belleza de las palabras. Más tarde, despertaron en mí la necesidad de plasmar éstas en nuevos relatos. La música me enseñó otra forma de ver la vida y, aunque no sé cantar, disfruto mis ratos libres escuchándola. Estas tres pasiones y disfrutar con la gente que me quiere son los pequeños placeres de mi vida. Me gusta fijarme en los pequeños detalles, ya que son los que le dan un toque personal a las cosas, e intento introducirlos en todo lo que hago, incluidos los relatos. Me gusta andar aunque no sepa a dónde voy o vaya sin rumbo fijo, creo que perderse es una buena forma de conocer otros lugares. Disfruto nadando, aunque no tenga el suficiente tiempo para ello, ni la playa muy cerca. Me considero una persona sencilla, no necesito gran cosa para ser feliz. Me gusta hacer las cosas de manera original, pero no destacar. Y estoy aquí porque necesito sacar las pequeñas ideas que pasan por mi cabeza.

sábado, 8 de abril de 2017

Interina

Erin era una joven de veinticuatro años que había estudiado magisterio de primaria. Al no encontrar trabajo en su ciudad decidió buscarlo fuera, y acabó viviendo en Almería. Se mudó a un piso de alquiler y empezó a trabajar en un colegio en Mojácar.
- Tú te ocuparás de la tutoría de tercero. - Le dijo Nuria, la directora del centro, mientras le enseñaba el colegio.
- Vale. 
- Aquí tienes una copia del horario. - Le dijo dándoselo.
- Gracias.
Esa mañana conoció a sus alumnos y empezaron las clases. 

Erin fue conociendo a sus compañeros y a sus alumnos de clase, y se fue habituando al centro.
- ¿Te quedarás como funcionaria? - Le preguntó Javier, el profesor de arte.
- No, de momento estoy de interina, no creo que esté aquí el año que viene.
- Pero, ¿tu eres de aquí?
- No, yo soy de Lanzarote.
- Qué lejos.
- Un poco.- Le respondió riéndose.

Ese fin de semana Erin salió de copas con unas compañeras del trabajo. Pidieron unos gin-tonics, y se fueron a bailar.
- ¿En Lanzarote hay más fiesta que aquí?- Le preguntó Irene.
- Sí, bastante.- Le contestó.- La mayoría de la economía se debe al turismo, sobre todo al de fiesta.
- Y ¿tu eras de salir mucho por allí? - Le preguntó Susana.
- Los fines de semana, sí.
- Y ¿ligabas mucho?
Erin empezó a reírse.
- Qué va. - Le respondió.- ¿Vosotras tenéis pareja?
- Yo sí.- Le respondió Irene.- Llevamos dos años.
- Yo no.- Le dijo Susana.
- ¿Vamos a bailar?- Preguntó Erin terminándose su gin-tonic.
Irene asintió con la cabeza dando el último sorbo a su copa y fueron las tres a la pista a bailar.

Mientras bailaban se les acercó un camarero con tres gin-tonics.
- No hemos pedido nada.- Le dijo Susana extrañada.
- Lo sé, las invitan los chicos que hay en la barra.- Le contestó el camarero mirando hacia la barra.
- Ah,- le respondió Irene,- gracias. - Añadió mirando en la misma dirección.
El camarero se alejó y se quedaron las tres mirando a los chicos.
- No están mal.- Dijo Erin refiriéndose a los chicos.
- No, nada mal. - Añadió Susana.
- ¿Los saludamos o qué?
- Deberíamos.
Las chicas se terminaron la bebida y se acercaron a ellas.
- Hola.- Les dijo Susana.- Gracias por las bebidas.
- De nada.- Les dijo uno de ellos.
- ¿Cómo os llamáis?- Les preguntó Erin.
- Yo soy Ander, y éstos son Manu y Matías.
- Encantado. - Dijo Matías saludando a las chicas.
- Igualmente.
- ¿Y vosotras?- Les preguntó Matías.
- Yo soy Susana, y ellas son Erin e Irene.
- ¿Sois de aquí? - Les preguntó Manu.
- Sí. - Les respondió Irene.
- Bueno yo no, pero estoy viviendo aquí. - Les dijo Erin. - ¿Y vosotros?
- Sí.
- ¿Te quedarás mucho tiempo? - Le preguntó Ander.
- No, estoy de interina.
Al acabar la noche se dieron los teléfonos.

Erin y Ander estuvieron hablando por whatsapp varias semanas, y quedando en persona. Iban a pasear, a tomar algo,..
"¿quedamos esta tarde, interina?"- le envió Ander a Erin.
"¿después de las clases?"
"vale"

Esa tarde quedaron para ir a tomar café, Estuvieron hablando, se besaron,..  y acabaron tomando unas copas.
- ¿Os acordáis de los chicos del pub?- Les preguntó Erin a Irene y a Susana.
- ¿Los de los gin- tonics?- Preguntó Irene.
- Sí.- Le respondió Erin. - Llevo unas semanas hablando con Ander.
- ¿Y qué tal? - Preguntó Susana.
- Bien. Es simpático.
- ¿Simpático? ¿Te gusta o no?
- Sí, un poco.
- Es mono. - Dijo Irene.
- Sí, es muy guapo. - Reconoció Erin.
- Pero, ¿habéis llegado a quedar en persona? - Le preguntó Susana.
- Sí, hemos ido a tomar algo y pasear y eso.
- ¿Y qué tal?
- Bien. No sé, estamos a gusto juntos.
- ¿Pero sois pareja?
- Sí, más o menos. No sé. No lo veo como algo serio, pero estamos saliendo.
- Bueno, si estáis a gusto...
- Sí, eso sí.

El curso fue pasando hasta llegar a abril, y Erin y Ander pasaron a tener una relación formal. Salían juntos, se besaban, a veces Erin se quedaba a dormir en la casa de Ander (y viceversa),...
- ¿Te quedas a dormir esta noche, interina?- Le preguntó Ander a Erin besándole el hombro.
- Vale. ¿Trabajas mañana?
- No.
- Tengo que ir a por ropa a mi casa. - Le dijo levantándose de la cama. - Ahora vengo, ¿vale?
Ander asintió con la cabeza.
Erin se fue a su casa, cogió unos vaqueros, una camiseta, ropa interior y su cepillo de dientes, y volvió a casa de Ander.
- Hola interina. - La saludó Ander besándola, mientras ella sonreía.
- Hola.- Le dijo entrando a su casa.
- ¿Tienes hambre?
- Un poco.
- He hecho la cena.
- Voy a ducharme, ¿vale? Ahora voy.
Ander asintió con la cabeza y puso la mesa. Ambos cenaron y después de eso se acostaron en el sofá.
- Tu y yo, ¿qué somos?- Le preguntó Erin a Ander apoyando la cabeza en sus piernas.
- Lo que tu quieras. - Le respondió él acariciándole el pelo.
- No en serio. Nos acostamos, estamos juntos,...pero ¿somos pareja formal?
- Bueno... No sé. Es más como un rollo.
- Pero tu... ¿tienes sentimientos? - Le preguntó refiriéndose a si sentía algo por ella.
- No sé, eres más que una amiga pero...Amor, lo que es amor...
- No hay. - Dijo Erin terminando la frase por él.
- No. Lo siento.
- No, no lo sientas. Yo pienso lo mismo que tú.- Le respondió.- No estoy enamorada de ti. Hay una atracción, obviamente, pero no hay amor. Solo amistad.
- Exacto.
- ¿A ti te gusta como estamos?
- Sí.
- Pues ya está, no hay que darle más vueltas.
- Yo creo que sí.- Le dijo Ander.
- ¿Qué quieres decir? - Le preguntó un poco confusa.
- Que está acabando el curso, interina. - Le recordó.- Estamos a mediados de abril.- Erin tenía un contrato para ese curso, pero no sabía lo que pasaría el curso siguiente, ni dónde iba a estar. - ¿Qué va a pasar?
- No lo sé.- Le respondió. - Todavía no he pensado en eso.
- Me gustas mucho Erin.- Le reconoció.
- Pero no te has enamorado, ¿no?
- No, pero... No sé, eres diferente al resto de amigas que tengo.
- Ander... Me gustas mucho, y estoy muy a gusto contigo pero... No sé dónde voy a estar el año que viene y no quiero hacerte daño.
- Erin yo no te estoy pidiendo nada. Estoy a gusto así, y si tu estás cómoda ya está, no hay que darle más vueltas. - Le explicó.
- Vale.
- Cuando acabe el curso pensaremos, mientras, vamos a disfrutar el momento.- Le pidió abrazándola, y dándole besos.
- Vale. - Le dijo ella besándolo también. - Pues no me asustes hablando así. - Añadió ella riéndose mientras se besaban y le acariciaba las mejillas.

Erin se fue a finales de abril a vivir con Ander, hasta que llegaron las vacaciones de verano.
- Sabíamos que se iba a acabar.- Le dijo ella haciendo las maletas.
- Ya, pero no que sería tan intenso.- Le explicó Ander.
- Sí.- Le respondió ella, intentando no llorar, mientras se dirigía a la puerta. - Me tengo que ir, Ander. Lo siento mucho.
- Déjame que te acompañe a la estación al menos.
Erin asintió con la cabeza y ambos salieron de casa.
- Lo siento de verdad, me gustaría quedarme contigo pero no puedo.- Le dijo ella de camino a la estación.
- No pasa nada.- Le dijo él intentando no llorar. Respiró hondo y miró al cielo, mientras caminaban. - Es que no pensé que llegara a sentir esto por nadie.
- Lo sé, yo tampoco.- Le dijo ella.- Nunca había conocido a nadie como tu, y tampoco había hecho las cosas de esta manera. Me da mucha pena tener que irme, pero sin trabajo... No sé... Y lo nuestro tampoco es nada serio.
- No, la verdad es que no. Pero me gustaba mucho. - Le dijo.
- Hay que pensar en el futuro, Ander.
- Lo sé, y estoy de acuerdo contigo. Pero te voy a echar mucho de menos.
- Y yo a ti.- Le dijo.- Te quiero mucho Ander.- Añadió.
Se acercó a él y lo besó. Fue a separarse y Ander la abrazó y la besó. Ambos se besaron con los ojos cerrados mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- Te quiero. - Le susurró Ander. - Te voy a echar mucho de menos, interina.
- Y yo a ti. - Le dijo riendo. Se oyó una voz que anunciaba la salida del tren en el que se iba Erin - Me tengo que ir, ése es mi tren. Cuídate, ¿vale? - Le pidió.
- Vale. Tu también.
- Te quiero. - Le dijo ella. Se dieron el último beso y Erin se subió al tren.
- Adiós interina. - Se despidió Ander mientras ella se alejaba.- Te quiero.