Mireia era una mujer de treinta y seis años. Se casó y tuvo a Sara a los veintitrés años, pero se divorcio siete años más tarde. Un año después conoció a Jóse y, después de cinco años de relación, tuvieron una hija: Laura.
- Vamos a recoger a Sara.- Le dijo Jóse a Laura dejándola en el carricoche.
Jóse llevo a Laura al coche, la montó en su sillita y condujo hasta el instituto de Sara. Aparcó el coche y esperó a que Sara saliera y se subiera en él. Sara salió y se subió al coche en el asiento de atrás. Justo en ese momento un hombre se subió al coche en el asiento del copiloto.
-¿Qué hace?- Le preguntó Jóse extrañado.
El hombre le puso una pistola en el muslo.
- No se le ocurra hacer ningún movimiento extraño. - Le advirtió.
- No les haga daño, por favor.
- Arranque el coche.
Jóse le hizo caso y siguió sus indicaciones hasta un camino de tierra.
- Aparque aquí. - Le indicó el hombre señalándole un camino estrecho.
El hombre le quitó las llaves del coche y bajó. Jóse le dio su móvil a Sara.
- Espera a que me aleje con él, - le indico refiriéndose al hombre - y llama a mamá.
El hombre abrió la puerta del coche.
- Deme las llaves y baje del coche.- Le ordenó apuntándole con la pistola.
Jóse le hizo caso. El hombre cerró el coche con llave y lo llevo hasta el almacén del final del camino.
- ¿Qué nos va a hacer? - Le preguntó Jóse.
- Nada, solo necesito el coche.-Le dijo.
Lo ató en una silla y empezó a sacar cajas. Laura empezó a llorar y Sara la calmó.
-Tranquila, no pasa nada.
Sara llamó por teléfono a su madre.
- Dime.
- Mamá nos han secuestrado.
-¿Qué? Pásame con tu padre.
- Un hombre ha entrado en el coche y le ha apuntado con una pistola, estamos cerca de Torrevieja en el segundo camino de tierra a la derecha.
- Pero, ¿estáis bien?
- Nosotras sí, el papá no lo sé.
- No os mováis.
Mireia cogió un taxi y llegó hasta el principio del camino.
- Aparque aquí. -Le indicó- ¿Puede esperarme?
- Sí, claro.
Mireia se acercó al coche y traqueó la ventanilla.
- Papá se ha llevado las llaves.- Le dijo Sara por teléfono.
Mireia miró el almacén.
- Sara cuida de tu hermana, os quiero.- Le dijo Mireia.
- Mamá. -La llamó ella.- Mamá no.
- Es mi novio, tengo que hacerlo.-Le explicó.
Mireia se coló en el almacén y vio a Jóse sentado en una silla con las manos atadas detrás, unas cuerdas sujetándole los muslos a la silla y otra a la altura del pecho. Mireia se ocultó detrás de unas cajas y llegó hasta la espalda de Jóse. Le tocó las manos y empezó a besarlas en silencio.
- ¿Y las llaves?- Le preguntó en voz baja agachada detrás de él.
- En el bolsillo derecho del pantalón.
- Voy a llevarlas al taxi,- le explicó cogiendo las llaves - volveré a por ti, te lo juro.
- Te quiero. -Le dijo él en voz baja.
Mireia le besó las manos y salió del almacén ocultándose detrás de las cajas. Volvió al coche, sacó a Sara y a Laura y las llevó al taxi.
- Vamos chicas.
- ¿Y el papá?- Le preguntó Sara.
- Volveré a por él, tranquila.-Le dijo tomando a Laura.-Vamos al taxi.
Las sacó y las metió en el taxi.
- Cuida de Laura.-Le pidió Mireia a Sara mientras le daba un beso en la frente.
- Señora, ¿qué está pasando? -Preguntó el taxista.
- Han secuestrado a mi chico y a mis hijas.-Le explicó Mireia. - Mi chico está dentro, espéreme.- Le pidió. -Si tardo más de dos horas llévelas a esta dirección. -Le dijo dándole la dirección de su suegra.
- Mamá, ¿dónde vas?- Le preguntó Sara.
- A por el papá.
- Mamá.
- Tiene una pistola, no voy a dejar que le haga daño. - Le explicó Mireia.
- Cuida a Laura, ¿vale?.- Le pidió. - Os quiero.
Mireia se acercó al almacén y entró. Volvió a colarse detrás de las cajas y le cogió las manos a Jóse, agachada.
- ¿Qué haces aquí?
- No te voy a dejar solo.
El hombre se acercó a Jóse, y Mireia se ocultó.
- Vamos.-Le dijo desatándolo y apuntándolo con una pistola. - Coja la caja.
- ¿Qué lleva?- Le preguntó mientras le hacía caso.
- Cójala y no haga preguntas.
Jóse le hizo caso y llevó varias cajas al coche.
- ¿Por qué lo hace?
- Necesito un vehículo para llevar la droga.
- ¿"Llevar la droga"?- Le preguntó alarmado.
- ¿Qué cree que hay en las cajas?- Le preguntó riéndose un poco.-Vamos.
Mireia salió del almacén. El hombre se acercó a los bolsillos de Jóse para buscar las llaves.
- ¿Y las llaves?
- Se me habrán caído dentro.-Le respondió refiriéndose al almacén.
El hombre fue al almacén y, al entrar, Jóse dejó la caja y Mireia se acercó a él.
- Jóse. - Le dijo abrazándolo y besándolo. - ¿Estás bien?
- Sí, y ¿las chicas?
- En el taxi, vamos.
Ambos fueron al taxi y abrieron las puertas.
- ¿Qué le debo? -Le preguntó Mireia al taxista.
- Veinte.
Mireia le pagó y sacó a Laura del taxi mientras Jóse le abría la puerta a Sara. Se montaron los cuatro en el coche y se fueron a casa.
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