Jarek era un joven de veintiún años.
- ¿Estás seguro? - Le preguntó su madre.
- Qué sí.
- ¿Y dónde vas a ir?
- Donde sea mamá, no te preocupes.
- ¿Qué no me preocupe?- Le preguntó su madre alarmada.- Jarek tienes veintiún años.
- Por eso, sé cuidarme.- Intentó tranquilizarla mientras guardaba su guitarra.
- Dime al menos dónde vas.
- Es que no lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes? Pero, ¿qué piensas hacer?
- No sé mamá. - Le respondió un poco cansado.- Mira aquí no hay trabajo, y yo...Me asfixio mamá, no tengo nada que hacer. Quiero encontrar trabajo y ver mundo. Es ahora o nunca, tengo veintiún años y no tengo obligaciones, tengo que irme ahora que puedo.
- ¿Vas a salir de España?- Le dijo un poco resignada.
- Supongo, no lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- Mira cogeré el primer tren que pille y me llame la atención, y...No sé...Me llevará a algún sitio.
- Llámame, ¿vale?
- Sí, no te preocupes.- Le dijo dándole un beso.
- Te quiero.
- Y yo a ti.
Al día siguiente Jarek fue a la estación de tren y cogió un tren a Galicia. Cuando bajó buscó un piso de alquiler. Encontró un estudio pequeño, suficiente para él sólo. Deshizo la maleta y se tomó un café. Después le mandó un whatsapp a su madre:
" Estoy en Galicia "
" Qué haces en Galicia?" - Envió su madre.
" No sé."
" Cómo que no lo sabes?"
" Pues eso, que no lo sé. Cogí un tren y aquí estoy. Tranquila, he alquilado un estudio."
- Bueno, primera parada: Galicia.- Dijo mientras sacaba su guitarra y su libreta. Siempre llevaba una libretita pequeña y un bolígrafo verde en el estuche de su guitarra. Era verde porque era diferente, como él.
Pasó toda la mañana componiendo y tocando la guitarra. Cuando se cansó lo guardó todo y se hizo la comida: arroz blanco y salchichas.
Esa tarde salió a la calle a buscar trabajo, encontró una cafetería en la que buscaban camareros.
- Hola buenas tardes, me he fijado en que buscan camareros.
- Sí,- le dijo una señora de unos cuarenta años - ¿le interesa?
- Sí. Me llamo Jarek.- Le dijo tendiéndole la mano.
- Yo Irimia, encantada.- Le respondió dándole la mano.- ¿Tiene experiencia como camarero?
- No.
- ¿Tiene experiencia en algo?
- Soy fotógrafo, y he trabajado de dependiente en una tienda de videojuegos.
- Bueno,...Puede aprender.- Le dijo Irimia.- ¿Cuántos años tienes?
- Veintiuno.
- Puedes empezar mañana.- Le dijo.- A las siete y media.
- Gracias.
Jarek volvió a casa, cogió su cámara y su pequeña libreta. Salió a pasear por la calle y echó algunas fotos. Al anochecer volvió a su piso y se duchó mientras tarareaba:
- Si cuando me clavas la mirada se vuelve loco mi pensamiento - cantaba bajo la ducha -, nunca lo digo pero lo siento...
Salió de la ducha, aún cantando, se puso el pijama y recogió el aseo. Estaba haciéndose una tortilla para cenar cuando sonó su teléfono móvil.
- ¿Sí?
- ¿Jarek? - Le preguntó Lucas.
- Dime.
- ¿Dónde estás?
- En Galicia.
- Ah pero ¿es verdad?
- ¿El qué?
- Me encontré con tu madre y me dijo que te habías ido, no podía creerla.
- Pues sí, es cierto.- Le confirmó.- He llegado esta mañana.
- ¿Y qué?¿Cómo vas?
- Bien. Esta mañana he encontrado trabajo de camarero y estoy en un estudio de alquiler.
- Qué guay.
Jarek siguió en su piso y empezó a trabajar al día siguiente. A veces, sobre todo entre las dos y las cuatro, tenían muy pocas mesas o casi ninguna mesa en la cafetería y Jarek aprovechaba esas " horas muertas" para componer canciones en su libreta.
Se apoyó en la barra por fuera, observando las mesas vacías y empezó a escribir letras en su libreta personal, la que siempre llevaba encima. Emma, una compañera de trabajo, estaba detrás de la barra y se apoyó para ver lo que ponía.
- ¿Qué son?¿Poemas?
- Canciones.
- ¿Cantas?
- Compongo y toco la guitarra, pero no soy profesional.
- No lo sabía.- Reconoció Emma.- Podrías tocarme algo. Con la guitarra, digo.
- Podría,- dijo Jarek riendo - pero tendrías que venir a mi piso.
- Tienes un acento raro.
- Soy de Murcia.
- Ya decía yo.
- Ahora vengo.- Dijo Jarek mientras se dirigía a una mesa en la que acababan de sentarse unos clientes.
Les tomó nota y atendió varias mesas. No paró en toda la tarde. Cuando terminaron, recogieron la terraza, barrieron y fregaron el bar.
- ¿Vas a venir a mi piso? - Le preguntó Jarek, divertido, a Emma, mientras cogía su pequeña mochila.
- Ya quisieras.
- Como quieras.
Una noche fue un chico al bar, justo cuando se iba yendo la gente. Jarek se fijó en él nada mas verlo y le atendió en la mesa mientras Emma estaba dentro de la barra.
- ¿Qué miras?- Le preguntó ella.
- El chico ese. Es guapo.
A Emma le sorprendió la respuesta.
- ¿Guapo?
- Sí, no está mal.
- Por eso te reías...- Dedujo recodando la pregunta del piso que le hizo.- ¿Eres gay?
- Sí. Fue divertido verte intentando subir a mi piso.
- ¿De verdad pensabas que iba a subir?- Le respondió riéndose.
- Parecías muy dispuesta.
- Lo ves guapo, ¿verdad? - Le dijo refiriéndose al chico otra vez.
- Mucho, me gustaría darle un repaso.
- No tienes nada que hacer con él.
- ¿Lo conoces?
- Sí.- Le respondió riéndose.
- ¿De qué?
- Bueno...Le doy un repaso todas las noches desde hace dos años, en nuestra cama.- Le explicó.
- ¿Es tu novio?
Emma afirmó con la cabeza mientras miraba a su novio y se mordía el labio inferior.
- Y tu pensando que quería subir a tu casa.- Añadió riéndose mientras descargaba el lavavajillas.
Los días pasaron y Jarek se fue acostumbrando al clima, la gente, la ciudad en la que vivía ahora y al trabajo.
- ¿Y ése?
- Ése ¿qué? - Le respondió Emma mirando al chico al que se referían.
- Si está soltero.
- ¿Tienes el radar puesto o qué?
- No, pero son guapos los chicos de por aquí.
- Tu has venido a buscar algo más que trabajo ¿no?
- No, pero si se puede hacer un dos por uno...
- Ya, ya.
Empezó a hacer más calor por la calle y Jarek pasó a llevarse su guitarra también de paseo y no solo su libreta, para poder practicar y componer sus canciones al aire libre, cuando no trabajaba.
Ese día se sentó en el bordillo de una gran fuente que había en medio de una plaza. Empezó a tocar una de sus canciones y a cantar. Pasaron por allí varías personas, unos lo miraban, otros comentaban,... Pasó por allí una mujer que se quedó un rato mirándolo y escuchándolo. Jarek se fijó en ella y vio como se quedaba pensativa mientras lo miraba. La mujer estuvo escuchando atentamente y después se apartó un poco e hizo una llamada.
Jarek siguió tocando su guitarra y dejó de prestarle atención, hasta que se acercaron a ella una mujer y un hombre. Tuvieron una pequeña conversación entre los tres, y los recién llegados se fijaron en él. Lo observaron mientras la mujer les comentaba algo. Jarek empezó a incomodarse un poco y dejó de prestarles atención, o eso pretendía cuando aquellos se aproximaron a él.
- Disculpe.- Le dijo una de las mujeres.
Jarek dejó de tocar su guitarra y le miró a los ojos. Creía que iban a pedirle que dejara de tocar puesto que estaba en la calle, un sitio público.
- ¿Si?
- Verá le hemos estado escuchando mientras tocaba y nos gustaría hacerle una oferta. - Le respondió la misma mujer.
- ¿Una oferta? ¿De qué?
- Tenemos un bar en el que toca, bueno tocaba, un guitarrista. Pero su grupo ha lanzado un disco y se ha ido de gira, ha extinguido el contrato.- Le explicó la otra mujer.- Estamos buscando alguien que los reemplace, y bueno...
- Te hemos oído tocar y cantar y nos gustaría hacerte una oferta.- Concluyó el hombre.
- Bueno... La verdad es que ahora mismo tengo trabajo,- les confesó,- pero si lo puedo compaginar, a mí no me importaría.
- Nosotros querríamos que tocaras dos o tres noches por semana.- Le dijo el hombre.
- Mira vamos a hacer una cosa, - le explicó la mujer- éste es el teléfono del bar, - le dijo apuntándolo en una hoja de papel,- piénsalo y con lo que sea nos llamas.
- Vale.
- ¿Cómo te llamas? - Le preguntó el hombre.
- Jarek.
- Yo soy Eusebio y ellas son Baia y Delia.
- Encantado.- Les dijo dándole la mano a cada uno.
Jarek lo estuvo pensando unos días y al fin se decidió. Concluyó que podría seguir trabajando en la cafetería y pasarse algunas noches por la cafetería de Eusebio, Baia y Delia para sacarse algún dinero extra tocando la guitarra, y así lo hizo.
- ¿Así que ahora tienes pluriempleo? - Le preguntó Emma.
- Sí, ahora me falta un chico.- Dijo Jarek.
- Pero tu eres fotógrafo, ¿no?
- Sí, ¿por?
- ¿No has encontrado nada de fotografía?
- No. Pero me pagan por tocar la guitarra que también me gusta.- Le explicó.
- Qué suerte tienes.
- Un poco.
Jarek estuvo viviendo de los bares hasta que consiguió sacar un disco e hizo una gira por España. A partir de entonces fue haciendo giras y buscando empleos los meses que se quedaba parado, también solía tocar en diferentes bares de Galicia.