Datos personales

Mi foto
Llegué aquí una fría madrugada de diciembre. Los primeros libros que llegaron a mis manos me mostraron la magia de la imaginación y la belleza de las palabras. Más tarde, despertaron en mí la necesidad de plasmar éstas en nuevos relatos. La música me enseñó otra forma de ver la vida y, aunque no sé cantar, disfruto mis ratos libres escuchándola. Estas tres pasiones y disfrutar con la gente que me quiere son los pequeños placeres de mi vida. Me gusta fijarme en los pequeños detalles, ya que son los que le dan un toque personal a las cosas, e intento introducirlos en todo lo que hago, incluidos los relatos. Me gusta andar aunque no sepa a dónde voy o vaya sin rumbo fijo, creo que perderse es una buena forma de conocer otros lugares. Disfruto nadando, aunque no tenga el suficiente tiempo para ello, ni la playa muy cerca. Me considero una persona sencilla, no necesito gran cosa para ser feliz. Me gusta hacer las cosas de manera original, pero no destacar. Y estoy aquí porque necesito sacar las pequeñas ideas que pasan por mi cabeza.

sábado, 12 de diciembre de 2015

El verdadero espíritu de la navidad

Tano e Inés eran un matrimonio que tenía dos hijos: Beltrán e Irene. Tano era un hombre de treinta y cinco años que había tenido que emigrar a Alemania para buscar trabajo, y llevaba allí año y medio.
Inés trabajaba cosiendo en un pequeño taller particular, su mayoría de clientes eran vecinos de su mismo barrio y de algunos alrededores. Beltrán era un niño de seis años e Irene, una pequeña de dos años.

Inés y los niños hablaban todas las noches con Tano por Skype:
- Hola papá. - Le saludó Beltrán con la mano.
- Hola cariño, ¿qué tal? - Le respondió su padre.
- Bien, la semana que viene acabo el cole. - Le respondió contento.
- ¿Sí? - Le preguntó su padre animado.- ¿Tienes ganas?
- Sí.- Le respondió él animado.- Papi, ¿cuándo vas a venir?
- Dentro de unas semanas cariño.
- Papá.- Lo llamó Irene, tocando la pantalla del ordenador con sus manitas.
- Hola cariño.- Le dijo él.
- Papá.- Repitió la niña dándole golpes a la pantalla.
- No está ahí Irene, - Le dijo su madre.- Es una pantalla, no está dentro.
- Papá.- Le dijo ella mirándolo un poco triste.
- No pasa nada mi amor.- Le dijo él.- Vamos a vernos pronto cariño, vamos a tener mucho tiempo para abrazarnos.
- Claro, si va a venir dentro de poco.- Le explicó Inés abrazándola y sonriéndole.


Al día siguiente Inés se levantó temprano, arregló a los niños y se fue a trabajar.
- Mamá, ¿me vas a llevar tu al colegio? - Le preguntó Beltrán a Inés.
- No cariño, va a venir Laura a llevarte y a quedarse con Irene.- Le explicó.- Yo tengo que irme a trabajar.
Laura llegó e Inés se fue.
- Adiós cariño,- le dijo a Beltrán mientras salía por la puerta contestando a una llamada.- Sí, estoy saliendo,...Diez minutos, tranquilo,...Voy de camino.
- ¿Estás listo?- Le preguntó Laura a Beltrán mientras colocaba a Inés en su silleta.
- Sí.
Laura cogió el carro de Irene y Beltrán se agarró a él.
- ¿Qué le vas a pedir a los reyes? - Le preguntó Laura a Beltrán.
- Un camión.-  Le respondió él.- Y también quiero que venga mi papá.
- ¿No tiene vacaciones?
- Sí, ayer me dijo que iba a venir.
- Qué bien, ¿no?
- Sí, tengo muchas ganas de verlo.

Esa tarde Inés salió de trabajar y fue a recoger a Beltrán del colegio.
- Hola mamá.- Le dijo él contento.
- Hola.- Le respondió ella abrazándolo.- ¿Quieres ir al parque?
- Sí.- Le respondió el sonriendo.- ¿Sabes qué he hecho esta tarde?
- No, dime.
- Hemos hecho muñecos de nieve con algodón, y...- Le empezó a contar Beltrán entusiasmado cuando sonó el teléfono de su madre.
- Espera un momento cariño,- le cortó cogiendo el teléfono.- Dime...No, a mí me dijo para el sábado...Y ¿ahora qué?...Vale, vale. Estoy allí en diez minutos.- Inés colgó el teléfono.- Lo siento cariño hemos tenido un problema en el taller y me tengo que ir, no podemos ir al parque.
- Mamá...- Empezó a decirle Beltrán retomando la conversación.
- Espera cariño.- Inés llamó a Laura.- ¿Laura?...Hola, soy Inés, es que he tenido un problema en el taller y tengo que irme, ¿podrías quedarte con Beltrán y con Irene esta tarde?...Gracias,...Pues acabo de recogerlos del colegio, ¿los llevo a mi casa?...Vale, pues estamos allí en cinco minutos, gracias.
- ¿A dónde vamos? - Le preguntó Beltrán.
- A casa de Laura, - le respondió Inés,- os vais a quedar en su casa mientras yo soluciono unas cosas, ¿vale?
- Vale.

Los tres fueron a casa de Laura, y los pequeños se quedaron con ella.
- Hola chicos.
- Gracias. - Le dijo Inés.
- No hay de qué.
- Adiós chicos.
- Adiós.- Le dijo Irene a su madre.
Inés se fue y Laura cerró la puerta.
- ¿Habéis merendado?
- No.- Le dijo Inés.
- Voy a haceros un bocata, ¿de qué lo queréis?
- De queso.- Le respondió Inés.
- ¿Y tu, Beltrán?
- De jamón york.
Laura les hizo la merienda y les sacó unos zumos. Las horas pasaron, Beltrán se hizo los deberes, jugaron los tres juntos,...y sonó el timbre.
- ¿Si? - Preguntó Laura por el telefonillo.
- Soy Inés.
- Te abro.- Le respondió Laura abriéndole la puerta de abajo.
Inés entró y recogió a sus hijos.
- Gracias.
- No hay de qué, adiós chicos.- Les despidió Laura.

Los tres se fueron a casa y hablaron con su padre por Skype.
- Hola.- Les dijo Tano.
- Hola papá.- Le respondió Beltrán.
- ¿Qué tal el trabajo?- Le preguntó Inés.
- Bueno...Ahí va.- Le respondió, - ¿y el tuyo?
- Bien.
- Te echamos de menos.
- Y yo a vosotros, mucho.- Le respondió.
- ¿Qué día vuelves?- Le volvió a preguntar Inés.
- Dentro de dos semanas, el viernes.

Los días pasaron y a la semana siguiente...Tano fue despedido.
- Gehen Weihnachtsgeschenk - "Vaya regalo de navidad" le dijo Bergen.
- I tell ya - "Ya te digo", le respondió Tano.- Zu sehen, wie ich meine Frau zu sagen. - "A ver cómo se lo digo a mi mujer".
- Sie sind nach Spanien dieses Weihnachten geht? - "¿Vas a ir a España estas navidades?" le preguntó.
- Ja, ich habe den Wunsch, sie zu sehen.- "Sí, tengo unas ganas de verlos" le respondió Tano.
-Wie lange haben Sie sie nicht sehen?- "¿Cuánto tiempo llevas sin verlos?.
- Vierteljahr. - "Tres meses".
- Das ist eine lange Zeit,- "Eso es mucho tiempo."
- Ja. - "Sí."


Tano buscó trabajo desde el mismo día en que fue despedido hasta el día en que cogió el avión hacia España, con la intención de encontrar algo antes de volver, pero no encontró nada.
- Mein Flugzeug verlässt heute Abend. - "Esta noche sale mi avión" les dijo a Kay y a Lear.
- Zu welcher Zeit? - "¿A qué hora?" le preguntó Lear.
- Um elf. - " A las once" les respondió.
Esa noche, después de cenar, cogió el avión.
- Lebewohl. - "Adiós" le dijo Lear.
- Gute Fahrt - "Buen viaje" le deseó Kay.
- Dank, lebewohl. -"Gracias, adiós" les respondió Tano.

Antes de subir le mandó un whatssapp a Inés:
"Voy a subir al avión, nos vemos dentro de tres horas", " os quiero".
Apagó el móvil y subió al avión.

El avión aterrizó en Madrid, recogió su maleta y fue a buscar a su familia al llegar.
- ¡Tano! - Lo llamó Inés.
Tano se giró, fue corriendo hacia ellos, y les dio un fuerte abrazo.
- Papá.- Le dijo Beltrán abrazándolo.
- Hola cariños, - les dijo a sus hijos mientras los besaba.- ¡Qué grandes estáis! 
Tano recogió su maleta, tomó a Irene y se fueron los cuatro a casa.

Al llegar deshicieron las maletas. Tano bañó a sus hijos, mientras, Inés hizo la cena. Al acabar se ducharon ellos y los pequeños pusieron la mesa.
Terminaron de cenar, Tano jugó con sus hijos, quitaron la mesa, vieron la tele y los pequeños se quedaron dormidos en el sofá.
Él los llevó a la cama y los arropó mientras Inés abría la suya.
- Cómo te he echado de menos.- Le dijo Tano abrazándola y besándola por el cuello.
- Y yo a ti.- Le dijo ella besándolo.- ¿Qué te pasa?- Le preguntó Inés un poco extrañada.
Tano no sabía cómo decírselo.
- Dímelo.- Le pidió mientras le acariciaba el pecho.
- Se me ha acabado el contrato y no me han renovado.- Le dijo. Inés hundió la cabeza en su pecho.- Dicen que no hay faena, que no nos pueden mantener a todos, y los últimos...nos vamos a la calle. He buscado otra cosa por allí pero...
- ¿Por qué no me lo has dicho?
- Porque pensaba que encontraría algo antes de venir.- Le explicó.- No pasa nada, buscaré algo aquí.
- Vale,- le dijo intentado tranquilizarse.- No pasa nada, vamos a dormir.

Tano siguió buscando trabajo pero no encontró. El tema solía salir en las conversaciones de navidad y 
ellos siempre acababan enfadados.

Los cumpleaños de Beltrán e Irene eran el veintiuno de diciembre y ocho enero.
- No podemos permitírnoslo, ¿verdad?
- No.- Le respondió Tano.-Tal y como están las cosas...-Negó con la cabeza.-No.
- ¿Y la hipoteca? 
- Con el paro y tu sueldo podemos llegar a fin de mes pero ajustándonos mucho el cinturón. - Le explicó. 
- Pero en estas fechas no hay casi trabajo,- le explicó Inés. - Lo más cercano son las vestas de semana santa y aún no es temporada de hacerlas.

El cumpleaños de Beltrán pasó, y no tuvo regalos. Inés y Tano empezaron a tener discusiones que pasaron a ser muy habituales.
- Llevas varios meses así. - Le recordó Inés. 
- Llevo varios meses buscando trabajo, por ahí, en los periódicos,...- Le recordó. - Lo sabes, si no encuentro no es culpa mía. - Le dijo levantando un poco la voz. 
- No me grites. - Le respondió Inés. 
- No te estoy gritando.- Le dijo un poco alterado.- Estoy buscando trabajo, esta situación no me gusta, no estamos así porque yo quiera.
- ¿Qué quieres decir? ¡¿Que la culpa es mía?!
- ¡Yo no he dicho eso!- Le respondió ella.- ¡Y no me grites!
- ¡No te estoy gritando! 
- Sí lo estás haciendo. 

Año nuevo llegó y con él, el cumpleaños de Irene.
- Lo siento cariño, no tenemos regalo para ti tampoco. - Le dijo Tano. 
- Yo no quiero regalos papá. - Le dijo mientras Inés se acercaba con Beltrán en brazos. - Mi regalo es que estás aquí. Os habéis pasado todas las navidades discutiendo por el trabajo, y no os habéis dado cuenta de que hemos pasado tres meses sin vernos - les recordó.
Tano e Inés se miraron.
- Hace meses que no me besas.- Le recordó Inés. - No tenía que haberme enfadado contigo. Llevas razón, no es culpa tuya.
- Yo tampoco lo he hecho bien, - reconoció Tano. - He estado un poco irritable estos días, lo siento.
Ambos se abrazaron y se besaron.
- Te quiero.- Le dijo Inés al oído. 

Los cumpleaños pasaron y la navidad con ellos. Inés y Tano habían olvidado lo más importante de esas fechas: La familia.
Habían olvidado que la navidad y los cumpleaños no son comilonas, ni cenas, ni regalos. No es decorar el árbol más bonito ni el belén más grande ni los mejores regalos en los cumpleaños, sino compartir con la familia. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

Noemí Collins

Hola pequeñ@s turistas de este pequeño mundo, hoy quiero descubriros un sitio en el que estuve hace poco.
Es un sitio que está en internet, más concretamente en YouTube. No sé si hay algun@ que ya lo conozca, pero bueno para aquellos que no: es el canal de una amiga en el que sube videos sobre: moda, complementos, maquillaje y cosas así.
Está muy chulo la verdad y es muy original.
Os presento: mi amiga se llama Noemi y éste es su canal (Si pincháis en el enlace "canal" os sale).
Espero que os guste y os hagáis suscriptores de ella.
Un besito a tod@s.

El reencuentro

Informativos Antena 3:
Matías Prats:
"Una noticia de última hora, esta niña que ven en la imagen se llama Lía, tiene cuatro años y desapareció ayer a las ocho de la tarde en San Andrés del Rabanedo, en León."
- ¡Es Lía! - Dijo Cristina sorprendida.- La hija de Delfi.
- ¿Crees que aparecerá pronto? - Preguntó Ainhoa preocupada.
- Eso espero.- Le dijo preocupada.-¿Hace cuánto que no la ves? - Le preguntó refiriéndose a Delfi.
- Tres semanas, demasiado para mi gusto. - Le respondió Ainhoa.
- ¿No volveréis a hablar, verdad?
- No hay nada de que hablar, el tiempo para eso ya se pasó. Es muy tarde.-Le respondió comiendo.- Yo no me porté bien con ella, tenía que haber hecho bien las cosas y no las hice.
- Comprendo.
- Solo espero que aparezca.- Le dijo refiriéndose a Lía. - Lo digo en serio. Es muy pequeña, espero que no le hagan daño.
- Pues como no la encuentren pronto...Sólo tiene cuatro años, y la verdad es que la niña es guapa.-Añadió Cristina. 
- Como su madre.-Dijo Ainhoa sonriendo al acordarse de Delfi.- Saldría a buscarla.
Cristina la miró sorprendida.
- ¿Crees que organizarán partidas o algo?
- No lo sé, - le respondió - pero me gustaría salir a buscarla, la verdad. A ver no quiero nada en plan película pero si puedo ayudar...
- Ya, lo importante es la niña.
- Claro.

Esa tarde las dos se fueron a trabajar y más tarde volvieron a casa.
- ¿La has visto? - Le preguntó Cristina refiriéndose a Delfi.
- No. Y a Lía tampoco, ¿y tu?
- Qué va, a ninguna de las dos.
- Mañana saldré a ver si veo a Lía, como es mi día libre.
- ¿Te acordarás de su cara?
- Claro, lleva dos días saliendo en la tele.- Le recordó.- Además, tu sabes que aún así me acordaría de su cara.
- Sí, eso es verdad.- Hizo una pausa.- ¿Tienes miedo?
- Tengo miedo de lo que puedan hacerle a la niña o lo que ya le hayan hecho...y de volver a verla.- Le respondió refiriéndose primero a Lía y después a Delfi.
- No creo que esté enfadada.- Le dijo Cristina refiriéndose a Delfi.
- Ya, pero...No sé, hace mucho que no nos vemos ni hablamos. La última vez ella no me vio y a mí me da mucha vergüenza acercarme a ella.- Le explicó. - Para mí el simple hecho de saludarla es como una falta de respeto después de todo lo que pasó.
- Fue un malentendido, y fue hace mucho tiempo.
- Pero nunca hemos vuelto a hablar, simplemente: Hola o adiós, y no me he atrevido ni a mirarla a la cara.- Le explicó Ainhoa.
- ¿Crees que os faltó una conversación?
- Sí, por mi parte sí.- Le respondió. - Yo creo que me faltó aclarar algunas cosas, pero ahora ya...
- Es muy tarde.
- Sí. - Le respondió. - Pero bueno no es momento de pensar en eso, ahora lo importante es Lía.
- Sí.
Las dos terminaron de cenar, vieron la tele un rato y se fueron a dormir.
- Yo me voy, están todo el tiempo repitiendo lo de Lía y no me apetece verlo. - Dijo Ainhoa.
- Hasta mañana.

Al día siguiente Cristina se fue a trabajar y Ainhoa salió a ver si veía a Lía. Fue a la calle de Delfi y al verla salir del edificio se alejó un poco para que no la viera. Delfi se fue y ella estuvo merodeando por las calles de los alrededores. Estuvo dando vueltas por la ciudad mirando atentamente por todos lados pero no la encontró. Volvió a casa para comer y repitió la misma rutina por la noche por otras calles de la ciudad. A las once volvió a casa.
- Ainhoa, al fin has llegado. Pensaba que ibas a venir antes.- Le dijo Cristina preocupada.
- ¿Has visto las noticias? - Le  preguntó.
Cristina negó con la cabeza.
- No ha aparecido. - Le dijo.
Ainhoa se sentó en el sofá y empezó a llorar en silencio.
- Aparecerá. - Le dijo Cristina poniéndole una mano en la espalda.
Las semanas pasaron y Ainhoa siguió buscando a Lía, igual que las autoridades, sus padres, amigos y familiares.

Una noche Ainhoa volvía de trabajar, andando.
- No, no, pare.- Dijo una voz infantil.- Pare por favor, más no.- Dijo sollozando.
- Venga pequeña un poco más. - Dijo una voz ronca.- Con lo guapa que eres.
- No.- Sollozó la niña.
- Hace una semana que nos conocemos, es tiempo más que suficiente. - Dijo el hombre riéndose. - Ven aquí anda.
- ¡¿Lía?!- Preguntó Ainhoa.
- Quiero irme con mi mamá. - Dijo Lía sollozando.
- ¡¿Lía?!- Volvió a preguntar Ainhoa acercándose a la voz.
Cuando llegó hasta ella vio al hombre de espaldas mirando a Lía poniéndole una mano en la cadera y acariciándole la mejilla con la otra mano.
- Qué guapa eres, princesa. - Le dijo el hombre acariciándole la mejilla mientras Lía intentaba apartar su cara.
Ainhoa se acercó a ellos e intentó abrazar a Lía, pero el hombre la apartó.
- ¡Suéltala!- Le dijo ella.
Lía miró aterrada a Ainhoa. Un desconocido la había raptado y había intentado tocarla, y otra desconocida estaba enfrentándose a su secuestrador. Tenía miedo.
- Tranquila.- Le dijo Ainhoa mientras la abrazaba para liberarla de las manos de ese hombre.- Yo conozco a tu mamá, no te voy a hacer daño.
Lía se tranquilizó un poco pero seguía teniendo miedo.
- ¡Quítale las manos de encima!- Le dijo Ainhoa enfadada a aquel hombre mientras abrazaba a Lía fuertemente.
- Mi mamá, - dijo Lía llorando,- ¿y mi mamá?
El hombre siguió intentando separarlas.
- Tranquila.- Le susurró Ainhoa al oído a Lía. - Vamos a buscarla, ¿vale? Vamos con tu mamá, cariño.- Le dijo abrazándola y dándole un beso en el pelo.
Ainhoa la tomó y le dio un codazo a aquel hombre en el estómago. Él se encorvó por el dolor y retrocedió. Ainhoa aprovechó ese momento para abrazar a Lía fuertemente y sacarla de allí corriendo.
Corrió con ella en brazos un par de minutos hasta que llegaron a un parque.
- ¿Estás bien?- Le preguntó Ainhoa.
- Sí. - Asintió la niña. - Mi mamá. - Dijo mirando a su alrededor y buscando a su mamá.
- Tranquila, ¿sabes su número de teléfono? - Le preguntó Ainhoa.
- No.- Le respondió Lía nerviosa.
- ¿Sabes dónde vives?¿El nombre de la calle? - Le volvió a preguntar Ainhoa tranquilamente. Lía estaba nerviosa y tenía miedo.- Tranquila cariño,...Mira yo me llamo Ainhoa y conozco a tu mamá desde hace tiempo.- Le explicó. - No te voy a hacer daño, solo quiero llevarte con tus papás. ¿Te parece bien?
 
Lía se calmó un poco y asintió con la cabeza.
- Muy bien, princesa. Vamos a buscarlos. - Le dijo. -¿Me das la mano? - Le preguntó tendiéndole la suya.
Lía miró la mano de Ainhoa, dudó un momento pero al final la cogió.
- ¿Dónde vives, cariño?
- No lo sé.- Le respondió con miedo.
- ¿Sabes el número de teléfono de tus papás?
- No. - Le contestó Lía apunto de llorar.
- Tranquila, no pasa nada. - Le dijo intentando tranquilizarla. - ¿Quieres pasar esta noche en mi casa?
- No sé.- Respondió confusa.
- Mira, vamos a mi casa y pasas la noche allí. Mañana buscaremos una solución, ¿vale?
- Sí.
Ainhoa la llevó a su casa. Cristina salió al pasillo al oír la puerta y las vio a las dos.
- Hola. - La saludó Ainhoa.
- Hola, ¿podemos hablar un momento? - Le preguntó a Ainhoa al ver a Lía.
- Sí.
Ainhoa y Cristina fueron a la cocina.
- ¿Estás loca? - Le preguntó Cristina sorprendida.
- La he encontrado en la calle y no sabe dónde vive, ¿qué querías que hiciera?
- Es su hija.
- Ya sé que es su hija, ¿por qué crees que lo he hecho? 
-¿Y qué piensas hacer?
- Esta noche se queda aquí, mañana la acompañaré a su casa.
- Si no sabe dónde vive, y tu tampoco.
- Pues llamaré a la policía, no la iba a dejar en la calle.
- ¿Y dónde va a dormir? - Le preguntó más calmada.
- En mi cama.
Cristina abrió los ojos como platos, pensaba que iban a dormir juntas.
- ¿Cómo vas a dormir con ella?¿Se te va la pinza o qué?
- Pero ¿qué dices? - Le respondió extrañada. - Yo dormiré en el sofá esta noche. ¿Cómo voy a dormir con ella? - Se hizo el silencio. - Voy a buscarle un pijama y a hacer la cena.

Ainhoa le sacó un pijama y se acercó a Lía.
- Te va a estar un poco grande pero es el más pequeño que tengo.- Le dijo dándoselo. - El aseo está ahí. - Le indicó señalándolo.   
- Gracias. - Le dijo Lía, y fue a ponérselo.
- Su madre estará preocupada.- Dijo Cristina refiriéndose a Delfi.- Deberías avisarle de que está aquí.- Dijo mirando a Lía mientras se alejaba hacia el aseo.
- No sabe su número de teléfono, sino, ya la hubiera llamado.
- Y, ¿qué piensas hacer mañana? - Le preguntó. - No sabes dónde vive.
- Buscarla.- Le respondió. - ¿Vivimos en la misma ciudad, no? No puede estar muy lejos.
- Sí, eso sí. - Le respondió. - Y cuando la veas, ¿qué harás? Tendrás que decirle algo.
- Eso no lo había pensado.
- ¿Y qué ibas a hacer?¿Dejarle a Lía e irte?
- Sí, algo así. - Le dijo seriamente.
- ¿De verdad no piensas hablar con ella?
- ¿Y qué le digo?¿Qué hago?- Le preguntó con ojos tristes.- Si la veo y no me atrevo ni a mirarla a los ojos.
Lía salió del aseo y se unió a ellas. Cristina y Ainhoa dejaron la conversación.
- ¿Te gustan las hamburguesas, Lía? - Le preguntó Cristina.
- Sí. - Le dijo ella acercándose a la mesa. -¿Dónde dejo mi ropa?
- Déjala en el sofá y ven a cenar. - Le indicó Ainhoa.
Lía le hizo caso y se sentó en la mesa. Se arremangó y empezó a cenar.
- ¿En qué curso estás? - Le preguntó Cristina.
- En cuatro años.
Cristina puso la tele mientras cenaban.
"Hoy se cumple un mes desde que la pequeña Lía de apenas cuatro años desapareció en la ciudad de San Andrés del Rabanedo, en León. " - Informó Lourdes Maldonado.
- ¿Dónde has estado todo este tiempo? - Le preguntó Cristina.
- Estaba en una casa con el hombre que tu viste, - le dijo a Ainhoa.- Pero conseguí escapar, y después me volvió a encontrar.
- Lo importante es que ya estás a salvo, y vas a volver con tus papás. - Le dijo Ainhoa.
- Me vas a llevar con ellos, ¿verdad?
- Claro que sí, pero no sé cómo hacerlo.- Le dijo pensando. -¿Tu sabes ir a tu casa desde aquí?
- No, creo que no.
- Bueno, mañana buscaremos una solución.

Terminaron de cenar y un poco después se fueron a dormir.
- ¿Crees que la habrá tocado? - Le preguntó Ainhoa a Cristina.
- Sí. - Le respondió Cristina. - Pero yo si fuera tu no le preguntaría eso.
- No pensaba hacerlo.- Le respondió. - No paro de pensar en Delfi. Por una parte quiero verla pero por otra...
- Ya...Tendrás que decirle algo cuando la veas.
- ¿Tu crees que se enfadará cuando la vea conmigo? Cuando sepa que ha pasado la noche aquí.
- No lo sé, con lo de la noche puede.
- Pues vamos bien. - Dijo mirando al techo y resoplando. - Me va a matar.
- Qué va. Recuerda lo que dijiste: lo importante es la niña. - Le recordó Cristina. - Es lo que más quiere en el mundo, y tu lo sabes.
- Por eso, yo... Después de todo lo que pasó... No soy una buena compañía, y menos para su hija.
- Sabes que eso no es verdad, todos cometemos errores. - Le dijo. - Y lo que estás haciendo con Lía no es malo.
- Yo quiero ayudarla pero... No sé si esto está bien. - Le dijo refiriéndose a ayudar a Lía.
- Vamos a ver, si lo hiciera otra persona ¿lo verías bien?
- Si no le hace daño, sí.
-¿Y tu crees que esto le puede hacer daño?
- No.
- ¿Entonces? - Le preguntó. - Ainhoa, es una niña y no sabe lo que pasó.- Le explicó refiriéndose a Lía.- No vas a hacerle daño, no es...Lo mismo o al menos no exactamente. Además fue un mal entendido. - Hizo una pausa. - Mira...de momento lo estás haciendo bien. Está con buena gente y está sana, eso es lo importante: que no le han hecho daño. No te rayes porque tu tampoco se lo vas a hacer.
- Por supuesto que no. - Le dijo negando con la cabeza.- Voy a verla y ya me acuesto.
- Vale, hasta mañana.
Ainhoa fue a su habitación y vio a la pequeña dormida en su cama. Se acercó a ella y le acarició el pelo.
- Buenas noches princesa.- Le dijo y le dio un beso en el pelo.
Ainhoa volvió al comedor y durmió en el sofá.

Al día siguiente Ainhoa se despertó, se vistió, se aseó y fue a despertar a Lía.
- Lía cariño.- Le dijo acariciándole el brazo con voz dulce.- Despierta princesa, tenemos que ir con tus papás.
Lía se dio la vuelta para mirarla y abrió los ojos.
- ¿Dónde estoy?
- Ayer te perdiste, te encontré y te traje a mi casa. ¿Recuerdas que cenamos hamburguesas con Cristina?
- Sí. - Respondió Lía recordando el día anterior.
- Te perdiste y como se nos hizo tarde viniste a dormir a mi casa, has pasado aquí la noche. - Le contó con voz suave. - ¿Por qué no te vistes y vamos a buscar a tus papás?
- Vale.
Lía le hizo caso y después fue a la puerta principal.
- Vamos.
- Tienes que desayunar antes. Ven.- Le indicó guiándola hasta la cocina.- ¿Qué quieres desayunar?
- ¿Tienes cola-cao?
- Sí, voy a preparártelo.
Lía y Ainhoa desayunaron y fueron a la casa de Lía. 

Al llegar vieron a Delfi en la cera de enfrente.
- Mira Lía, tu mamá. - Le dijo Ainhoa.
- ¡Mamá!- La llamó Lía y fue a cruzar la carretera.
- No Lía, no.- Le dijo Ainhoa cogiéndola para que no bajase de la acera.
- Es mi mamá, quiero ir con ella.- Le dijo medio llorando.
- Pero pasan coches, espera a que cruce mamá.
Lía miró los coches de la carretera y Delfi cruzó el paso de peatones corriendo hasta su hija.
- ¡Lía! Lía mi amor.- Le dijo abrazándola y dándole besos.- ¿Estás bien, mi amor?
Ainhoa soltó la mano de la niña y se apartó un poco retrocediendo dos pasos. Delfi siguió abrazando a su hija sin darse cuenta de que Ainhoa estaba ahí.
- Te quiero, te quiero mi amor.
Delfi apartó un poco a Lía para darle las gracias a la persona que había ayudado a su hija.
- Gracias.- Dijo levantando la vista. - Ainhoa. - Añadió sorprendida.
- Cuanto tiempo sin verte.- Le dijo con vergüenza. - De nada.- Añadió mirando a Lía.
- Si que hace tiempo, sí. - Le dijo Delfi.
- ¿Cómo estás?
- Bien, estamos bien.
- Me alegro.- Le dijo Ainhoa sinceramente.- Bueno...yo me voy.
- Adiós. - Le dijo Lía.
- ¿Por qué estabas con mi hija? - Le preguntó Delfi abrazando a Lía.
- La encontré anoche.- Le dijo. - No la iba a dejar en la calle.
- ¿Ha pasado la noche contigo?
- La ha pasado en mi casa.- Le respondió. - Cenamos con mi compañera de piso, Lía durmió en mi cama y yo en el sofá. - Le explicó.
- Estoy bien mami. - Le dijo Lía.
-¿Te ha tratado bien?-Le preguntó Delfi.
- Sí.
Ainhoa no podía creer que Delfi pensara que podía haber tratado mal a su hija, pero no le dijo nada.
- Yo...debería irme.- Dijo Ainhoa.
- Espera. - Le pidió Delfi.- ¿Cómo te va? ¿Qué estás haciendo?
- Voy bien,- le dijo sonriendo un poco. - Estoy trabajando. ¿Tu sigues trabajando en la tienda?
- Sí, la verdad es que tenemos suerte de que siga funcionando.- Le respondió. Hubo un silencio. - ¿Por qué te fuiste así? Era todo normal y de repente un día...Cambiaste tu forma de actuar y te fuiste poco después sin decirme nada.
- Yo pensaba que te habías enfadado, no me porté bien contigo, no lo hice bien. - Le explicó. - ¿Para que iba a seguir allí, si te estaba molestando?
- No hacías eso, yo no me enfadé. - Le respondió. - No estaba molesta, seguía igual que siempre. ¿Por qué pensabas eso?
- No sé, me rayé. - Le respondió. - Yo dije una cosa, tu no dijiste nada, después estuve unos días sin verte y...No sé, pensé que todo había cambiado. A peor.
- Eso no fue así, simplemente no coincidimos porque yo tenía mucho trabajo en esa época y fue cuando nació Lía. - Le contó. - Cuando tienes un bebé el trabajo se duplica. No te dije nada porque no tenía nada que decir, tu pensabas una cosa y yo la respeté, pero ni pensaba lo mismo ni estaba en contra. No me pareció que fuera algo malo.
- Yo pensé que sí.
- No.- Le dijo sorprendida. - ¿Por qué iba a ser algo malo?
- Yo pensaba que me estabas evitando o algo, que no querías verme.- Le explicó. - Me rayé mucho, porque lo veía una tontería pero como no encontraba otra explicación...Creí que...no sé, que...te lo habías tomado como una ofensa o una falta de respeto y que no querías ni verme.
- Eso no fue así, fue por el trabajo y el embarazo.- Le dijo Delfi.
- Por aquella época, yo no sabía que estabas embarazada.- Le explicó.
- La verdad es que no se me notó mucho, como estaba un poco rellenita.- Explicó Delfi.- Fue un malentendido, yo nunca llegué a enfadarme contigo ni a estar molesta.
- No pasa nada.- Le dijo Ainhoa,- me alegro de ya esté todo aclarado. En serio, ahora me siento mucho mejor.
- Me alegro de volver a verte.
- Yo también.- Le dijo Ainhoa sonriendo.- Bueno, me tengo que ir. Adiós chiquitina.- Le dijo a Lía.
- Adiós.- Le contestó Lía sonriendo.
- Adiós.- Le dijo Delfi.

Ainhoa entró a su casa y vio a Cristina en el comedor.
- Hola.
- Hola,- le respondió Cristina.- ¿Y Lía?
- Con su madre, nos la hemos encontrado cerca de su casa.
- ¿Te ha dicho algo?
- Sí, - le respondió,- hemos hablado y hemos aclarado las cosas. Fue todo un malentendido,- le contó.- Ella no pensaba lo mismo que yo pero tampoco estaba enfadada.
- ¿Entonces por qué se fue esos días? Quería poner distancia porque las cosas no estaban bien.
- No, no fue eso. Ya estaba embarazada de Lía.- Le explicó Ainhoa.- Se fue porque cogió la baja por maternidad, pero como estaba rellenita no se le notaba.
- Y tu rallándote la cabeza.- Le dijo Cristina riéndose.
- Mira no me hables, y no me hables.- Le respondió bromeando.
- Vamos a cenar anda, que tengo la mesa puesta. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

Soy un caos por dentro y una balsa por fuera

Me encanta el mar pero me asustan las piscinas.
Entro en las cuevas a oscuras y duermo con una luz encendida.
Me encantan los caballos y me dan miedo los ratones.
Me gustan las tormentas y me asusta la lluvia.
Me dan miedo las alturas y he subido al Everest.
No me gusta pasear y me he hecho el camino de Santiago.
Me da miedo lo desconocido y me he hecho amante del que nunca dice su nombre.
No me gusta el sol y me he quemado hasta la piel teniendo sombrilla.
No me gusta la lluvia y he salido sin paraguas calándome hasta los huesos.
No me gusta navegar y he ido en barco hasta las islas más lejanas.
No me gusta reír y he soltado las más grandes carcajadas.
No me gusta la compañía y he ido a macrofestivales.
Me da miedo volar y me he tirado en paracaídas.
No me gusta correr y he hecho los cien metros lisos en menos de cinco minutos.
No me gustan los niños y soy niñera de cuatro a jornada completa.
No me gustan las fotos y me hago un reportaje cada dos meses.
No me gustan los perros y tengo una pareja y tres cachorros.
No me gusta escribir y he publicado tres novelas.
No me gustan los lugares nuevos y he visitado los cinco continentes.
No me gusta cocinar y dicen que soy una gran chef.
No me gusta la verdura y como bajocas cuatro veces por semana.
Me gustan las bicicletas y voy en moto.
No me gustan las grandes ciudades y voy de Madrid a Barcelona.
No me gustan los trayectos largos y he ido de Galicia a Cádiz en tren.
No me gusta la pasta y ceno en el italiano todos los sábados.
No me gusta leer y me he leído dos trilogías en cuatro meses.
No me gusta jugar a las cartas y echo una partida de naipes al día.
No me gusta poner la mesa y soy camarera los fines de semana.
No me gusta el pan y meriendo sándwiches todos los días.
No me gusta el alcohol y bebo Sandavid todos los sábados.
No soy familiar y hablo por teléfono con mi madre y  mi hermana cuatro veces al día.
Soy un caos por dentro y una balsa por fuera, por eso no te fíes si te digo que no te quiero.

lunes, 17 de agosto de 2015

Secuestro exprés

Mireia era una mujer de treinta y seis años. Se casó y tuvo a Sara a los veintitrés años, pero se divorcio siete años más tarde. Un año después conoció a Jóse y, después de cinco años de relación, tuvieron una hija: Laura.
- Vamos a recoger a Sara.- Le dijo Jóse a Laura dejándola en el carricoche.
Jóse llevo a Laura al coche, la montó en su sillita y condujo hasta el instituto de Sara. Aparcó el coche y esperó a que Sara saliera y se subiera en él. Sara salió y se subió al coche en el asiento de atrás. Justo en ese momento un hombre se subió al coche en el asiento del copiloto.
-¿Qué hace?- Le preguntó Jóse extrañado.
El hombre le puso una pistola en el muslo.
- No se le ocurra hacer ningún movimiento extraño. - Le advirtió.
- No les haga daño, por favor.
- Arranque el coche.
Jóse le hizo caso y siguió sus indicaciones hasta un camino de tierra.
- Aparque aquí. - Le indicó el hombre señalándole un camino estrecho.
El hombre le quitó las llaves del coche y bajó. Jóse le dio su móvil a Sara.
- Espera a que me aleje con él, - le indico refiriéndose al hombre - y llama a mamá.
El hombre abrió la puerta del coche.
- Deme las llaves y baje del coche.- Le ordenó apuntándole con la pistola.
Jóse le hizo caso. El hombre cerró el coche con llave y lo llevo hasta el almacén del final del camino.
- ¿Qué nos va a hacer? - Le preguntó Jóse.
- Nada, solo necesito el coche.-Le dijo.
Lo ató en una silla y empezó a sacar cajas. Laura empezó a llorar y Sara la calmó.
-Tranquila, no pasa nada.
Sara llamó por teléfono a su madre.
- Dime.
- Mamá nos han secuestrado.
-¿Qué? Pásame con tu padre.
- Un hombre ha entrado en el coche y le ha apuntado con una pistola, estamos cerca de Torrevieja en el segundo camino de tierra a la derecha.
- Pero, ¿estáis bien?
- Nosotras sí, el papá no lo sé.
- No os mováis.
Mireia cogió un taxi y llegó hasta el principio del camino.
- Aparque aquí. -Le indicó- ¿Puede esperarme?
- Sí, claro.
Mireia se acercó al coche y traqueó la ventanilla.
- Papá se ha llevado las llaves.- Le dijo Sara por teléfono.
Mireia miró el almacén.
- Sara cuida de tu hermana, os quiero.- Le dijo Mireia.
- Mamá. -La llamó ella.- Mamá no.
- Es mi novio, tengo que hacerlo.-Le explicó.
Mireia se coló en el almacén y vio a Jóse sentado en una silla con las manos atadas detrás, unas cuerdas sujetándole los muslos a la silla y otra a la altura del pecho. Mireia se ocultó detrás de unas cajas y llegó hasta la espalda de Jóse. Le tocó las manos y empezó a besarlas en silencio.
- ¿Y las llaves?- Le preguntó en voz baja agachada detrás de él.
- En el bolsillo derecho del pantalón.
- Voy a llevarlas al taxi,- le explicó cogiendo las llaves - volveré a por ti, te lo juro.
- Te quiero. -Le dijo él en voz baja.
Mireia le besó las manos y salió del almacén ocultándose detrás de las cajas. Volvió al coche, sacó a Sara y a Laura y las llevó al taxi.
- Vamos chicas.
- ¿Y el papá?- Le preguntó Sara.
- Volveré a por él, tranquila.-Le dijo tomando a Laura.-Vamos al taxi.

Las sacó y las metió en el taxi.
- Cuida de Laura.-Le pidió Mireia a Sara mientras le daba un beso en la frente.
- Señora, ¿qué está pasando? -Preguntó el taxista.
- Han secuestrado a mi chico y a mis hijas.-Le explicó Mireia. - Mi chico está dentro, espéreme.- Le pidió. -Si tardo más de dos horas llévelas a esta dirección. -Le dijo dándole la dirección de su suegra.
- Mamá, ¿dónde vas?- Le preguntó Sara.
- A por el papá.
- Mamá.
- Tiene una pistola, no voy a dejar que le haga daño. - Le explicó Mireia.
- Cuida a Laura, ¿vale?.- Le pidió. - Os quiero.
Mireia se acercó al almacén y entró. Volvió a colarse detrás de las cajas y le cogió las manos a Jóse, agachada.
- ¿Qué haces aquí?
- No te voy a dejar solo.
El hombre se acercó a Jóse, y Mireia se ocultó.
- Vamos.-Le dijo desatándolo y apuntándolo con una pistola. - Coja la caja.
- ¿Qué lleva?- Le preguntó mientras le hacía caso.
- Cójala y no haga preguntas.
Jóse le hizo caso y llevó varias cajas al coche.
- ¿Por qué lo hace?
- Necesito un vehículo para llevar la droga.
- ¿"Llevar la droga"?- Le preguntó alarmado.
- ¿Qué cree que hay en las cajas?- Le preguntó riéndose un poco.-Vamos.
Mireia salió del almacén. El hombre se acercó a los bolsillos de Jóse para buscar las llaves.
- ¿Y las llaves?
- Se me habrán caído dentro.-Le respondió refiriéndose al almacén.
El hombre fue al almacén y, al entrar, Jóse dejó la caja y Mireia se acercó a él.
- Jóse. - Le dijo abrazándolo y besándolo. - ¿Estás bien?
- Sí, y ¿las chicas?
- En el taxi, vamos.
Ambos fueron al taxi y abrieron las puertas.
- ¿Qué le debo? -Le preguntó Mireia al taxista.
- Veinte.
Mireia le pagó y sacó a Laura del taxi mientras Jóse le abría la puerta a Sara. Se montaron los cuatro en el coche y se fueron a casa.

jueves, 30 de julio de 2015

Ciao Spagna

* Segunda parte de "Ciao Italia". *

Un año después.
- ¿Cómo se llamaba? - Le preguntó Tris.
- Anthoni - Le respondió Gina.
- ¿Lo has vuelto a ver?
- No.- Le respondió negando con la cabeza. - Ni una sola vez en cuatro años. Se largó, sin decir adiós, sin hacer preguntas y sin contestar ni a whatsapps ni a llamadas.
- ¿Alguna vez te ha preguntado por él? - Le preguntó refiriéndose a Noa.
- Una vez me preguntó que porqué no tenía papá,- le respondió, - y yo le dije que su papá se había ido antes de su nacimiento porque le asustó tener un bebé.
- ¿Y cómo se lo tomó?
- Me preguntó que porqué habíamos tenido un bebé si él tenía miedo y le dije que al principio los dos queríamos un bebé pero que después él se asustó. -Le respondió. - No podía decirle: "Oye Noa no quería quedarme embarazada de ti, naciste porque queríamos divertirnos y nos salió mal".
- Entiendo. - Le respondió Tris. - No se le puede decir eso a una niña.- Se hizo el silencio. - ¿Y tu padre?- Le preguntó Tris.-¿También se marchó?
- No.- Le respondió. - Murió.
- Lo siento.
- No, no pasa nada.- Le respondió. - Fue hace muchos años, no conoció a Noa.- Se hizo el silencio. - Pero no pasa nada, lo tenemos superado, mi madre y yo.
- ¿Cuántos años tenías?
- Catorce. -Le respondió. - Lo echo mucho de menos. - Se hizo el silencio. - Háblame de ti.- Le pidió.
- Mis padres se casaron tres años antes de tenerme.- Le contó. - Nací, y siete años después nació mi hermano: Fran.
- ¿Te llevas siete años con tu hermano?
- Sí. - Le respondió. - ¿Tienes hermanos?
- No. Estamos las tres solas.- Le respondió refiriéndose a su madre, a Noa y a ella.
- ¿Eres de Italia?
- Mis padres son de Tunísia, un país del norte de África.- Le contó.- Yo nací aquí, y Noa también. ¿Qué le hace a una enfermera y nutricionista de veintitrés años dejar su país y acabar trabajando de camarera en Italia?- Le preguntó un poco sorprendida.
- El paro español.- Le dijo Tris riéndose.- Estudié en Huelva, aunque soy de Murcia. Acabé las prácticas, no me renovaron, hice oposiciones y tampoco me cogieron en ninguna comunidad así que...me vine a Italia.- Le contó.- Mi idea era trabajar de enfermera o nutricionista, pero lo único que encontré fue de camarera, así que...aguanté, hasta que me salió lo de Luca y Pía.
- Comprendo.
- Mami ya me lo he comido.- Le dijo Noa a Gina enseñándole el papel albal del bocadillo.
- Muy bien cariño, tira el papel a la papelera.
Noa tiró el papel y se fue a jugar.
- ¿Los echas de menos?- Le preguntó Gina a Tris refiriéndose a su familia.
- Claro.- Le contestó Tris.- Llevo tres años sin verlos.- Le contó. 
- Tres años ya.
- Puff,...Se me han pasado rapidísimo.- Le dijo. - ¿Cuántos años tiene Noa?
- Siete.
- ¿Estás a gusto Gina?
- Sí, ahora sí.- Le respondió.- Estoy mucho mejor desde que empecé en la cafetería.
- Me alegro.
- Podrías venir algún día a tomarte algo, - le dijo - si te apetece.
- ¿Cómo se llama? - Le preguntó refiriéndose a la cafetería.
- Caffé Silvia - Le respondió.- Está en la vía Giacomo Puccini 590.
- Pues iré algún día a verte.- Le dijo sonriendo.
- Vale.
-¿Noa ha ido?
- Sí, me la trajo mi madre un día porque tenía que ir al médico y no podía llevársela.- Le contó.-Se sentó en una mesa, le puse un zumo y una tostada, lo pagué, por supuesto, y...nosotras tenemos media hora para comer, así que le pregunté a mi jefa si podía sentarla conmigo y me dijo que sí, y comimos juntas.
- Qué bien.
- Sí.-Le respondió.- Es muy simpática, y me alegro mucho de que sea una chica.-Le explicó refiriéndose a su jefa.
- A mí me contrataron los hijos del matrimonio.- Le contó Tris.- Los hijos se llaman Paola y Doménico, ellos se llaman Luca y Pía.
- ¿Son simpáticos?
- Sí. Tienen ochenta años.
- Qué mayores.
- Luca va en silla de ruedas, Pía no.-Le explicó.- En realidad estoy trabajando por Luca porque Pía está ágil y goza de buena salud, pero claro al ser tan mayor hay cosas en las que no puede ayudar a Luca, por ejemplo: a ducharse, a levantarse de la cama,...y como los hijos trabajan no pueden estar allí todo el día.
- Y por eso te contrataron, ¿no?
- Sí.
- Está bien.-Le dijo Gina.-¿Echas muchas horas?
- Sí. - Le respondió. - De lunes a viernes, entro a las nueve, a veces me quedo hasta la cena, a veces me voy a media tarde, hasta las seis o las siete, depende el día, y a veces me quedo a dormir allí. Normalmente se quedan los hijos pero si no pueden me quedo yo.-Le explicó. -Los fines de semana se quedan los hijos.
- Entonces, ¿los fines de semana no trabajas?
- No. Hombre, dijimos que no pero si los hijos tuvieran algo importante que hacer, no sé, que estuvieran en el hospital o trabajando, y ninguno de los dos pudiera hacerse cargo,-le dijo- a mí no me importaría ir.
- Claro. 
- Es un trabajo, y yo tengo mi horario pero son personas mayores,-le explicó,- es como si tuvieras que cambiarles el pañal y como es tu hora te vas sin cambiarlo, eso no lo puedes hacer.
- Ya, son personas mayores que necesitan alguien que esté pendiente de ellos, porque en cualquier momento pueden necesitar ayuda.
- Sí, sobre todo Luca.
- Me alegro mucho Tris. Yo debería irme,-le dijo Gina mirando su reloj, eran las seis y media,- trabajo esta noche.
- Claro, tu sí que trabajarás hoy y mañana. -Era sábado. 
- Sí - le respondió. - Noa se queda con mi madre. ¿Sigues viviendo en el piso?
- Sí. Me sale más económico y no tengo claro si me quedaré para siempre o si volveré a España algún día para quedarme.-Le explicó. 
- Claro, no te compensa meterte en una hipoteca.
- No.
Tris se despidió de Gina y de Noa y volvió al piso.

- Hola.- Dijo Tris entrando al piso.
- Hola. - Le respondió Nicky yendo a la puerta,- y adiós, me tengo que ir a currar.
- Adiós.
Tris fue al comedor.
- ¿No trabajas hoy?- Le preguntó  Micaela. 
- No, los fines de semana se quedan los hijos.- Le dijo.- Yo hasta el lunes no trabajo. 
- Qué bien, ¿no?
- Sí.-Le respondió. - ¿Y Sandra?
- Trabajando. - Le respondió.- Se fue hace unas horas.
- Ah.
- Tenemos que ir a comprar.-Le dijo Micaela. 
- Si quieres vamos esta tarde, -le propuso,- me ducho y nos vamos. 
- Vale.
Tris se duchó y se puso una camiseta 
azul y unos vaqueros.
- ¿Estás ya?-Le preguntó Micaela. 
- Sí, vamos. 
Micaela y Tris fueron al supermercado y cogieron: espaguetis, macarrones, arroz, lentejas, garbanzos, calabacín, bajocas, boniato, cebollas, patatas, pechugas de pollo, filetes de ternera, champiñones, zanahorias, lechugas, tomates, pepinos, queso, jamón york, jamón serrano, chorizo, lomo, salchichas, yogures, manzanas, peras, melocotones, huevos, leche, zumos, tomate frito, agua, batidos, refrescos, pimientos, aceite, vinagre, frutos secos, olivas, sal, café, sopa, dulces, pizzas, galletas, cereales, pescado y hamburguesas.  
- Yo creo que lo llevamos todo.- Dijo Micaela.
- Yo creo que también. - Añadió Tris. 
- Pues venga vamos a la caja.
Tris y Micaela fueron a la caja, pagaron, volvieron a casa y empezaron a guardar la comida.
-¿Te han dicho Sandra y Nicky si vendrán a cenar?- Le preguntó Tris a Micaela.
- Nicky no viene, trabajaba en la pizzería hasta el cierre, y Sandra, no sé. - Le respondió. 
- ¿A qué hora cerrará el súper? 
- A las nueve.
- Entonces, lo más probable es que Sandra sí que venga - le dijo-, porque si termina a las nueve. 
- Pues la esperamos, llegará a y media, o a las diez.
Nicky trabajaba en una pizzería, Sandra en un supermercado, Tris cuidando a un matrimonio y Micaela en una tienda de ropa. 

Micaela se duchó, Tris recogió la secadora, la guardó y planchó algunas prendas.
Sandra llegó a las diez menos cuarto.
- Hola.- Dijo entrando por la puerta. 
- Hola.
-¿Habéis cenado?
- No.- Le respondió Tris. 
- Te estábamos esperando. - Añadió Micaela.
- Voy a ducharme.- Dijo Tris yendo a su cuarto para coger su pijama.
- Yo voy a poner la mesa.- Dijo Micaela yendo a la cocina. -  Tris y yo hemos hecho la compra, te toca a ti hacer la cena.- Le dijo a Sandra.
Sandra hizo perritos calientes.  Tris salió de la ducha y ayudó a Micaela a poner la mesa. Sandra sacó los perritos a la mesa y empezaron a cenar.
- ¿Os gustan los perritos calientes? - Les preguntó. 
- Sí. 
- Qué buenos. - Le dijo Tris sentándose a la mesa. - Voy a ver si puedo hablar con Luca, Pía y sus hijos a ver si puedo tomarme unos días libres este verano.-Les contó mientras se servía un perrito.- Si puede ser una semana mejor.
-¿Y eso?- Le preguntó Sandra le preguntó echándose Kétchup.
- Porque quiero ir a España a ver a mi familia.-Les explicó. - Hace tres años que no los veo en persona.
-¿En persona?-Preguntó Micaela extrañada mientras se echaba agua en el vaso.
- Hablamos por Skype. - Le explicó Tris.
- Ah.

El lunes, Tris se levantó a las ocho y a las nueve ya estaba en casa de Luca y Pía. 
- Buongiorno. - Les dijo.
- Buongiorno. 
- ¿Como sone oggi?- "¿Cómo se encuentran hoy?" les preguntó Tris.
- Destra.-Le dijo Pía, es "bien" en italiano.
- Sono contento - "Me alegro", le respondió Tris yendo al dormitorio. - ¿Svegliatevi questo Luca?-"¿Está Luca despierto?".
- Sí - le respondió - è in attesa. -Le respondió. " Te está esperando".

Tris ayudó a Luca a vestirse y asearse, sentó a Luca en su silla y lo llevó a la cocina. Desayunó con ellos, les dio su medicación y limpió la casa. Se sentó un rato con ellos en el comedor y le cambió el pañal y la bolsa de orina a Luca. Unas horas después les hizo la comida.
- Il cibo è già.- "La comida ya está." Les informó mientras cogía la silla de Luca.
Pía fue a la cocina con ellos y los tres empezaron a comer.
- Sapete quando i vostro bambini vengono?-"¿Saben cuándo vendrán sus hijos?" Les preguntó Tris sirviendo los platos.
- Oggi pomeriggio.- " Esta tarde" le respondió Pía. 
- Di solito arrivano poco dopo si lascia il. -"Suelen venir un poco después de que tu te vayas." Le explicó Luca.
- Perchè lo chiedi?- "¿Por qué lo dices?" Preguntó Pía extrañada. 
- È che io voglio parlare con loro e con voi- " Es que me gustaría hablar con ellos y con ustedes" les respondió Tris sentándose a comer. 
A veces les hablaba en italiano para practicar.
- Ma, non è vero agusto?- "Pero ¿no estás agusto?" Le preguntó Pía. 
- Hai intenzione di andare?-"¿Te vas a ir?" -Le preguntó Luca apenado.
- Se io sono molto bene con te, no, è solo che mi no piacerebbe prendere un paio di giornio di vacanza per andare in Spagna.-" No, si yo estoy muy agusto con ustedes es solo que me gustaría tomarme unos días de vacaciones para ir a España" les explicó.- Si tratta di tre anni da quando ho visto la mia famiglia di persona e vorrei andare a vedere loro, ma ovviamente se hai bisogno di me io non andrò, quindi voglio parlare con i propri figli, voglio lasciare loro un paio di giorni che si adatta loro di venire e li servono.- "Es que hace tres años que no veo a mi familia en persona y me gustaría ir a verlos, pero claro si me necesitan no me voy a ir, por eso quiero hablar con sus hijos, quiero irme unos días que a ellos les venga bien para venir a atenderlos."Les explicó.
- Ah.- Le dijo Pía entendiéndola. - Beh...si parla con loro e già, non credo ci sia alcun problema-" Bueno pues... hablas con ellos y ya está, no creo que haya ningún problema." Le dijo.
- Portare un anno rispetto al contratto e non avete chiesto un solo giorno,- "Llevas un año cumpliendo con el contrato y no te has pedido ni un solo día libre", le recordó Luca, - nessuno sarà incolpato perché si va un paio de giorni o settimane.- "nadie va a poner ninguna pega porque te vayas unos días o unas semanas."
-Beh, comunque vorrei anche dire ai loro figli prima di decidere qualsiasi cosa.- "Bueno, de todas formas me gustaría decírselo también a sus hijos antes de decidir nada.", les comentó mientras comían. - Ti dispiace se rimango un po'di più questo pomeriggio per parlare con loro?- "¿ Les importa si me quedo un poco más esta tarde para hablar con ellos?-les preguntó.
- No, rimanere.-"No, quédate." - Le dijo Pía. 
Al terminar, Tris quitó la mesa y fregó los platos. Después puso la lavadora y se sentó con ellos en el sofá. 
Al terminar la secadora, la sacó, planchó y guardó. Le dio las medicinas a Pía y Luca y le cambió la bolsa de orina a Luca.
- Tris, quanti anni hai? - " Tris, ¿cuántos años tienes?" - Le preguntó Pía. 
- Ventiquattro.- "Veinticuatro". - Le respondió. 
- Ma non sei italiano, giusto?.- "Pero tu no eres italiana, ¿no?"- Le preguntó Luca.
- No,- "no"le respondió ella riendo.- Sono spagnolo , ma preso tre anni che vivono in Italia.- "Soy española pero llevo tres años viviendo en Italia."
- E non siete stati in Spagna anche una sola volta in quei tre anni?- "¿Y no has ido a España ni una sola vez en esos tres años?" - Le preguntó Pía. 
- No.- "No" le respondió. - Quindi vorrei prendere un paio di giorni.- "Por eso me gustaría tomarme u nos días."

Una hora después llegaron Paola y Domenico. 
- Ciao. - Dijo Paola al entrar.
- Buon pomeriggio - Le contestó Tris." Buenas tardes".
- Come stai?- "¿Cómo estáis? Preguntó Paola.
- Bene.
- Voglio parlarti - "Quiero hablar con vosotros" les dijo Tris a Paola y Domenico.
- C´e qualche problema?- "¿Hay algún problema?" le preguntó Paola.
- No, è solo che mi no piacerebbe fare un paio di giorni di vacanza per andare in Spagna.- "No, es solo que me gustaría tomarme unos días de vacaciones para ir a España" les explicó.- Si tratta di tre anni da quando ho visto a mia famiglia di persona e vorrei andare a vedere loro.- "Es que hace tres años que no veo a mi familia en persona y me gustaría ir a verlos."
- Prendo vacanza dal quindici luglio fino al quindici agosto.- " Yo cojo vacaciones desde el quince de julio hasta el quince de agosto" dijo Paola.
- E quindici agosto fino al quindici settembre.- "Y yo del quince de agosto hasta el quince de septiembre.", dijo Domenico.
- Si può andare dal quindici luglio al quindici settembre.- "Puedes irte del quince de julio al quince de septiembre."
-Grazie.- "Gracias" les dijo Tris sonriendo.

Tris volvió al piso unos minutos después.
- Hola.
- Hola.- Le respondió Micaela.- ¿Has hablado con tus jefes?
- Sí,- le respondió Tris sonriendo- me voy del quince de julio al quince de septiembre.
-¿Dos meses?-Le preguntó Sandra sorprendida.
- Sí.- le respondió sonriendo,- es que Paola tiene vacaciones del quince de julio al quince de agosto y Domenico, del quince de agosto al quince de septiembre, así que me han dado los dos meses, del quince de julio al quince de septiembre.
- Qué bien.- Le dijo Micaela.
- Sí.-Le contestó Tris sonriendo.- Al fin voy a verlos en persona después de tres años.- Añadió refiriéndose a su familia.
- Te vamos a echar de menos.- Le dijo Nicky.
- Y yo a vosotras.
- ¿Tenéis hambre?- Preguntó Sandra.
- Sí, un poco.-Respondió Micaela.
- Voy a hacer la cena.- Dijo Sandra.
Tris fue a ducharse, Micaela y Nicky fueron a poner la mesa.

Tris se conectó al Skype después de cenar para hablar con su familia.
- Hola.- Les dijo.
- Hola.- Le contestó su padre.
-¿Cómo estás?- Preguntó su madre.
- Bien, ¿y vosotros?- Le contestó.
- Bien.
- ¿Cómo has acabado?- Le preguntó Tris a Fran.
- Bien.
- ¿Y qué tal selectividad?
- Muy bien.- Le contestó sonriendo.- He entrado en medicina en Murcia.
- Guau...Medicina.- Le dijo Tris sorprendida.- Que bien que te hayan cogido.
- Sí.
-¿Y el trabajo?- Les preguntó a sus padres.
- Bien.
- Y tu ¿qué tal?- Le preguntó su madre.
- Bien, hoy he hablado con Paola y Domenico y cojo vacaciones del quince de julio al quince de septiembre.-Les dijo sonriendo.
- ¿Vas a venir a España?- Le preguntó Fran sonriendo.
- Sí.- Le respondió Tris sonriendo también.- Tengo unas ganas de abrazaros.
Todos se rieron.

Al día siguiente se volvió a conectar al Skype para hablar con sus amigas: Zoe, Lía y Nahir.
- Hola.-Les dijo.
- Hola Tris, ¿qué tal?- Le preguntó Zoe.
- Bien.
- ¿Y tu jefe?
- Hace un año que no trabajo allí.
- Ah, qué bien.- Le dijo Lía.
- Y vosotras, ¿qué tal?
- Bien.- Le dijo Nahir.
- Currando.- Añadió Zoe.
- Eso está bien.- Le dijo Tris.- He hablado con mis jefes y me han dado vacaciones desde el quince de julio hasta el quince de septiembre.- Les contó sonriendo.
- Qué bien.- Le dijo Lía.
- Así que vuelvo a España de vacaciones.-Les informó.
- Hombre ya era hora.- Le dijo Nahir sonriendo.
- Al fin te vamos a abrazar después de tres años.- Le dijo Zoe riéndose.
- Pero ¿en qué estás trabajando ahora?- Le preguntó Lía.
- Estuve dos años en el bar y llevo un año cuidando a un matrimonio de ochenta años.- Le respondió.
- ¿Y te gusta?
- Sí.- Le respondió.- Estoy de enfermera, que es lo mío.No es lo mismo que un hospital pero... parecido.
- Qué bien.
-Tengo que mirar los billetes, aunque no sé si ir por mar, tierra o aire, lo que menos tarde.- Les dijo Tris.- Voy a mirar.
Las tres se rieron.
- En avión son tres horas y media - les dijo,- en tren...diez horas cuarenta y cinco minutos, y en barco...un día. Me iré en avión hasta Barcelona, que son dos horas, y desde allí bajaré en tren a Murcia, que son...seis horas y media.-Les explicó. - Tengo unas ganas de veros en persona. 
- ¿Se lo has dicho ya a tus padres? - Le preguntó Lía.
- No, se lo diré ahora después, -le respondió, - cuando hable con ellos por Skype.
- ¿Has trabajado hoy?-Le preguntó Zoe.
- Sí. No me puedo creer que vaya a pasar dos meses completos en España, después de estar tres años sin ir.-Les dijo Tris sonriendo.
- Qué ganas tenemos de verte y de que estés aquí. - Le dijo Nahir.
- ¿Para cuándo has cogido el billete?-Le preguntó Lía. 
- El dieciséis de julio, salgo a las siete y media de la mañana. - Les explicó.
-Terminas el quince y sales el dieciséis, no pierdes el tiempo. - Le dijo Zoe riéndose. 
- Es que tengo unas ganas...
Todas se rieron. 

Unas horas después habló con sus padres y su hermano. 
- Hola.-Les dijo sonriendo. 
- Hola Tris, ¿ qué tal? - Le preguntó su padre. 
- Bien, ¿ y vosotros? 
- Bien.-Le dijo Fran.
- ¿Cómo va el trabajo? - Le preguntó su madre. 
- Pues muy bien - les dijo sonriendo -, hoy he hablado con mis jefes y me han dado dos meses de vacaciones. 
- Qué bien. - Le dijo su padre. 
- El dieciséis de julio cojo el avión para España. 
- ¿Ya lo has mirado?-Le preguntó su madre sorprendida. 
- Sí, es que tengo muchas ganas - le respondió sonriendo,- salgo a las siete y media de la mañana. 
- ¿Y a qué hora llegas?-Le preguntó Fran.
- Llegaré a Alicante a las nueve y cuarto, y de ahí cogeré el tren de las diez, - les explicó.- y llegaré a las...once y media a Murcia.
- Te esperaremos en la estación.- Le dijo su madre.

El catorce de julio llegó y Tris terminó su jornada.
- Beh, è stato un piacere lavorare con voi quest'anno. - " Bueno, ha sido un placer trabajar con ustedes este año."- Sono venuto in Italia per cercare lavoro e una vita migliore, e mi hanno dato questa possibilità così, lo apprezzo davvero, voi ei vostri bambini.- " Yo vine a Italia para encontrar un trabajo y una vida mejor, y ustedes me han dado esa oportunidad así que, se lo agradezco mucho, a ustedes y  a sus hijos." - Sono stato molto per aquesta opportunità. Ci vediamo a settembre e transcorrere una buona estate.- "He estado muy agusto con ustedes, muchas gracias por esta oportunidad. Nos vemos en septiembre y que pasen buen verano."
- Grazie, tu ci hai trattato molto bene e sono stati molto agusto te.- "Gracias a ti, que nos has tratado muy bien y hemos estado muy agusto contigo."
- Bene...Basti dire aarrivederci, perché è un "arrivederci" e non un "addio".- "Bueno...solo queda decir hasta luego, porque es un "hasta luego" y no un "adiós".
- Arrivederci.- Le dijeron.

Tris se despidió de Gina y Noa un día antes de irse.
- Hola.- Le dijo Gina, y le dio dos besos.
- Hola.- Le respondió Tris haciendo lo mismo,- hola Noa.- Le dijo abrazándola.- ¿Qué tal?
- Bien.- Le dijo Gina.- ¿Y tu?
- Bien,- le respondió sonriendo,- me voy a España.
A Gina le cambió el rostro, y Noa se fue a jugar al tobogán con su bocadillo en la mano.
- ¿Cómo que te vas?- Le preguntó sorprendida,- pero ¿para siempre?
- No, me voy de vacaciones.- Le dijo sonriendo.- Llevo tres años sin ir a verlos y me han concedido dos meses de vacaciones.
- ¿Vas a estar dos meses en España?
- Sí.- Le dijo.- Te voy a echar de menos.
- Y yo a ti.- Le respondió Gina.
- ¿Tienes Skype?
- Sí.
- Podemos hablar por ahí estos dos meses.
- Pues sí, estaría bien.
- ¿Me pondrás a Noa, no?
- Claro.- Le respondió sonriendo.
- Mami ya me lo he comido.- Le dijo Noa refiriéndose al bocadillo.
- ¿Cuándo te vas?- Le preguntó Gina aTris.
- Mañana por la mañana.
- ¿Te vas?- Le preguntó Noa.
- Si cariño, me voy a España dos meses.
- Pero, ¿vas a volver?- Le preguntó Noa.
- Claro, - le respondió Tris,- me voy dos meses de vacaciones a ver a mi familia y luego vuelvo.
- Después del verano.- Dijo Gina.
- Claro.

Al terminar, se fue al piso.
- Hola.- Dijo al entrar.
No había nadie.
Se fue a su habitación y se hizo la maleta: pantalones vaqueros, camisetas, camisas, chaquetones, chaquetas, bufandas, guantes, pañuelos, ropa interior, zapatos, zapatillas, faldas, vestidos, libros, apuntes, estuche, llaves, móvil, cargador, gafas,...Cogió el neceser y recogió sus cosas de aseo: cepillo de dientes, pasta de dientes, cepillo, peine, colonia, cremas, gel ,champú, acondicionador, gomina, espuma, plancha, secador, pinturas.
Mientras que recogía sus cosas se oyeron unas llaves, Sandra, Micaela y Nicky.
- Hola.- Repitió Tris.
- ¿Te vas hoy?- Le preguntó Micaela al ver su cuarto recogido.
- No, mañana. - Les explicó.- Mi avión sale a las siete y media de la mañana.
- Que temprano.- Le dijo Sandra.
- Sí, me levantaré a las seis para llegar a tiempo al aeropuerto.


Tris se levantó a las seis de la mañana. Se duchó, se aseó, desayunó, y se despidió de sus compañeras por última vez. Cogió el avión a las siete y media de la mañana. El avión despegó y Tris se puso los cascos para escuchar música. Unas horas después, a las nueve y cuarto, llegó a Alicante y almorzó en una cafetería.
Entró y se acercó a la barra.
- Hola, ¿qué desea?- Le preguntó el camarero.
- Un croissant y un zumo.
El camarero se lo puso y ella almorzó. Al terminar, pagó y cogió el tren a Murcia a las diez, llegó a la estación a las once y media, y su familia la estaba esperando.
- Hola.- Les dijo abrazando a su madre.
- Hola.-Le dijo su madre.- ¿Qué tal?
- Bien.-Le respondió.- ¿Y vosotros?
- Bien.
- Fran.- Le dijo abrazándolo.-¿Qué tal?
- Muy bien.
Su padre le ayudó  a coger las maletas y se fueron a casa.
Tris paso todo el verano en España con su familia y volvió en septiembre a Italia para retomar su trabajo y el contacto con Noa y Gina. Se quedó a vivir en Italia, e iba de vacaciones a España cada vez que podía.

sábado, 25 de julio de 2015

Ciao Italia

Treinta y uno de mayo. Ocho de la mañana. Pantalones vaqueros, camisetas, camisas, chaquetones, chaquetas, bufandas, guantes, pañuelos, ropa interior, zapatos, zapatillas, faldas, vestidos, libros,  apuntes, estuche,...todo a la maleta.
Recoge su neceser: cepillo de dientes, pasta de dientes, cepillo, peine, colonia, cremas, gel, champú, acondicionador, gomina, espuma, plancha, secador, pinturas.
Había terminado cuarto de enfermería y nutrición, y finalizaba el contrato de alquiler. Debía buscar otro sitio donde ir. Lo dejó todo en la entrada y sacó un mapa.
"Empezar de nuevo, sí...pero ¿dónde? ", se preguntaba. "¿Seguir en España?","¿salir fuera?".
Había estado cuatro años en Huelva, estudiando. ¿Dónde iría ahora? El contrato de prácticas se había acabado, y no le habían renovado. Mientras miraba el mapa se oyeron unas llaves.

Zoe entró por la puerta y la vio sentada en el comedor frente a un mapa.
- Creía que te ibas a quedar un poco más- le dijo- , no sabía que te ibas hoy.
- Mañana es día uno. -Le recordó Tris.
Si se quedaba tendría que pagar un mes más de alquiler,  un mes que no se iba a quedar.
- ¿Sabes ya a dónde?
- No.-Le respondió Tris negando con la cabeza.-Fuera de España pero no sé a dónde.
- Pero te despedirás de Lía y Nahir, ¿no?
- Sí, claro - le respondió Tris.- Solo estoy pensando. Quiero tenerlo todo atado antes de irme.
- ¿Seguro que quieres salir del país?
- Sí. - Le respondió. -Zoe aquí no hay trabajo y sabes que vosotras sois lo único que tengo.
- Ya pero...tanto como para irte a otro país...¿Cuándo tienes pensado irte?
- Mañana por la mañana.
- ¿Cuál te gusta?-Le preguntó refiriéndose al país.
- Pues...En Alemania está saliendo trabajo pero...No sé. Creo que me iré a Italia.
- ¿Vas por mar?
- Sí, -le respondió- llegaré antes por mar.
Esta noche me despediré de Lía y de Nahir.

Zoe y Tris empezaron a hacer la comida y enseguida llegaron Lía y Nahir.
- Hola.- Dijo Lía entrando por la puerta.
- Hola.-Respondió Zoe.
- Estamos en la cocina.-Añadió Tris.
- Qué bien huele,- dijo Nahir.- ¿Qué es?
- Migas con huevos fritos y longaniza.-Respondió Tris.
- Qué bien cocinas.-Le dijo poniendo la mesa.
- Pues pronto tendremos que buscar otra cocinera, ¿no Tris?- Dijo Zoe.
- ¿A qué te refieres?- Preguntó Nahir mientras se sentaban a comer.
- Me voy mañana, a Italia. - Le respondió Tris.
- ¿Cómo que te vas? - Le preguntó Lía.
- He acabado de estudiar y no tengo trabajo así que...-Le respondió. - Voy a probar suerte fuera de España, en Italia.
- Jo Tris, te vamos a echar de menos.- Dijo Nahir.
- Y yo a vosotras.

Tris salió al día siguiente y cogió el avión de las ocho. Llegó allí a las diez de la mañana. Encontró un piso de alquiler que compartía con dos italianas y una española: Nicky, Micaela y Sandra.
- ¿Cómo te llamas?-Le preguntó Nicky.
- Tris, ¿y vosotras?
- Yo soy Nicky y ellas son Micaela y Sandra.
- ¿Cuántos años tienes?-Le preguntó Sandra.
- Veintiuno.
Tris se instaló y empezó a buscar trabajo.

Encontró uno de camarera en un bar.
- Éstas son tus compañeras - le dijo Biagio,  su jefe.- Gina, Bianca, Anabella y Chiara.
- Encantada.
- Pasa a la cocina conmigo y te doy el uniforme- le dijo Biagio.
Tris fue con él y Biagio le dio unos pantalones negros desde las caderas hasta mitad del culo y un chaleco rosa, que solo le cubría el pecho, de tirantes anchos con una cremallera negra en medio con escote.
Tris fue al aseo, se lo puso y salió.
- Biagio - le dijo Tris tímidamente- creo que me está... un poco pequeño.
Biagio la miró.
- Yo creo que te queda bastante bien.-Le dijo mirándola de arriba a abajo.- A ver, date la vuelta.

Tris le hizo caso. Biagio la miró de nuevo de arriba a abajo deteniéndose en su culo.
- Te queda muy bien.
Tris no rechistó más y empezó a trabajar.

Fue acostumbrándose a su nueva vida y a sus compañeros de trabajo y de piso, conforme pasaban los meses. Fue aprendiendo el oficio y conociendo como eran sus compañeras y su jefe.
- Gina...Biagio es un poco...- No sabía cómo empezar.
- Es así con todas, - le explicó Gina entendiendo a lo que se refería.- Lo único bueno que tiene es que paga bien. Pero sí, se pasa un poco. A mí me ha tocado el culo varias veces, y a Bianca, Anabella y Chiara también. Con discreción pero...
- Entiendo. - Le respondió. - ¿Alguna vez os ha pedido...?
- No.- Le respondió negando con la cabeza.-El no es así, solo le gusta...mirar ,y... tocar... de vez en cuando.
- Entiendo.

Tris hablaba a diario con su familia y con Zoe, Lía y Nahir por Skype.
- ¿Qué tal por Italia? -Le preguntó Nahir.
- Bien.
- ¿Has encontrado trabajo? - Le preguntó Lía.
- Sí- le contestó tímidamente.
- ¿Sí? - Repitió Zoe con el mismo tono.
- Bueno...Estoy de camarera y mi jefe, Biagio...es un poco...
- ¿Un poco...?
- Mis compañeras me han dicho que le gusta mirar... y tocar, de vez en cuando.
- Lleva cuidado Tris - le aconsejó Nahir.
- Sí, tranquilas.
- ¿No has encontrado nada más? - Le preguntó Lía. - Quiero decir, eres enfermera y nutricionista ¿no has encontrado nada de eso?
- No.- Le respondió. - Pero bueno, al menos tengo trabajo.
- Sí, eso sí. -Le dijo Zoe.
- Y vosotras ¿qué tal? -les preguntó- , ¿habéis encontrado algo?
- Sí, yo estoy en una tienda de ropa.- Le respondió Nahir.
- Yo de camarera en un pub- Le respondió Zoe.
- Y yo de cajera en el Eroski - Respondió Lía.
- Qué bien, ¿no?
- La verdad es que sí. - Le dijo Nahir.
- Oye, no decirle nada a mi madre ¿vale? - Les pidió. - Le voy a decir que estoy de camarera pero no le voy a contar lo de mi jefe. No quiero que se preocupe.
- No, tranquila. - Le dijo Zoe.
- Nosotras no vamos a contar nada.- Añadió Lía.

Tris fue a trabajar al día siguiente. Entró a la cocina a ponerse el uniforme, no le gustaba ir así por la calle.
- Buenos días Biagio. - Le dijo al verlo.
- Buenos días.
Tris se alejó hacia la barra mientras Biagio le miraba el culo. Gina, Bianca, Anabella y Chiara llegaron unos minutos después. Anabella entró a la cocina, Bianca fue a la barra con Biagio; y Gina, Chiara y Tris se encargaron de las mesas.
- Pobre Bianca.- Le dijo Gina a Tris cuando se alejaron.
- ¿Por?
-Venga Tris, es tu segundo día pero seguro que ya lo has calado.- Le respondió refiriéndose a Biagio. - Mira, Anabella siempre está en la cocina porque es la que mejor cocina; en la barra siempre hay dos: Biagio, porque está la caja, y una de nosotras, para ayudarlo a servir. Y las otras tres salimos a las mesas.- Le explicó.
- Lo veo lógico.
- Ya...pero es que, Biagio toca los vasos, los grifos para poner las cañas, y también le gusta tocar otras cosas...- le explicó- ya me entiendes.
- Entonces Anabella tiene suerte.- Le dijo.-Porque siempre está en la cocina, ¿no?
-Sí y no -le dijo.-Siempre está en la cocina pero cuando hace falta algo en la barra es Biagio el que va a por él al almacén, -le explicó,- y para llegar al almacén, tiene que pasar por la cocina.
- Y ¿qué pasa con las que salen a servir?
- Cuando salen, nada; pero la barra va rotando.- Le dijo.- Nos toca una semana a cada una. Esta semana está Bianca, la semana que viene seguro que me toca a mí, dentro de dos semanas le tocará a Chiara y a la siguiente te tocará a ti.
- ¿Cuánto tiempo llevas tu trabajando?
- Dos años y medio.-Le respondió Gina.
- ¿Y lleva dos años y medio tocándote?
Gina asintió con la cabeza.
- No encuentro nada más. -Le respondió.

La primera semana pasó rápida, igual que la segunda y la tercera . Llegó la cuarta y Tris tenía que entrar a la barra. Llegó cinco minutos antes, como siempre. Entró por el almacén y se cambió en el aseo. Cruzó la cocina y entró a la barra donde estaba Biagio. Al entrar, Biagio le tocó en culo.
- Qué ganas tenía de que entraras a la barra. -Le susurró él.
Tris se estremeció mientras él le tocaba el culo. Ella intentó disimular como si no le molestara para no alarmar a los clientes.
El bar comenzó a vaciarse entre las tres y media y las cuatro. Anabella terminó su turno y se fue. Chiara, Bianca y Gina se fueron también.
- Chiara, Bianca y Gina volverán a las ocho y Anabella a las nueve.- Le dijo Biagio a Tris. - Tenemos cuatro horas los dos solos. - Le dijo acercándose más a ella.
Tris se asustó un poco. Biagio se acercó más a ella y empezó a tocarle el culo.
- Biagio.- Le dijo ella intentando apartarse.
- Eres una chica joven y guapa - le dijo Biagio sin parar de tocarla.- Sé que viniste de España sólo por trabajo, y ahora que has encontrado uno, ¿lo vas a perder por una tontería? - Le preguntó mientras le tocaba el culo.
- No.- Le respondió ella.
- ¿Entonces? - Le preguntó. - ¿Tienes algún problema con que te toque el culo?
- No.
- Pues ya está.-Le dijo tocándoselo otra vez.- Los dos estamos a gusto en el trabajo, ¿verdad?
-Sí. - Le respondió ella. - Voy a descargar el lavavajillas.
-Tris - la detuvo él.
- ¿Sí?
- No te pongas sujetador con el uniforme.- Le pidió. - Y procura ponerte tangas en vez de braguitas, para que no se te marquen, digo.
Tris se sintió intimidada, pero asintió delante de Biagio, y se fue al lavavajillas. Empezaron a llegar clientes a partir de las cinco y Tris salió a atenderlos mientras Biagio se ocupaba de la barra.
Al acabar la jornada, Tris fue al aseo a cambiarse. Biagio se acercó a ella justo antes de entrar y le tocó el culo.
- Tris, tenemos que hablar un momento.- Le dijo.
- Sí, dígame.
- Creo que no has entendido bien las condiciones  del contrato.-Le dijo acercándose a ella y tocándole el culo.
Tris intentó apartarlo.
- Tris, si quieres trabajar aquí lo primero que tienes que hacer es tenerme contento.-Le dijo tocándole el culo.- ¿Me entiendes? - Le preguntó mientras le tocaba un pecho.
Tris asintió con la cabeza.
- Lo segundo es ser eficiente, tienes que moverte rápido - le dijo, - y para ir rápido tienes que ir ligera, sin peso. No vas a ir desnuda pero si puedes quitarte ropa...como el sujetador.- Le dijo bajándole un tirante, y empezó a reírse. - Eres joven, no te hace falta el sujetador, no se te van a caer. Venga, prueba.-Le pidió.
Tris se quitó el sujetador sin que se le viera nada.
- ¿Ves como no es tan difícil?-Le preguntó tocándole el culo. - Solo tienes que ponerte un tanguita y no ponerte sujetador. -Volvió a mirarla.-Sin sujetador se te queda más bonito el escote. Ya puedes irte, pero quiero verte así mañana.
Tris asintió de nuevo, se cambió y se fue.

Llegó a casa un poco más tarde.
- ¿Qué tal el trabajo? -Le preguntó Nicky.
- Bueno, teniendo en cuenta que mi jefe es un cerdo. - Le respondió.
- ¿Por?-Le preguntó Micaela.
- Porque nos toca a todas - les explicó - y hoy me ha dicho que tengo que ir sin sujetador y que me ponga "un tanguita".
- Qué asco.-Le dijo Sandra.
- Ya pero es lo que hay.
- O lo tomas o lo dejas.- Comentó Nicky.
- Exacto.-Le respondió. - Y necesito el trabajo.
Esa noche habló con su madre por Skype.
- ¿Cómo vas?¿Estás comiendo bien?-Le preguntó su madre.
- Sí mamá, estoy muy bien.-Le respondió. -¿Y vosotros?
- Bien.-Le respondió. - Al papá le han renovado y a mí me van saliendo arreglillos de vez en cuando.-Su madre cosía.
- ¿Y Fran? - Le preguntó.
Fran era su hermano pequeño.
- Bien, estudiando.-Le respondió. -¿Qué tal el trabajo?
- Bien.
-Y tus compañeras y tu jefe, ¿te tratan bien?
- Sí. - Le medio mintió.

Al día siguiente se levantó temprano. Se duchó, se arregló el pelo y se puso el tanga. Se vistió y se llevó el uniforme en una bolsa. Al llegar al bar se metió al aseo, se quedó en ropa interior, se quitó el sujetador y se puso el chaleco y los pantalones. Guardó su ropa en su mochila y salió a la barra.
-¿Ves que guapa vas así, Tris?- Le preguntó Biagio.
- Sí. - Le dijo ella entrando a la barra.
- Qué bien lo vamos a pasar esta semana.

"Esta semana" pensó Tris, aún estaban a martes. Tris pasó el paño por la barra mientras Biagio la miraba. Chiara, Bianca, Gina y Anabella llegaron enseguida. Anabella entró a la cocina y Chiara, Bianca y Gina fueron a la barra, por fuera. Empezaron a atender las mesas, y Tris y Biagio, a servir en la barra.
Tris fue poniendo: cañas, helados, cafés, refrescos, aperitivos, batidos, tapas,... Junto con Biagio, quien, de vez en cuando, le tocaba el culo.
A las cuatro, Anabella fue a cambiarse porque había terminado su turno, y Biagio entró a la cocina y la siguió al almacén.
- ¿Ya te vas?- Le dijo cogiéndola por las caderas.
- Ha terminado mi turno.
- Bella,...para mí las cinco sois iguales, y no me gusta trataros diferente.-Le dijo tocándole las caderas y el culo.-¿Vas a cambiarte antes de irte?
-Sí.
- Te acompaño al aseo.
Anabella entró primero y Biagio la siguió tocándole el culo. Entraron los dos y Biagio cerró la puerta.
- Voy a cambiarme.-Le dijo ella.
- Pues cámbiate.
Anabella se quedó en ropa interior y Biagio le tocó los pechos antes de que se pusiera el sujetador.
- Por favor.-Le dijo ella intentando apartarse.
- No pasa nada. - Le respondió él tocándola.
- Biagio, por favor.
- Cómo os ponéis las mujeres por nada.-Le dijo apartándose.
Ella se tapó los pechos y se vistió mientras él salía a la barra. Biagio entró a la barra y se acercó a Tris.
- Tenemos cuatro horitas solos, princesa. - Le dijo. - Qué bien lo vamos a pasar.
Biagio le tocó el culo y los muslos a Tris. Tris salió fuera a atender las mesas; y Biagio estuvo toda la tarde poniendo cafés y helados, y mirándole el culo a Tris cuando se alejaba de la barra.

Los meses pasaron y un día Tris y Biagio se quedaron solos en el bar. Enseguida llegó Gina y Tris terminó su turno. Tris entró a la cocina y llegó al aseo del almacén, y Biagio la siguió. Ella fue a cerrar la puerta, no le había visto, pero él cogió la puerta y entró.
- Sigue.-Le pidió al ver que se estaba quitando el top.
Ella le hizo caso dejando sus pechos al descubierto. El se acercó y le quitó los pantalones. Le acarició la mejilla y le besó el cuello. Le puso las manos en el culo y siguió besándola. Tris intentó apartarse pero Biagio siguió tocándola y besándola.
- Pero ¿por qué te apartas?
- Yo soy camarera no prostituta.
- Ay Tris, que jovencita eres.- Le dijo tocándole los pechos. - Esto forma parte de tu trabajo.- Le dijo mientras le tocaba el culo y los muslos. -Ya te lo dije cuando empezaste, eres una chica joven, preciosa,...-Le dijo acariciándole las mejillas y apartándole el pelo de los hombros.- ¿Te acuerdas que te dije que no te pusieras sujetador porque no se te caían las tetitas? -Tris asintió con la cabeza. - Pues delante mía no necesitas ni sujetador...ni nada de ropa.-Le dijo acariciándola. Le tocó los pechos, la espalda, el culo, los muslos,...Empezó a besarle el cuello, y Tris se estremeció. - Ya puedes marcharte campeona.- Le dijo dándole unas palmaditas en el culo.
Biagio se fue y Tris se vistió y se fue a casa.

- ¿Qué tal hoy? - Le preguntó Sandra.
- Mal -le contestó. - Mi jefe me ha tocado, y no sólo el culo y los muslos, como al principio.
- ¿Y qué vas a hacer? - Le preguntó Micaela.
- Nada -le respondió Tris frustrada. - No puedo hacer nada. Es asqueroso.
- Intenta buscar otra cosa. -Le sugirió Nicky.
- Es que no es tan fácil.
- Ya.

Tris habló esa noche con su familia por Skype.
- ¿Qué tal? - Le preguntó su madre.
- Bien, ¿y vosotros?
- Bien.-Le respondió su madre. - Te noto un poco triste.
- Es que os echo de menos.
- Y nosotros a ti -le dijo Fran.
- ¿Cómo vas en el instituto? - Le preguntó a Fran.
- Regular.
- No te lo dejes, ¿eh?
- No, tranquila.
- ¿Estás a gusto?-Le preguntó su madre.
- Sí, -le dijo - mucho. Estoy compartiendo piso con tres chicas: Nicky, Micaela y Sandra. Y tengo cuatro compañeras de trabajo: Gina, Chiara, Bianca y Anabella.
- ¿ Y con tu jefa bien? O jefe.- Le preguntó su padre.
- Jefe, Biagio.- Le dijo. -Sí, muy bien.-Le mintió.

Tris siguió yendo a trabajar bajo las mismas condiciones durante un año,  cuando se le acabó el contrato.
- Tris entra al almacén un momento.-Le pidió Biagio.
Ella le hizo caso.
- Hoy haces un año aquí, y se te acaba el contrato, ¿quieres renovar?
Tris no había encontrado nada más así que tuvo que renovar.
- Sí. - Le respondió.
- Pues ya sabes lo que tienes que hacer, -le dijo dejando la carpeta sobre la cámara frigorífica, -antes de firmar el contrato.
Tris se acercó a él. Biagio le bajó la cremallera del chaleco y le quitó los pantalones.
- Qué sexy. - Le dijo tocándola.
Se quitó los pantalones y la camiseta y empezó a besarla. Le tocó el culo y los muslos mientras le besaba el cuello.
- Vamos al aseo- le susurró al oído.
La cogió del brazo y la metió al aseo cogiendo la ropa con la otra mano. Le quitó el chaleco y le tocó los pechos.
- ¿Por qué no me besas tu un poco? - Le dijo él.
Ella le besó en la boca, en el pecho, la barriga.
- Sigue.
Tris negó con la cabeza.
- Sigue.- Le pidió otra vez.- ¿No querías el trabajo? Tendrás que mantenerlo.
Tris se puso de rodillas y siguió besándolo más abajo.
- ¿Ves que fácil es?- Le preguntó Biagio acariciándole la cabeza. - Levántate anda.
Ella le hizo caso y Biagio empezó a tocarle los pechos.
- Qué obediente eres.- Le dijo Biagio.- Te has ganado tu sueldo.
Salió del aseo, cogió un sobre con su sueldo y el nuevo contrato y volvió a entrar.
- Toma - le dijo tocándole el culo mientras ella lo firmaba.- Ya puedes vestirte. Ah, y dile a Gina que entre.
Tris se vistió con la ropa que traía, guardó el uniforme en su bolsa y salió del almacén con el sobre y la bolsa.
- Gina me ha dicho Biagio que vayas al almacén.- Le dijo.
- ¿Sabes para qué? - Le preguntó un poco asustada.
- Para pagarte - le respondió Tris -...y que le pagues, ya me entiendes.
- Sí. - Le dijo Gina seria. Sabía lo que le esperaba.
Gina fue al almacén y Tris se fue a su casa.

- Hola.- Dijo Tris entrando por la puerta.
- Hola.- Le contestó Nicky.- ¿Qué tal?
- Regular.
- ¿Por?
-Porque hoy es día de cobro.-Le respondió. - Bien porque me han pagado y mal porque "le he tenido que pagar" a mi jefe.
- ¿Sigue tocándoos? - Le preguntó Micaela.
- Sí, era "la condición para renovar" .- Les contó Tris. - Bueno, y vosotras ¿qué tal?
- Bien. - Le respondió Sandra.
- Qué cerdo. - Comentó Nicky.
- Ya...-Le dijo Tris.
- Vamos a cenar, anda.- Les dijo Micaela.- Y ya de paso cambiamos de tema.
- Sí, mejor.- Dijo Tris.
Cenaron, y después, Tris habló con su familia por Skype.
- Hola.
- Hola Tris, ¿qué tal? - Le preguntó su madre.
- Bien.
- ¿Y el trabajo? - Le preguntó su padre.
- Bien, me han renovado hoy.
- Qué bien.- Le dijo Fran.
- Sí.
- Te echamos mucho de menos - le dijo su madre.
- Y yo a vosotros.
- Llevas ya un año allí - le recordó su padre. - ¿Tienes ganas de volver?
- Sí...Tengo ganas pero sé que en España no voy a encontrar trabajo.- Les explicó.
-¿Vendrás este verano?
-No creo mamá, - le respondió, - ahora en junio es cuando más se llena el bar y en julio y agosto ya...
- Bueno...- Le dijo su madre.
- Escápate cuando puedas, ¿vale?- Le pidió Fran.
- Lo intentaré. - Le dijo riéndose. - ¿Cómo has acabado?- Le preguntó refiriéndose a los estudios.
- Bien, todo aprobado.
Fran había acabado tercero de la E.S.O.
-¿Ciencias o letras?
- Ciencias.
- Me alegro mucho.- Le respondió Tris - ¿Y el trabajo qué tal?
- Yo estoy cosiendo trajes para las fiestas de los alrededores. - Le respondió su madre. - Y el papá sigue en el taller.
- Parece que se mueve un poco la cosa. - Dijo su padre.
- Me alegro.
- ¿Comes bien?- Le preguntó su madre.
- Sí, mamá.

Al día siguiente se fue a trabajar. Entró por el almacén y se metió al aseo a cambiarse. Biagio entró detrás.
- Hola guapa. - Le dijo abrazándola y tocándole el culo.- Anabella no está - le dijo-, desnúdate.
Ella le hizo caso y él empezó a tocarla y a cogerle la mano para que ella lo tocase. Empezó a tocarle el culo, los muslos y los pechos.
- Me encantas Tris. - Le dijo mientras la tocaba y la besaba.-Tienes un culito y unos pechos - le dijo mientras se los tocaba.
- Biagio.
- Shh- le dijo poniéndole un dedo en los labios. - Deja que te toque anda, así te aseguras un puesto de trabajo.
Tris aguantó desnuda mientras Biagio la tocaba y la besaba.
- Hoy hace un año que trabajas aquí, - le dijo Biagio.- Podríamos dar un paso más.
- Es que yo no quiero dar ningún paso.- Le dijo Tris un poco asustada, dando un paso hacia atrás.
- Pero necesitas el trabajo, ¿no? - Le preguntó Biagio acercándose a ella.
- Sí. - Le respondió incómoda.
- Pues ya sabes.- Le dijo.- Qué guapa vas desnudita.
Biagio se desnudó y siguió tocándola y besándola.
- Acércate más, - le pidió él riéndose - que no muerdo.
Tris se acercó a él y se tocaron y besaron más. Biagio empezó a besarla en la boca y fue bajando despacio besándole todo su cuerpo. Volvió a subir y le pidió a Tris que le hiciera lo mismo a él. Tris lo hizo, aunque le daba mucho asco.
- Qué bien lo haces.- Le dijo.- Eres la que menos tiempo lleva aquí y la que más me gusta. Vas más guapa así, desnudita.
Tris se sintió incómoda. Él volvió a tocarla y a besarla.
-Biagio por favor, - le pidió girando la cabeza - para. Para por favor.
- Ponte el uniforme.- Le ordenó apretándole el culo.
Biagio salió. Tris se vistió y salió a la barra.
- ¿Estás bien?- Le preguntó Gina.
- Me ha tocado en el aseo.- Le dijo.- Me estaba cambiando y...me ha tocado, me ha besado y me ha pedido...que le besara de arriba a abajo. - Le explicó a punto de llorar.
- Eh eh, tranquila. Tranquila. Lo siento.- Le dijo abrazándola.- Él es así, cuando le gusta alguna o le apetece...
- Ya...
- Lo siento Tris.- Le dijo abrazándola.- ¿Cuánto tiempo llevas ya?
- Hoy hago un año, -le respondió, - ¿y tu?
- Cuatro - le respondió mostrándole cuatro dedos de una mano.
-No sé cómo lo aguantas.- Le dijo Tris secándose las lágrimas.-Yo llevo solo un año y...No lo soporto. Me da mucho asco.
- Necesito el trabajo.- Le respondió. - Tengo una peque de tres años y medio.-Le confesó.
- Pero...tu eres muy joven.- Le dijo Tris sorprendida. Gina era una chica afroamericana de veintidós años.
- Tuve un novio a los dieciséis, estuvimos tres años, hasta que me quedé embarazada.- Le contó. - En cuanto se enteró se fue.- Hizo una pausa.- Mi peque se llama Noa.- Le contó sonriendo.
-Qué nombre más bonito.- Le dijo Tris.
- Solo quiero darle lo mejor Tris -le dijo mirándola. - A veces, cuando llego a casa y la veo jugando me la imagino con dieciséis, dieciocho años trabajando para alguien como Biagio. Y se me cae el alma al suelo, no quiero que acabe cerca de alguien como él. - Le confesó. - Por eso nunca me la he traído al trabajo, y por eso me cambio aquí. No quiero que me vea con esta ropa, no quiero que el día de mañana vaya por ahí con un top con el que se le salen las tetas porque le está pequeño y un pantalón que parecen unas bragas.
- A mí tampoco me gusta el uniforme, lo veo obsceno.- Le dijo. - No te imaginaba con una niña, y menos de tres años.
- No entraba en mis planes la verdad, pero Noa es lo mejor que me ha pasado.- Le dijo. -¿Y tu qué? ¿ Qué es de tu vida?
- Soy enfermera y nutricionista.
- Vaya - le dijo Gina sorprendida.
- Bueno, no me ha servido de mucho.- Le dijo. - No es que ser camarera sea algo malo pero...aspiraba a algo más.
- Normal, después de estar cuatro años estudiando.
- Me gustaría ver a tu peque algún día.
- Sí, podríamos quedar.- Le dijo sonriendo.- Pero lejos de aquí, en otra parte de la ciudad.
- Sí, mejor.
-No me gusta que esté por aquí. - Le dijo. - Bueno, en realidad, no me gusta que esté cerca de Biagio.
- Lo comprendo.- Le dijo Tris.-Yo haría lo mismo.

Los meses pasaron y un día Tris quedó con Gina. Llegó con Noa de la mano.
- Ésta es Noa, mi peque.-Le dijo Gina a Tris. - Noa ésta es Tris, una compañera del trabajo de la mamá.
- Hola Noa.- Le dijo Tris.
- Hola.- Le respondió Noa.
- Qué guapa.
Noa era una niña afroitaliana de tres años y medio con la piel oscura, pequeños ricitos en el pelo y ojos azules claros.
- Gracias.
Gina y Tris empezaron a reírse.
- ¿Jugamos? - Le preguntó Noa a Tris.
- Sí. - Le respondió Tris sonriendo.
Tris y Noa empezaron a jugar a las palmas. Gina se quedó mirándolas con cariño, viendo como Noa se reía con cada juego y tontería que Tris le hacía.
- Mami ¿juegas?- Le pidió Noa a Gina.
- Sí.
Gina se unió a Noa y Tris, y así pasaron la tarde.
- Bueno son las ocho y media.- Dijo Tris mirando su reloj.- Tengo que irme.
- Sí, nosotras también - dijo Gina.- Aún tengo que duchar a Noa y darle la cena . Vamos Noa.- La llamó.
- ¿Ya?
- Sí, tengo que ducharte y tenemos que cenar.- Le dijo cogiéndola de la mano.- Dile adiós a Tris.
- Adiós Tris.- Le dijo Noa despidiéndose con la mano.
- Adiós. - Le dijo Tris haciendo lo mismo.

Tris se fue al piso.
- Hola.
- Hola.-Le dijo Micaela. - Has tardado, ¿te ha hecho algo? - Le preguntó preocupada refiriéndose a Biagio.
- No - le contestó sonriendo -,es que he ido al parque con Gina y su hija, Noa.
- Ah.- Le dijo aliviada.
Tris hizo sus tareas y se puso a hablar con Zoe, Lía y Nahir por Skype.
- Hola.- Les dijo.
- Hola.- Le respondió Lía.
-¿Qué tal? - Le preguntó Nahir.
- Bien, ¿y vosotras? - Les dijo Tris.
- Bien, currando.- Le respondió Zoe. - Y tu ¿qué tal con tu jefe?
- Bueno...sigue igual.- Le respondió Tris.- Pero no quiero hablar de él.
- Bueno pues cuéntanos algo.
- Hoy he ido al parque con Gina, una compañera, y su hija, Noa.
-¿Tienes compañeras más mayores que tu?- Le preguntó Lía.
- No, bueno tenemos más o menos la misma edad, un año más un año menos. - Le respondió Tris. - Gina tiene veintidós, Chiara y Bianca, veinte y Anabella, veintitrés.
- ¿ Y tus compañeras de piso?- Le preguntó Zoe.
- Más o menos igual. ¿Cómo vais vosotras? - Les preguntó Tris.
- Bien.- Le dijo Zoe.
- Trabajando.- Le respondió Nahir.
- Eso está bien.- Les dijo Tris.
- Y ¿qué tal con Noa?- Le preguntó Lía.
- Bien.- Les respondió sonriendo.- Es muy simpática y mona.
- ¿Estás cómoda allí? - Le preguntó Nahir.- ¿Estás a gusto en general?
- Sí. - Le respondió Tris.- Ya me voy acostumbrando. Ya no me pierdo.- Les dijo riéndose. - Me he acostumbrado al horario del trabajo, a la comida italiana, me llevo bien con mis compañeras de piso y de trabajo; y de vez en cuando salgo con Gina y Noa.- Les contó. - Si no fuera por mi jefe y por lo mucho que os echo de menos...a vosotras y a mi familia, claro.
- Me alegro mucho. - Le dijo Zoe sonriendo.
- Nosotras también te echamos mucho de menos. - Le dijo Lía.
- Sí. - Afirmó Nahir.- ¿Tienes pensado volver?
- Sí, pero de vacaciones.- Le respondió Tris.
- Jo.- Se quejó Zoe.- Llevamos un año sin verte en persona.
- Es que...A ver, si hubiese trabajo en España volvería para quedarme.- Les dijo.- Pero como no hay, me quedo aquí. Volveré de vacaciones.
- Avísanos cuando vengas.- Le pidió Zoe.
- Sí, tranquilas. - Le respondió. - Voy a ver si puedo encontrar algo mejor. Es que por una parte no quiero irme del trabajo porque me llevo muy bien con mis compañeras, sobre todo con Gina, y pagan bien, pero...mi jefe...- Les dijo negando con la cabeza y resoplando.
- Ya...- Le dijo Zoe.
- Tienes que buscar lo mejor para ti, Tris. - Le dijo Nahir.- Si te sale algo mejor cógelo, podrás seguir manteniendo el contacto con Gina.
- Nahir lleva razón. - Le dijo Zoe.- No seas tonta y sigue buscando.
- No pierdes nada, puedes seguir trabajando hasta que lo encuentres.- Le dijo Lía.
- Sí, tenéis razón. - Les dijo Tris.

Tris estuvo unos meses buscando trabajo y encontró uno como enfermera de un matrimonio de setenta y setenta y dos años; aún así, siguió trabajando en el bar durante esos meses.
- ¿Qué te pasa?-Le preguntó Gina.
- Qué hoy es día de cobro.
- Ya...-Sabía a lo que se refería.
- Gina...-No sabía cómo decírselo. - No voy a renovar.
- ¿Te vas a España? -Le preguntó sorprendida.
- No.-Le respondió. - He encontrado un trabajo como enfermera de un matrimonio de setenta años.
- Entiendo, yo también lo cogería. - Le dijo Gina apenada.- Bueno...pero seguiremos quedando, ¿no?
-Sí. - Le respondió sonriendo. - Hablaremos por whatsapp y quedaremos, claro. Me encantaría volver a verte, y a Noa también.
- Me caes muy bien Tris,-le dijo sonriendo - me alegro mucho de haberte conocido. Y a Noa también le caes bien.
- Yo también me alegro de haberos conocido.

Biagio salió del almacén a la barra.
- Bianca ven conmigo al almacén.
Bianca le hizo caso y fue con él.
- Aquí tienes tu sueldo.- Le dijo dándole un sobre.- ¿Quieres renovar?
- Sí. - Le respondió Bianca.
- Pues vamos al aseo.- Le dijo tocándole el culo y sonriendo.
Los dos entraron y Biagio cerró la puerta. Se acercó a ella y empezó a besarla. Le bajó las manos por las caderas hasta tocarle el culo. Se lo tocó y se lo apretó mientras la besaba. Le bajó la cremallera del chaleco y le tocó los pechos.
- Así me gusta cariño, - le dijo tocándola - sin sujetador.
Se quitó el cinturón y se quitó los pantalones y la ropa interior.
- Ya sabes lo que tienes que hacer. - Le dijo a Bianca tocándole la mejilla.
Ella le hizo caso. Al terminar ambos se vistieron y Biagio le dio un sobre.
- Te has ganado tu sueldo. - Le dijo. - Dile a Anabella que pase.
Bianca se vistió y salió a la barra.

- Anabella me ha dicho Biagio que pases a cobrar.
Ella le hizo caso y pasó al almacén.

Biagio le dio el sobre y le preguntó:
- ¿Quieres renovar? - Anabella asintió. -¿Vamos al aseo?- le volvió a preguntar Biagio en la puerta.
Ella asintió y entraron. Biagio la desnudó, la tocó, la besó de arriba a abajo y terminó besándola en la boca y tocándole el culo.
- Qué cuerpo tienes. - Le dijo sin parar de tocarla y besarla.
Le apretó el culo y le tocó los pechos. La acarició de arriba a abajo sin para de besarla.
- Así me gusta. - Le dijo él.
Se acercó más a ella y siguió tocándola y besándole el cuello.
- Muy bien guapa.- Le dijo Biagio tocándole el culo. - Ya puedes vestirte.- Le dijo.
Biagio salió del aseo y cogió un sobre. Anabella se vistió y salió tras él.
- Aquí tienes tu sueldo. - Le dijo Biagio dándole el sobre y tocándole el culo.- Dile a Chiara que pase.

Anabella se acercó a la barra y se dirigió a Chiara.
- Chiara, me ha dicho Biagio que vayas al almacén a cobrar.
- Voy.

Chiara llegó al almacén donde la esperaba Biagio. Biagio le dio un sobre.
- Aquí tienes tu sueldo - le dijo.-¿Quieres renovar?-Chiara asintió con la cabeza.- ¿Pasamos al aseo?-Le preguntó Biagio girando la cabeza hacia el aseo.
Chiara asintió y pasó delante. Biagio se puso detrás y le tocó el culo. Entraron y Biagio cerró la puerta.
Le bajó la cremallera del chaleco y le quitó el pantalón. Le acarició la mejilla y ella apartó la cara. Le acarició el hombro y los brazos, y le puso la mano en el culo. Se lo acarició con una mano y con la otra le acarició la mejilla.
- Qué guapa eres.- Le dijo mientras la tocaba.
Se acercó más a ella y la besó en los labios. Siguió besándola mientras la tocaba. Ella intentó apartarse.
-¿No me has dicho que querías renovar? - Le preguntó Biagio.
- Sí.
- Pues ya está. - Le dijo él. - Chiara ya sabes cuales  son las condiciones.- Le dijo sonriendo y tocándole la mejilla. - O lo tomas o lo dejas. ¿Qué quieres hacer?
- Lo tomo. - Le respondió. 
El siguió tocándola y besándola unos minutos más.
- Aquí tienes tu sueldo. - Le dijo dándole el sobre.- Dile a Tris que entre.

Chiara salió del almacén y se acercó a Tris.
- Tris me ha dicho Biagio que pases al almacén.
- Voy.

Tris entró al almacén. Biagio se acercó a ella y empezó a tocarle el culo y a besarla. Le tocó los muslos y la besó.
- Cómo me gustas. - Le dijo cogiéndole el culo.
Empezó a besarla por el cuello y a tocarle el culo y los muslos. Le bajó el pantalón y volvió a tocarla.
- Quítate el top.
Ella se bajó la cremallera y se lo quitó.
- Qué pechitos tienes.- Le dijo tocándoselos. Le tocó el culo y se lo apretó.
- Eres preciosa, tienes un cuerpecito.
Le dio un beso en los labios y otro en la mejilla. Le tocó los pechos otra vez.
- Qué blanditas. - Se giró y cogió el sobre con su sueldo. - Toma princesa.- Le dijo dándoselo y tocándole el culo.
Tris cogió el sobre y lo miró.
- Hoy cumples dos años,- le recordó,- ¿quieres renovar? - Le preguntó tocándole el culo y sonriendo.
Tris miró de nuevo el sobre, le miró a los ojos y le respondió seria:
- No.- Le dijo negando con la cabeza.- Me marchó, me ha salido algo mejor.
Biagio se rio un poco y se acercó más para tocarla. Ella se apartó.
- No vuelvas a tocarme. - Le dijo seria.
Entró al aseo, se cambió, cogió sus cosas y salió a la barra.

- Gina me ha dicho Biagio que pases. - Le dijo sonriendo.
Gina la abrazó.
- Te voy a echar de menos, pero me alegro mucho por ti. - Le dijo.
- Gracias. - Le dijo.- Me voy pero quedaremos.
- Sí. - Le respondió. - Bueno voy a "cobrar".
- Suerte. - Le deseo.
- Gracias.
- Gina - la detuvo,- has sido lo mejor que me ha pasado en estos dos años. Gracias por todo.
- De nada.-Le dijo sonriendo, volvieron a abrazarse y le dio un beso.

Gina atravesó la cocina y llegó al almacén.
- Pasa.- Le dijo Biagio.
Ella le hizo caso.
Biagio se acercó a ella y le puso las manos en el culo . Empezó a besarle el cuello y a tocarle los muslos. Le bajó la cremallera del chaleco y le tocó los pechos. Le puso las manos en las caderas mientras la besaba.
- Qué guapa eres.-Le dijo sin parar de tocarla.
Bajó las manos y empezó a tocarle tocarle el culo y los muslos. Le acarició los pechos y le dijo:
- Te has ganado tu sueldo, guapa. - Se giró y cogió un sobre. Volvió a mirar a Gina y se lo dio.- ¿ Quieres renovar?
Gina asintió y él le quitó el chaleco y los pantalones. Se acercó a ella, la acarició y la besó en los labios. Le bajó las manos por la espalda tocándola hasta apoyarlas en su culo.
- Mi negrica - Le susurró al oído mientras le apretaba el culo y le daba unos pellizcos.
La besó y le tocó los pechos. - Ya puedes vestirte. - Le dijo cogiendo el contrato.

Gina lo firmó y cogió el sobre que había dejado encima de la cámara frigorífica.  Se dio la vuelta para irse y Biagio le tocó el culo.
- Qué culito.- Le dijo mientras le daba un palo.
Gina se sintió incómoda y se fue.

Al salir del bar se encontró con Tris.
-¿Te acompaño? - Le preguntó Tris abrazándola.
- Sí. - Le contestó abrazándola y sonriendo. - Te voy a echar de menos.
- Pero si nos vamos a seguir viendo.
- Ya pero no será lo mismo.- Le dijo Gina.- Te he cogido cariño.
- Y yo a ti.- Le dijo. - Y a Noa. ¿La traerás cuando quedemos, no?
- Claro.- Le respondió. - Seguro que se alegrará de verte.
- Gina...prométeme que te buscarás algo. - Le pidió refiriéndose al trabajo. - Qué no te quedarás aquí para siempre.
- Sí.- Le dijo asintiendo con la cabeza. - Te prometo que voy a buscar algo mejor, pero no me iré hasta que no lo encuentre. Necesito el trabajo.
- Lo sé. -Le respondió. - Te entiendo.

Tris empezó a trabajar como enfermera a domicilio de un matrimonio de ochenta y dos y ochenta años: Luca y Pía. Ella iba a su casa, los aseaba, les hacía el desayuno, la comida y la cena; les daba sus medicinas, les ayudaba en todo y les hacía compañía.

Unos días después, habló con su familia por Skype.
- Hola. - Les dijo Tris.
- Hola. -Le respondió su madre. -¿Qué tal?
- Bien.
- ¿Y el trabajo? - Le preguntó su padre.
- Bueno...dejé el bar hace una semana y ahora estoy como enfermera a domicilio de un matrimonio mayor. -Les explicó.
- ¿Un matrimonio "mayor"?-Le preguntó Fran extrañado.
- Sí, Luca y Pía - Le contó. - Un matrimonio de ochenta y dos y ochenta años.
- ¿Estás a gusto con ellos?-Le preguntó su madre.
- Sí. - Les respondió sonriendo. - Ahora estoy mucho mejor,  y me alegra hacer algo que tenga que ver con mi profesión.
- Me alegro. - Le dijo su padre sonriendo.
- ¿Cuándo vas a venir? - Le preguntó Fran.
- No lo sé. - Le respondió. - Tengo que hablar con Paola y Doménico.
- ¿Paola y Doménico? - Le preguntó su madre.
- Así se llaman los hijos del matrimonio. - Les explicó. - Fueron ellos los que me contrataron.
- Ah.
- ¿Y eso que has dejado el bar?-Le preguntó su padre.
- Porque echaba muchas horas -le mintió, - y, como soy enfermera y nutricionista, pensé en buscarme algo de lo mío, que es lo que me gusta.
- ¿Pero lo dejaste...?
- Yo tenía en mente algo de enfermería o nutrición, así que me puse a buscarlo mientras trabajaba en el bar; y cuando encontré esto, dejé el bar.
- ¿Te despediste? -Le preguntó Fran.
- No, -le respondió,- se me acabó el contrato y no renové.
- Ah.-Le dijo Fran. Se hizo el silencio. - Tris, ¿tu tienes pensado quedarte allí para siempre?
- No lo sé. - Le respondió. - Mientras que tenga trabajo me quedaré aquí. Cuando no encuentre nada,...me lo pensaré.
- Llevamos dos años sin verte en persona. - Le recordó Fran.
- Madre mía dos años ya.-Le respondió ella.-¿Qué estás haciendo ahora, Fran?
- He terminado primero de bachiller.

Unos días después quedó con Gina y Noa para ir al parque.
- Madre mía Noa, cuánto has crecido.-Le dijo Tris a Noa.-Ven aquí. - Le dijo cogiéndola y dándole besos.
Noa y Gina empezaron a reírse.
- ¿Cuántos añitos tienes ya?-Le dijo tomándola y dándole un beso.
- Cuatro. - Le respondió Noa enseñándole cuatro deditos de su manita.
- ¿Te gusta el cole? - Le preguntó.
- Sí. - Le respondió Noa.
Tris le dio otro beso y la bajó al suelo.
Noa se fue al tobogán.
- ¿Sigues en el bar?-Le preguntó Tris a Gina.
-Sí. - Le dijo asintiendo con la cabeza. - Y Biagio sigue igual.-Se hizo el silencio.-No puedo más Tris, llevo así cinco años. -Le confesó. -Yo estuve un año trabajando allí, lo iba a dejar pero me quedé embarazada de Noa.-Le explicó. - No podía arriesgarlo todo con una niña, y mi madre ya estaba en paro, no podía ayudarnos.
- Lo siento Gina.
- Bastante hace con dejar que nos quedemos en casa.-Le dijo refiriéndose a su madre. - Me cambio todos los días en el trabajo porque me da mucha vergüenza que Noa me vea así vestida. No quiero que se vista así cuando sea mayor.-Se hizo el silencio. - Tengo miedo Tris.-Le dijo mientras le asomaban unas lágrimas en los ojos.
-¿Miedo de qué?
- Ahora solo tiene cuatro años - le dijo refiriéndose a Noa,- pero ¿qué pasará dentro de dos o tres años? Me da vergüenza salir y entrar a mi casa con el uniforme puesto. No quiero que Noa se vista así cuando sea mayor, pero ¿qué ejemplo le estoy dando si yo me visto así?-Le preguntó medio llorando.- ¿Si ese es mi uniforme? Ella se fija en mí porque soy su madre y yo no soy un buen ejemplo. No quiero que acabe trabajando para alguien como Biagio, ya sea de camarera o de cajera o de lo que sea.
- Gina, tu eres tu y Noa es Noa.-Le dijo.-Noa hará su vida, no tiene porque hacer lo mismo que tú. Aunque seas su madre.
-Yo quiero que tenga un futuro mejor, y quiero que estudie, como tu.-Le dijo.-Y no sé si podré darle eso. No sé si podré permitírmelo.
- Aún tiene cuatro años, es una niña pequeña. - Le respondió Tris. - Le quedan muchos años para acabar secundaria, tienes mucho tiempo para ahorrar por si quiere estudiar.-Le cogió la mano y le dijo.-Tranquila Gina, ella no te va a  juzgar. Da igual donde trabajes, eres su madre.
- Gracias Tris.

Tris se quedó en Italia cuidando de Luca y Pía, y Gina encontró trabajo en una cafetería y dejó de trabajar para Biagio.