El mar estaba en calma, el sol se estaba despertando, los barcos ya estaban amarrados en el muelle, y la vida en el puerto y en la lonja ya había comenzado.
- Buenos días Vicente.
- Buenos días Inés. - Le respondió Vicente viendo como bajaba las cajas del barco. - ¿Eso es de hoy?
- Claro. Mira qué fresco está, lo hemos cogido esta mañana. - Le respondió.- ¿Quieres algo?
- Creo que voy a dar una vuelta, quiero ver todo lo que hay antes de comprar. - Le respondió. - Por cierto, ¿está tu padre?
- No, pero no tardará en venir. - Le dijo mirando el reloj.
- Creía que iba contigo en el barco.
- Mi padre ya no está para subir al barco, y menos a la hora que nos vamos. - Le respondió.- Ahora me ocupo yo de esas cosas.
Rafael siguió su camino e Inés se quedó allí vendiendo. Rape, boquerón, gallineta,...
Esa noche Inés salió a pescar. Después se duchó y se fue a la lonja. Allí ordenó el pescado en las cajas y las llevó a su puesto.
- Te ayudo.- Le dijo un joven acercándose a su barco.
- No, si no hace falta. - Le contestó ella.
- Que sí, no pasa nada.- Le dijo cogiendo una caja. - La próxima vez dile a tu marido que no te deje sola. Esto pesa.
- ¿Mi marido? - Le contestó Inés riéndose mientras le cogía la caja. Puso dos encima y se llevó las tres.- No toques nada.- Le pidió entrando.
El joven la siguió dentro y le dijo.- ¿No viene contigo?
- No estoy casada. - Le respondió Irene dejando las cajas, y volvió al barco a por el resto. - Por cierto, ¿quién eres? Nunca te he visto por aquí.
- Me llamo Lucas. - Se presentó. - Soy el sobrino de Manuel y Camila, los dueños del Nautis. Estoy buscando a Rafael.
- No está. Has venido muy temprano, él llegará a partir de las once. - Le respondió.- Pero si vienes a encargar algo puedes pedírmelo a mí.
- ¿A ti?
- Me llamo Inés, Rafael es mi padre. - Le explicó. -Trabajo con él.
- Me han dicho que tenían un pedido encargado. - Le dijo sacando una nota del bolsillo.- He venido a recogerlo.
- Y ¿la carretilla?
- ¿El qué?
- ¿No te has traído nada?
- Llevo la hoja.
- Cuando vengas a recoger un pedido te tienes que traer la carretilla con pala, si no ¿cómo piensas llevarte las cajas?
- No lo había pensado.
- A ver, déjame la hoja.- Inés le puso el pedido en cajas y lo subió a su carretilla con pala abatible.- Mira, llevatelos aquí y cuando dejes las cajas me la traes.
- ¿Seguro?
- Sí, no pasa nada.- Le respondió.- Pero la próxima vez traete la tuya.
- Vale.
Lucas se fue e Inés siguió allí trabajando, hasta las once que llegó su padre.
- Hola.- Le dijo acercándose al puesto.
- Hola papá.
- ¿Has vendido mucho?
- Los pedidos que teníamos, tres merluzas a Vicente y un rape a una señora. - Le contestó. - Y ha venido el sobrino de Manuel a por un pedido.
- ¿El sobrino de Manuel y Lola?
- Sí. Lucas. Ha vuelto de Barcelona. Me ha dado una nota y era del Nautis. - Le contó.- Se le ha olvidado la carretilla y le he dejado la nuestra.
- Se nota que es nuevo.
- Sí.
Lucas se encargó de hacer los pedidos y recogerlos los siguientes meses. Nunca había trabajado con pescado así que Inés le explicó las diferencias entre un pez y otro, y le enseñó cómo cocinarlos. Lucas se pasaba las tardes con ella, porque por las mañanas tenía que trabajar en el Nautis, y ella tenía que pescar y atender el puesto de la lonja.
- ¿Llevas mucho tiempo trabajando en esto? - Le preguntó Lucas a Inés.
- Sí. Cuando era pequeña, mi hermano y yo ayudábamos a mi padre en el puesto al salir del colegio. - Le contó. - Luego entramos en el instituto y ya no teníamos tiempo para el puesto, pero los viernes y los sábados nos íbamos a pescar con él.
- Y ahora ¿tu te encargas del puesto y tu hermano pesca?
- No.- Le respondió.- Mi hermano falleció hace unos años. Se ahogó en el mar una noche de tormenta. Estuvimos buscándolo una semana, hasta que las olas lo sacaron a la orilla.- Le contó.- El día que lo encontramos mi padre dejó de salir a pescar, y desde entonces me encargo yo.
- ¿Y tu madre?
- Mi madre no trabaja. Antes hacía redes, pero poco a poco fue perdiendo vista y lo dejó.
- Te has sacrificado mucho por ellos.
- No, en realidad no. - Le negó.- No sé, también he hecho mi vida.
- Pero te has quedado aquí.
- Bueno, eso no fue así exactamente. - Le dijo.- Me fui a Vigo a estudiar el grado en ciencias del mar, estuve trabajando en un laboratorio, y volví.
- ¿Y por qué volviste?¿No tenías trabajo?
- Volví cuando desapareció mi hermano, para ayudar a buscarlo. - Le respondió.- Pero cuando lo encontramos mis padres estaban destrozados, y no podía dejarlos así. Me di cuenta de que hacía más falta aquí que en el laboratorio. Así que hice un curso para tener la tarjeta profesional de marinero pescador, y así poder ir yo a pescar.
- ¿Y así ayudas a tus padres?
- Sí. Así mi padre puede seguir vendiendo sin tener que salir a pescar. - Le explicó. - Y ¿tu? ¿Por qué has vuelto?
- Bueno...Mis tíos ya son mayores, y necesitaban ayuda en el bar. Y como no tienen hijos,...- Le respondió.- He venido para ayudarles en el bar.
Lucas e Inés empezaron a verse fuera del trabajo, para pasear, cenar,...y al final acabaron saliendo juntos.