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Llegué aquí una fría madrugada de diciembre. Los primeros libros que llegaron a mis manos me mostraron la magia de la imaginación y la belleza de las palabras. Más tarde, despertaron en mí la necesidad de plasmar éstas en nuevos relatos. La música me enseñó otra forma de ver la vida y, aunque no sé cantar, disfruto mis ratos libres escuchándola. Estas tres pasiones y disfrutar con la gente que me quiere son los pequeños placeres de mi vida. Me gusta fijarme en los pequeños detalles, ya que son los que le dan un toque personal a las cosas, e intento introducirlos en todo lo que hago, incluidos los relatos. Me gusta andar aunque no sepa a dónde voy o vaya sin rumbo fijo, creo que perderse es una buena forma de conocer otros lugares. Disfruto nadando, aunque no tenga el suficiente tiempo para ello, ni la playa muy cerca. Me considero una persona sencilla, no necesito gran cosa para ser feliz. Me gusta hacer las cosas de manera original, pero no destacar. Y estoy aquí porque necesito sacar las pequeñas ideas que pasan por mi cabeza.

martes, 27 de noviembre de 2018

Sin permiso

Sonaba 'One Kiss' de Dua Lipa en la discoteca, y los tacones ya se hacían de notar tras un buen rato bailando. Sus pies les pedían descanso y sus cuerpos, un buen colchón sobre el que reposar, así que decidieron irse.
- Nos vamos ya.- Dijo Anaís.
- ¿Seguro?¿Tan pronto?
- Tan pronto dice. Jóse son las tres de la mañana.
- Pero mañana es domingo.
- No. Nos vamos.
- ¿Vais bien?- Preguntó Toni queriendo saber si iban borrachas.
- Van mejor que tú.- Le respondió Elena riendo.
- Toni si no hemos bebido nada en toda la noche. - Respondió Emma poniéndose el abrigo. Era negro y tan largo que apenas dejaba ver el pantalón de la rodilla hacia abajo y las botas.
- ¿Estás ya, Em?- Le preguntó Anaís. Llevaba un pantalón largo negro, un abrigo marrón encima y una bufanda.
- Sí. Nos vamos chicos.
- Pasarlo bien.- Les deseó Anaís.
- Llamad cuando lleguéis.- Les pidió Toni.

Emma y Anaís salieron juntas hacia la parada de taxis. Por el camino se les acercó un coche con tres chicos dentro. Llegó a su altura y el copiloto bajó la ventanilla.
- Hola bonitas ¿os llevamos a algún sitio?
Emma y Anaís no dijeron nada y siguieron andando. Llegaron hasta la parada pero no había ningún taxi. Tenían que esperar pero no querían, tenían miedo.
- Venga guapas, vamos a dar una vuelta.- Les dijo el copiloto.
Emma se quedó parada, no sabía qué hacer.
- No te pares Em, volvamos dentro.- Le pidió Anaís cogiéndola de la mano.
El copiloto vio a Emma paralizada y le dijo a Anaís:
- Tu amiga quiere quedarse a jugar, ¿por qué no te quedas tú también?
- Emma vamos.- Le pidió intentando que andara.
Emma estaba paralizada y asustada. No sabía reaccionar. Tenía mucho miedo. Anaís intentaba tirar de ella pero era en vano. El copiloto y el chico de detrás aprovecharon ese momento para bajar del coche.
- ¡Vamos joder!- Le gritó Anaís a Emma poniéndose un poco nerviosa. Sacó su teléfono y marcó el número de la policía.
- ¿Qué haces con eso?- Le preguntó el copiloto intentando quitarle el teléfono.
- Deja que te ayude con ella.- Le dijo el otro chico intentando coger a Emma.
Anaís agarró fuerte a Emma y se le cayó el teléfono. El segundo chico recogió el teléfono del suelo y vio que, aunque el número estaba marcado, no había llamado todavía. Así que le dio a colgar, apagó el teléfono y se lo guardó.
- Lo estás deseando.- Le dijo.
- ¡No!
- Claro que sí.
- Emma muévete por favor. - Le pidió a su amiga intentando volver a la discoteca.
- No quiere irse a ningún sitio, quiere quedarse con nosotros, y tu deberías hacer lo mismo.- Insistió el copiloto cogiéndola por el brazo.
- ¡No me toques!¡Suéltanos!
Entre el copiloto y el segundo chico lograron separarlas. El copiloto le apretó el culo a Anaís con una mano y con la otra le apretó el pecho. Empezó a darle besos y no pudo escapar. El segundo chico metió a Emma en el coche.
- ¡Emma! - Le gritó Anaís.
- Tu amiga está bien. - Le dijo el copiloto aplastándole los pechos con el brazo izquierdo. Le tocó el culo y las caderas con la otra mano.- Quítate esto anda.- Le dijo quitándole el chaquetón.
- ¡No, no me toques! - Le gritó Anaís intentando quitárselo de encima, pero no pudo. Él era demasiado fuerte.

El conductor y el segundo chico violaron a Emma en la parte posterior del coche. Anaís lo vio. Mientras uno la violaba y la manoseaba, el otro le agarraba las muñecas y la besaba. Anaís le gritó, la llamó por su nombre, gritó más fuerte pidiendo auxilio. Pero Emma no podía ni pestañear, estaba en shock y no la oyó, y el resto del mundo, tampoco. El copiloto aprovechó esos segundos para terminar de quitarle el chaquetón y desabrocharle el sujetador. La empujó y la metió en el asiento delantero del coche.
- Ven aquí, puta.- Le dijo a Anaís, mientras cerraba la puerta tras de sí.
- ¡Déjame!- Le exigió intentando abrir la puerta. Pero no pudo porque el seguro estaba echado y no sabía cómo quitarlo. Intentó pasar a la parte de atrás para ayudar a su amiga, pero el copiloto no la dejó.
Se sentó encima de ella para que no se moviera y le acarició la cara y el pelo. Bajó la mano y le quitó el jersey mientras ella le arañaba y le pedía que no lo hiciera. Anaís bajó la ventanilla del coche y empezó a gritar y a pedir ayuda. Pero no la escucharon. El copiloto la violó mientras ella gritaba y pedía auxilio.
Al terminar cambiaron el coche de sitio, y las abandonaron a la salida del pueblo, desnudas y con algunos golpes. Se quedaron allí, solas. Emma seguía en shock y no se podía mover, estaba tumbada en el suelo. Y Anaís sentía asco e impotencia pero tampoco quería moverse.

La policía las encontró al día siguiente, al pasar con un coche patrulla.
- Hola señoritas, ¿se encuentran bien?- Les preguntó un policía.
- No.- Le respondió Anaís agotada y con ganas de llorar.
La policía las subió al coche y las llevó al hospital. Anaís le contó lo que había pasado, y en el mismo hospital pusieron la denuncia.

Unos días después los reconocieron. Los tres fueron juzgados. El copiloto fue condenado por violación, pero los otros dos solo cumplieron condena por abusos sexuales sin violencia, ya que Emma había entrado en shock y no había reaccionado contra ellos.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Valientes

"Vencí al delirio por la escuadra y sin grandeza"                                                         Inventas, Vanesa Martín 2018


"Vencer" significa hacer algo grande, heroico. Significa superar un obstáculo, salir airoso de una batalla. Cuando hablamos de una vencedora o un vencedor damos por hecho que es una persona valiente, que se enfrentaría a cualquier cosa, una persona que destaca por encima de los demás. Pensamos en los cuentos y películas en las que el héroe o la heroína se enfrenta a grandes problemas y salva a la humanidad o a sí mismo/a. También pensamos que es una persona con suerte o que lo ha conseguido todo en poco tiempo, alguien que nació con una virtud o talento especial que ha ido desarrollando poco a poco hasta llegar a lo que es hoy. Y ¿sabéis qué? En la vida real esto no es exactamente así. Claro que hay héroes y heroínas pero su fortaleza no se ve en el tamaño de sus músculos, se ve en la manera que tienen de enfrentarse a las cosas, la  forma de actuar en determinadas ocasiones, los pensamientos que rigen sus actos, los valores en los que creen, inculcan y transmiten. Así consiguen "vencer al delirio", a las tentaciones para hacer lo incorrecto. Así consiguen rechazar el camino fácil y coger el que conlleva sacrificios.

Los valientes son los que se enfrentan a pequeñas (o grandes en algunos casos) pruebas y no se rinden a la primera, los que batallan y luchan por sus sueños. El valiente no es solo el que empuña una espada, también es el que lucha contra una enfermedad y aún así sonríe cada mañana cuando sale a la calle, es el que se va a la otra punta del mundo a trabajar o estudiar aunque tenga que renunciar a estar cerca de los suyos, es el profesor que tiene un alumno con problemas y se para a ayudarlo, aunque su trabajo no se lo exija, es el médico que hace una operación a vida o muerte y aguanta más de 48 horas despierto por salvar la vida de su paciente, es el padre o la madre que acepta dos trabajos para mantener a su familia,...Valiente es el que se arriesga sin tener la certeza de que va a ganar, puede ser el que empieza un tratamiento para salir de una adicción y el que se va a ayudar a los más desfavorecidos a una zona subdesarrollada que no conoce.

Los valientes, además de tener fortaleza, son constantes y centrados. Las personas valientes lo son porque hacen pequeñas cosas y para llevarlas a cabo han de ser constantes, luchadoras y estar centradas, tener claro cuál o cuáles son sus objetivos y cómo conseguirlos. Una persona valiente es una persona que no se rinde, que pelea por sus ideales y metas hasta alcanzarlas, sin caer en las tentaciones del "delirio", como coger el camino fácil. Son personas que superan las adversidades, que aunque sean valientes no se crecen frente a ninguna persona, no se creen mejor que nadie. Son personas que no caen en la codicia, que por muchas pruebas que superen no se creen superiores a nadie ni son prepotentes. Vencen al delirio, a la codicia, esto no significa que no aspiren ni deseen algo material sino que renuncian a la envidia, al ataque a otros, renuncian a mirar de reojo a la gente con más suerte, fortuna, posibles, oportunidades,... Y superan las pruebas que la vida les pone. Los problemas a los que a menudo nos enfrentamos son pruebas que nos pone la vida para enseñarnos y hacernos más fuertes, pruebas que, una vez superadas, nos hacen ver las cosas de otra manera.

Los valientes son los que se enfrentan a las cosas, sin embargo, a veces, hay cosas a las que es mejor no enfrentarse. Las personas valientes son las que luchan cuando tienen posibilidades de ganar, y no cuando saben que se están metiendo en una batalla perdida de antemano. Es importante elegir bien las batallas que vas a luchar, para no intentar defender una causa ya perdida. Y si es así, si sabes que esa batalla ya está perdida, es importante que lo reconozcas, que saques alguna conclusión y/o enseñanza de ello y pases a otra cosa. A veces es necesario "ser cobarde", retirarse a tiempo o salir por la puerta de atrás sin hacer ruido para ganar una batalla.

Tras esta reflexión os voy a dejar el videoclip oficial de Inventas por si queréis escuchar el resto de la canción, en la que la propia autora tiene una conversación consigo misma y todas las mujeres que habitan en ella.



Vanesa Martín

Nació el 14 de noviembre de 1980 en Málaga. Es cantante y compositora pop desde que tenía seis años, cuando su padre le regaló su primera guitarra. Después de graduarse en magisterio y pedagogía se instaló en Madrid, donde dio sus primeros conciertos en el bar "El Taburete". Actualmente ha publicado siete discos y compartido escenario con artistas nacionales e internacionales como: Sergio Dalma, Matías Damásio, Melendi, Mariza, Malú, Annalisa, Alejandro Sanz, Manuel Medrano,...y muchos más. Además, ha compuesto temas para cantantes como Pastora Soler, Manuel Lombo, Franco de Vita o Joan de Son rapinya, entre otros. Y publicó su primer libro, "Mujer océano", en 2016.