Héctor se despertó a las once, era sábado. Sus manos rastrearon la cama en busca de Érica, no estaba. Pensó que estaría en el baño o en la cocina y no se preocupó, así que volvió a quedarse dormido.
Lucy, su hija, fue a su cama unas horas más tarde. Lucy se subió a la cama de sus padres y se acurrucó junto a Héctor. Él volvió a abrir los ojos y la abrazó.
-¿Ya estás despierta? - Le preguntó sonriendo.
- Sí. - Le respondió ella.
Héctor la abrazó y le dio un beso. Ambos estuvieron un poco más en la cama. Después Lucy se levantó y se fue al aseo a asearse. Héctor se levantó e hizo la cama y se encontró una nota.
"Qué raro" pensó.
Abrió la nota y la leyó:
"Me voy. No me busques, no me llames".
Era la letra de Érica. Héctor levantó la vista y vio el armario de Érica abierto y vacío, igual que su mesita. Fue al aseo y faltaban todas las cosas de Érica y una bolsa de aseo.
- Papá, la mamá no está. - Le dijo Lucy a Héctor extrañada.
- Tampoco sus cosas.- Le respondió Héctor.
Héctor llamó a Érica, necesitaba respuestas; pero ella no le cogió el teléfono. Pasó varios días llamándola y dejándole mensajes y whatsapps, pero Érica no le respondió. Llamó a sus suegros, a su cuñado y a sus sobrinos pero ninguno le cogió el teléfono ni le abrió la puerta de su casa.
Todo era muy extraño.
Lucy llamó a Érica la primera noche, horas después de que lo hiciera Héctor. Marcó los números en el fijo y se puso a esperar. Esperó...el teléfono daba línea,... Unos cuantos pitidos...y "deje su mensaje al oír la señal".
- Mamá soy Lucy, ¿dónde estás? ¿Cuándo vas a volver a casa? Te echo de menos. - Héctor la miraba con la esperanza de que Érica le cogiera el teléfono...pero no fue así. -No me contesta.
- Estará en el aseo, duchándose...O a lo mejor lo tiene apagado. - Le dijo Héctor.
Lucy colgó el teléfono y se fue a su cuarto llorando. Héctor fue tras ella. Lucy estaba llorando encima de su cama y Héctor la abrazó.
- Venga que no pasa nada- la animó. - Seguro que vuelve en unos días.
Lucy se durmió llorando y Héctor fue a acostar a Nerea, su hija pequeña, que aún era un bebé.
Lucy llamaba a su madre todos los días después de comer y de cenar, pero ella no le cogía el teléfono.
-Mamá, mamá ¿estás ahí?
Héctor empezó a llamar a Érica:
-Érica soy Héctor, ¿dónde estás? ¿Qué pasa?¿por qué te has ido?¿por qué no le coges el teléfono a Lucy?
Érica no les cogía el teléfono. Lucy siguió llamándola durante meses, en los que se dormía llorando, y ella siguió sin cogerle el teléfono.
Héctor empezó a mandarle whatsapps a Érica.
"Me da igual porqué te has ido pero, por favor, cógele el teléfono a Lucy."
Lucy dejó de comer y siempre estaba de mal humor.
- Venga cariño come un poco - le pidió Héctor.
- No tengo hambre.
- Pero tienes que comer.
- No voy a comer hasta que no venga la mamá.
- Lucy no sabemos cuando va a volver la mamá, tienes que comer.
-No.-Le respondió Lucy enfadada, y se fue a su cuarto.
Lucy siguió negándose a comer y llamando a Érica, pero ella seguía sin cogerle el teléfono.
Un día, Lucy estaba esperando a que Érica le cogiera el teléfono, Héctor se acercó a ella y le colgó el teléfono.
-¿Qué haces? - Le preguntó Lucy hecha una furia.-Estaba llamando a la mamá.
- Lucy la mamá no va a venir.
- Sí va a venir.-Le respondió agresiva.
- Han pasado muchos meses y no ha llamado ni te ha cogido el teléfono ni una sola vez. -Le recordó Héctor.
- No.-Le respondió ella medio llorando.-Va a venir. Va a venir. Eres tu el que no me deja hablar con ella, tu no quieres que venga.
- Claro que quiero.
- No.-Le respondió y se fue a su cuarto llorando.
Héctor fue tras ella y la encontró en la cama boca abajo.
-No puedes seguir así - le dijo con voz suave, acariciándole el pelo.-Te estás volviendo agresiva, no comes y no me hablas.
-Quiero ver a la mamá.
- Lucy...es difícil decirte esto, pero...No va a venir. La has llamado muchas veces y yo también, y no nos ha cogido el teléfono. La mamá no quiere saber nada de nosotros. Se ha ido, nos ha dejado.
Lucy siguió negándose a comer y un día se desmayó en clase. La profesora llamó a Héctor y a una ambulancia. Héctor dejó a Nerea con su madre y se fue al hospital.
Llamó a Érica por el manos libres:
-¿Dónde estás? Lucy está en el hospital, ven rápido por favor.
Llegó al hospital.
- ¿Dónde está Lucy?-Le preguntó alarmado a la profesora.
- En la 210
Héctor subió a toda pastilla por las escaleras.
A Lucy le habían puesto un gotero.
- Papá.
- Estoy aquí cariño, ¿cómo estás?-Le preguntó preocupado acercándose a ella.
- ¿Qué ha pasado?
- Te has desmayado.-Le respondió Héctor. - Tu profesora me ha llamado, estás en el hospital.
- ¿Y la mamá? - Le preguntó. -¿La has llamado? ¿Va a venir?
Héctor no sabía cómo responderle.
- Lucy...La mamá...No me ha cogido el teléfono. - Le respondió.
Lucy se dio la vuelta y se acostó mirando hacia la pared.
- Pero yo estoy aquí, cariño. - Le dijo Héctor acariciándole el brazo.-Estoy contigo, y con Nerea.
Al día siguiente Lucy marcó el número de su madre en el fijo. Héctor se acercó a ella y le colgó el teléfono.
- No llames a la mamá. - Le pidió. - Has estado meses llamándola y no te ha contestado. Acabas de volver del hospital, tu madre lo sabe, le dejé un mensaje cuando ingresaste. -Le informó. -Cariño han pasado muchos meses, no va a volver. No sigas llamándola porque no te va a coger el teléfono y vas a acabar otra vez en el hospital. Y eso sí que no, no voy a permitir que vuelvas a estar así.
Héctor estaba haciendo la cena: sándwiches de jamón y queso en la tostadora, y Lucy se acercó por detrás y lo abrazó . Héctor la miró, dejó el cuchillo y la rodeó con un brazo. Le acarició el hombro y el brazo.
- ¿Estás bien? - Le preguntó.
- Sí- le respondió Lucy sonriendo.
Cenaron, Héctor acostó a Nerea y se acostó a dormir.
Héctor llevaba dos años sin trabajo. Se le habían acabado el paro y la ayuda familiar. No tenía a nadie y necesitaba sacar adelante a sus hijas, así que empezó a robar por las noches.
Una noche, después de acostarlas, bajó todas las persianas, cerró las ventanas con candados, conectó la alarma a su móvil y se fue. Cogió un arma descargada y se fue lejos con el coche. Llegó a una casa y entró, encapuchado. Robó: comida, gel de baño, champú, pañales para Nerea y toallitas. Volvió a casa.
Dos semanas después volvió a robar a otra casa en la que había un bebé. Cuando estaba en la cocina apareció un hombre. Héctor le apuntó con la pistola, lo ató en una silla del comedor y le tapó la boca. Después se despertó la mujer, Héctor le ató las manos y le puso la pistola en la espalda.
- Saque el carro de la compra y llévelo a la cocina.
Ella le hizo caso. Al llegar a la cocina llenó el carro de comida.
- Ahora lléveme al aseo.
Ella lo hizo, temblando de miedo.
Héctor cogió: gel, champú, cuchillas de afeitar, pañales, toallitas,...
Estando en el aseo apareció una niña.
-¿Qué hace con mi mamá? -Le preguntó asustada.
- ¿Por qué no te vas a la cama?-Le preguntó Héctor con voz cariñosa.-Mañana tienes cole.
-¿Le vas a hacer daño a mi mamá?- Le preguntó con miedo.
- No.-Le respondió Héctor-No, tranquila.
Héctor se acercó a la mujer:
-Venga mamá, vamos a acostar a la niña.-Le indicó Héctor a la mujer.
Ella tomó la mano de su pequeña y la llevó a su cama.
- Mamá, ¿qué te va a hacer?-Le preguntó asustada.
- Nada cielo, no te preocupes. - Le respondió y le dio un beso.
Héctor miró su móvil para ver a sus hijas por las cámaras que había puesto en su casa. Las dos estaban dormidas.
- Señora no tengo toda la noche.
La mujer salió de la habitación.
- Saque el dinero que tenga.- Le ordenó.
Ella le hizo caso, y metió la mitad en una bolsa, que metió en el carro de la compra con todo lo demás.
-Vamos a su habitación.
Al entrar él le quitó la pistola de la espalda y le sacó unos pantalones vaqueros, un sujetador, una camiseta lila y una chaqueta.
- Vístase - le ordenó y salió de la habitación para no verla desnuda.
Cuando ella salió, la llevó a la puerta de su casa.
- Coja el carro y baje conmigo.-Le ordenó. - No se le ocurra hacer ningún movimiento raro.-Le ordenó mientras cogía sus llaves.
Ella le hizo caso, lo bajaron todo y lo metieron en el coche de Héctor.
-¿Por qué hace esto?-Le preguntó ella.
- Porque se me ha acabado el paro y tengo dos hijas a las que mantener.-Le respondió Héctor. - Yo no quiero hacerle daño a nadie, pero tengo que sacar adelante a mis hijas, y no tengo otra manera de hacerlo. -Se hizo el silencio.
- Y ¿por qué nosotros?
- Porque tienen un bebé. -Le respondió subiendo a su casa.- Mi hija pequeña es un bebé y necesita leche, pañales, toallitas,...por eso necesito casas en las que haya, al menos, un bebé.
Subieron a su casa y oyeron un ruido.
-¿Has sido tu?-Le preguntó la mujer.
-No.-Le respondió él.
La llevó hasta el comedor y la ató en una silla al lado de su marido. Siguió el ruido y acabó en la habitación de la hija mayor, una niña de seis años. Vio a un hombre agachado al lado de la cama. Le había quitado la sábana y estaba desnudándola, ella estaba despierta.
Intentaba quitarse sus manos de encima pero no podía.
- Apártese de ella.- Le ordenó al hombre apuntándole con la pistola.
- Oiga, usted tiene a la mujer y a la bebé, déjeme a mí a la niña. - Le dijo.
Héctor se acercó a el, le cogió por la espalda y lo separó de la cama.
- Le he dicho que se aleje de la niña - le dijo enfadado.- Lárguese de aquí y no vuelva a tocarla. - Lo sacó de la casa y volvió a la habitación de la niña. -¿Estás bien? - Le preguntó.
La niña asintió con la cabeza. La bebé empezó a llorar y Héctor fue a cogerla.
- ¿Qué pasa? - Le preguntó con voz cariñosa mientras la cogía. - Tranquila, no te voy a hacer nada.-Se la acurrucó poniéndole la cabecita en su hombro. Se la llevó al comedor intentando calmarla y le desató las manos y los brazos a la mujer. -Te dejo con la mamá. - Le dijo a la bebé y la dejó encima de su madre. La mujer la cogió en brazos y la calmó. - Cójala pero no intente hacer nada.
Héctor miró el móvil para ver a sus hijas y se fue a casa. Al llegar fue a las habitaciones a verlas. Ambas estaban dormidas. Les dio un beso a cada una y se fue a dormir.
Al día siguiente, Héctor llevó a Lucy al colegio, limpió, hizo la comida y fue a recogerla.
- ¿Dónde estabas anoche?-Le preguntó Lucy.
- Durmiendo en mi cama.
- No .Fui al aseo y vi que tu cama estaba hecha. - Le respondió triste. - No estabas en casa.
- Sería cuando fui al aseo.-Le mintió.
- No. Estaban todas las luces apagadas.-Le respondió. - No estabas.- Empezaron a caerle unas lágrimas por las mejillas.-Te vas a ir, ¿verdad? Tu también.
- Claro que no.-Le respondió. - Lucy yo nunca os dejaré.
- Mentira, te vas a ir como la mamá.
- No. No os dejaría por nada del mundo, ni a ti ni a Nerea.
- Entonces, ¿dónde estabas anoche?
Héctor agachó la cabeza.
- Fui a robar.-Le respondió.
-¿A robar?- Preguntó Lucy extrañada. Su padre no podía ser un ladrón.
- Lucy tengo que daros de comer.-Le respondió. - No voy a dejar que paséis necesidad y no puedo comprar comida. No tengo trabajo ni paro, pero no puedo fallaros. Yo soy vuestro padre, tengo que sacaros adelante. -Lucy no supo qué decir. Su padre se la jugaba para darles de comer. - Pero yo estoy pendiente de vosotras todo el rato. Hay cerrojos en las ventanas que siempre cierro antes de irme, conecto la alarma antes de salir y siempre echo la llave. Tengo cámaras y puedo veros en todo momento por el móvil. -Le explicó. - Siempre estoy pendiente de vosotras.
-Perdona papá - le dijo Lucy abrazándolo.
Héctor la abrazó.
Héctor encontró trabajo unos meses más tarde y dejó de robar. Héctor, Lucy y Nerea aprendieron a seguir con sus vidas sin Érica. Dejaron de llamarla y de buscarla. Si ella no quería saber nada de ellos, ellos tampoco se interesarían por ella.
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