Eh, tu, ya no me ves, ya no me miras, ya no me tocas.¿Qué nos ha pasado?¿Qué es lo que ha cambiado? Eh, tu, te estoy hablando, no me bajes la mirada. No me rehuyas, ni me des largas. Ya no me escuchas, sólo me oyes, y a veces ni eso. Mis palabras se evaden, se las lleva el viento, intento hablar contigo y nunca es buen momento. Lo intento, te busco y lo siento, pero a ti no te interesa. No me buscas, no me esperas. Ya no pensamos igual, ya no actuamos ni parecido. Y tu te empeñas en pensar que estamos bien, que "estamos" cuando ya ni me ves. No frecuentamos los mismos bares, ya no te gusta el ron con cola ni el beefeater con limón. Ya no eres lo que eras. No sé si intentas arreglarlo o si quieres tirarlo.
Subimos al coche y te pongo el CD de siempre. Elijo nuestra canción y la pasas como si fuera un disco rayado, un casete olvidado, algo del pasado.Y es nuestra canción, nuestra historia, lo nuestro. Lo que construimos entre besos, debajo de esas sábanas, con caricias, con "te quieros". Con susurros, con mordiscos en el labio y en las orejas. Con manos indiscretas que tantean el terreno al compás de una respiración agitada. Lo que construimos entre cuerpos calientes y húmedos, con dedos temblorosos y curiosos. Que exploran, que acarician, que rozan y se hunden entre carnes. Ya no te importa, ya no te interesa el terreno, te fatiga respirar así. Y no lo entiendo, no entiendo cómo pudiste hundir las yemas de tus dedos en mi piel cientos de veces, cómo pudiste enroscarte en mis caderas tantas noches, envolverme entre tus piernas, acoplarte a mí como una segunda piel.
Te acercaste tanto que respiramos el mismo aire, sentimos el mismo calor y experimentamos el mismo escalofrío al rozarnos. Nuestras pieles se erizaron, y descubrieron que eran perfectas la una para la otra. Fuimos dos piezas que resultaron ser de un mismo puzzle. Creímos estar completos hasta que nos rozamos, en ese momento descubrimos lo mucho que nos hacíamos falta el uno al otro. Fuimos uno. Un puzzle perfecto.
Por eso ahora te miro y te pregunto: ¿Qué nos ha pasado? ¿Qué es lo que ha cambiado?. Y te lo pregunto porque no lo sé, porque no entiendo cómo pudimos cambiar tanto nuestras piezas. Cómo pudimos transformarlas hasta desencajarlas totalmente. Hasta crear dos formas totalmente distintas e incompatibles.
Ya no reconozco tus maneras ni tu forma de reír. Esas carcajadas que tantas veces se clavaron en mis costillas. Ya no son las mismas, ya ni las rozan. No te peinas igual, no usas la misma colonia, no te vistes parecido ni te expresas con claridad. Ya no te entiendo, tu lengua ya no habla mi mismo idioma ni quiere compartir mi misma saliva.
No sé qué quieres, no sé qué esperas, no sé dónde va esto. Intento hundir mis dedos y mi nariz en tu pelo, pero ya no me cubre, ya no me acaricia. Tampoco huele igual ni tiene el mismo tacto, y ambos sabemos que no es culpa del champú. Mis manos, que siempre se habían fundido con tu pelo a la perfección, ahora se vuelven torpes, y tu pelo, en vez de envolverlas como siempre, parece un terreno hostil e inexplorado. Ya no encajamos, ya no pertenecemos al mismo puzzle.
Y es por eso que ahora te miro y te pregunto: ¿Qué nos ha pasado?¿Qué es lo que ha cambiado? Y te lo pregunto porque no sé la respuesta, pero al mismo tiempo te miro a los ojos y me doy cuenta de que tu tampoco la sabes. De que vas por un camino muy diferente al mío. Ambos recorríamos el mismo sendero, pero debió de haber alguna curva en la que tomamos direcciones opuestas o simplemente paralelas. Fuera como fuese ya no caminamos uno al lado del otro, y hace mucho que debimos darnos cuenta, pero no lo hicimos. O tal vez sí, pero confiamos en volver al mismo sendero, y sin embargo ahora lo buscamos y no está. Es como si ese sendero que construimos juntos hubiese desaparecido de la faz de la tierra, como si se hubiese borrado. Fuimos caminando juntos hasta llegar a una bifurcación en la que cada uno optó por una divergente opción. Y ahora no hay atajos que nos vuelvan a juntar.
Pensamos que los miembros de una pareja podían quedarse en un mismo punto, en el equilibrio perfecto, o evolucionar juntos. No nos gustaba el equilibrio, en eso estuvimos de acuerdo, pero tampoco evolucionamos juntos, y no nos percatamos de eso hasta que estuvimos demasiado lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario