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Llegué aquí una fría madrugada de diciembre. Los primeros libros que llegaron a mis manos me mostraron la magia de la imaginación y la belleza de las palabras. Más tarde, despertaron en mí la necesidad de plasmar éstas en nuevos relatos. La música me enseñó otra forma de ver la vida y, aunque no sé cantar, disfruto mis ratos libres escuchándola. Estas tres pasiones y disfrutar con la gente que me quiere son los pequeños placeres de mi vida. Me gusta fijarme en los pequeños detalles, ya que son los que le dan un toque personal a las cosas, e intento introducirlos en todo lo que hago, incluidos los relatos. Me gusta andar aunque no sepa a dónde voy o vaya sin rumbo fijo, creo que perderse es una buena forma de conocer otros lugares. Disfruto nadando, aunque no tenga el suficiente tiempo para ello, ni la playa muy cerca. Me considero una persona sencilla, no necesito gran cosa para ser feliz. Me gusta hacer las cosas de manera original, pero no destacar. Y estoy aquí porque necesito sacar las pequeñas ideas que pasan por mi cabeza.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Tag 50 cosas sobre mí

Hola pequeños y pequeñas turistas, hoy os traigo un tag que tal vez debería haberlo hecho cuando empecé. Lo he visto mucho en canales de youtube pero yo creo que se puede adaptar a un blog, bueno ahí os lo dejo:

1. Me llamo María, aunque eso ya lo sabéis.
2.Tengo 20 años.
3. Soy española.
4. Mido 1,40.
5. Tengo los ojos marrones.
6. Tengo el pelo castaño y ondulado.
7. Me gusta dormir con todo cerrado, la ventana y la puerta.
8. Me gusta tenerlo todo ordenado.
9. Duermo de lado y siempre mirando a la pared.
10. Soy muy friolera.
11. Soy dormilona.
12. Tengo mucho genio.
13. No canto bien.
14. Me gusta nadar.
15. Me gusta montar en bicicleta.
16. Toda o casi toda la música que escucho es en español.
17. Mi dúo favorito es Andy & Lucas.
18. Me encanta hacer manualidades, puzzles,...
19. Me gusta correr.
20. Mi color favorito es el azul.
21. Mi número favorito es el cuatro.
22. Me gusta leer pero no tengo un libro favorito.
23. Empecé a escribir cuando estaba en primaria, eran relatos muy malos, cortos y tenía una letra grande, aún tengo alguno por ahí.
24. Un día empecé a leer blogs por internet y al año o así creé éste.
25. No tengo pareja.
26. Soy muy familiar.
27. Vivo con mis padres.
28. Tengo una hermana más pequeña que yo, que no se parece en nada a mí.
29. Mis nombres preferidos son: Laura y Sergio.
30. Solo me maquillo cuando salgo con mis amigas o voy a algún evento, o un domingo. Pero no suelo maquillarme a diario.
31. No tengo carnet de conducir.
32. Nunca he salido de España.
33. Me encantaría ir a Andalucía algún día, es una ilusión que tengo desde hace años.
34. Me gustan los perros y tengo una perrita que tiene ya nueve años.
35. Nací en diciembre.
36. Me encanta el olor a coco.
37. Casi nunca me pongo faldas.
38. No me suelo pintar las uñas de las manos porque se me van enseguida.
39. Tengo que dormir al menos con una sábana por encima aunque haga mucho calor.
40. Mi helado favorito es el de chocolate.
41. Nunca duermo la siesta.
42. Tengo una caja con cosas inútiles: premios de Grefusa, una piedra rara, figuritas de los huevos Kinder,...
43. Estudio educación infantil.
44. Soy muy despistada.
45. Cuando estoy esperando, por ejemplo si quedo con alguien en un sitio, y cuando llego aún no ha llegado, camino hacia ambos lados hasta que llegue.
46. No me gusta llegar tarde a los sitios.
47. Soy diestra.
48. No soporto las faltas de ortografía.
49. Nunca he montado en avión.
50. Me encanta ayudar a la gente.

Espero que os haya gustado y os sirva para conocerme un poco mejor, besos.

martes, 22 de noviembre de 2016

Eterna

"Vísteme de blanco" me dijo. "El día que me vaya vísteme de blanco. Así no me apagaré, no me iré, solo moriré y me recordarás eternamente. Vísteme de blanco que refleje mi vida, mis experiencias, mis sentimientos. Que salgan fuera y me dejen vacía, que me dejen en blanco."

Deja que se vaya mi rabia, - me pidió - deja que se vaya mi dolor, deja que se vaya mi llanto y vísteme de blanco. Deja que salgan mis sueños, mis recuerdos, mis sentimientos. Que se queden contigo, que se queden aquí, que formen mi eterno recuerdo y me dejen irme de aquí. Vísteme de blanco y dejarás mi alma al descubierto. Mis sentimientos, mis pensamientos.

Me quedaré vacía, - me dijo- y mi "yo" se quedará contigo. Mi cuerpo se habrá ido y yo quedaré eternamente en tu memoria. Te veré desde alguna parte, desde algún lugar y te preguntaré "¿Qué tal estás? ¿Cómo te va? " aunque no me oirás, no me responderás. No me verás, no me escucharás, pero sabrás que eternamente estaré ahí, que seré feliz. Te abrazaré, te escucharé, te besaré. Y cuando notes una caricia en la espalda, un soplo caliente en la mejilla, me notarás a mí.

Vísteme de blanco - me dijo - , no dejes que mi luz se apague. Y me quedaré contigo, a tu vera, a tu lado. Para besarte, para tocarte, para acariciarte, para rozarte, para amarte eternamente.

Vísteme de blanco y me quedaré para mirarte mientras duermes, para velar por tus sueños - me propuso. -Me quedaré para apoyarte cuando lo necesites, para dejarte un hombro en el que llorar, para darte un abrazo si lo precisas. Tu solo vísteme de blanco cuando ya no puedas verme.
Yo me quedaré aquí para verte sonreír, para verte ganar, para verte vivir. Para celebrar tus triunfos y llorar tus derrotas.

Vísteme de blanco y me quedaré aquí aunque solo me veas en tus sueños. Aunque no me oigas cuando te hable, cuando te dé un consejo. Sé que me entenderás, que me sentirás. Y si mi presencia te alivia, habré logrado mi objetivo, todo esto tendrá sentido.

Vísteme de blanco y me quedaré eternamente, porque tendré un motivo. Podré acompañarte en tus andaduras, en tus escapadas, en tus sueños, en tus viajes,  en tu vida, en tu mundo. Que ya no será el mío, ya no será el nuestro, solo será tuyo. Nuevo, diferente, peligroso, apasionante, hermoso, bonito, grande, lleno de gente, experiencias, lugares, culturas,... Que conoceremos juntos aunque tú pienses que no, aunque tú no me veas, yo iré con mi hermoso traje blanco a tu lado, de tu mano; y te besaré, te abrazaré, te amaré eternamente.- Me propuso.

Te querré, acariciaré tu espalda cuando estés dormida, velaré tus sueños y espantaré tus miedos y pesadillas. Te taparé cuando haga frío, cerraré tu ventana cuando llueva, seré tu paraguas y tu abrigo, tu abrazo y tu pañuelo de lágrimas, tu héroe y tu mayor fan. Tu solo vísteme de blanco y yo haré el resto.

Estaré a tu vera, lo prometo. Estaré ahí siempre, y seré eterna - me prometió- . Estaré contigo en lo bueno y en lo malo. Siempre. En tus sueños, en tus pensamientos, en tu memoria, en tu corazón, en tus recuerdos. Lo sé, lo siento. No me olvidarás, y me sentirás a tu vera, besándote, abrazándote, acariciándote, amándote.

Vísteme de blanco y seré eterna.- Me dijo, y así lo hice y así es ella: Eterna.

domingo, 30 de octubre de 2016

Solo te pido que suene la música ahí dentro, y el baile sea solo nuestro


                                Solo te pido que suene la música ahí dentro,
                                      y el baile sea solo nuestro.

Ríe, ríete todo lo que puedas, de todo y con todo.
De lo que entiendas, y de lo que no comprendas.

Deja que ría, deja que sueñe, deja que viva, deja que sienta,
y no me juzgues aunque no lo entiendas.

Solo te pido que suene la música ahí dentro,
y el baile sea solo nuestro.

No me acuses si no entiendes mis versos,
no sabes lo que late aquí dentro.

Si escuchas mi canción y no entiendes su letra,
si no sabes lo que dice este poeta.

No sabes mi vida, no sabes mi historia,
ni lo que guardo en mi memoria.

Mis zapatos, desgastados y mojados,
han dado diversos pasos,
por caminos que aunque accidentados,
me han llevado hasta donde he llegado.

                               Y aquí estoy, bajo esta lluvia,

la que evitas con tu paraguas,
la que el agua enturbia.

Sintiendo como la lluvia cala nuestros huesos,
como el frío se mete en mi cuerpo.

Abrázame, abrázame bajo esta lluvia,
abrázame y para este helor.

Porque solo tus brazos, solo tu cuerpo,
pararán este invierno que llevo dentro.

Solo te pido que suene la música ahí dentro,
y el baile sea solo nuestro.


martes, 23 de agosto de 2016

Cosas de chicas, cosas de chicos

Depílate, maquíllate, ponte tacones, péinate, que no se vean las canas, esconde la regla, haz deporte para mantenerte pero no demasiado, no marques muchos músculos. No te dediques a la construcción, no seas mecánica, no seas bombera, no trabajes en la minería, no te dediques a un deporte profesionalmente. Fórmate y busca trabajo pero encárgate de tus hijos y tu casa. Ten un noviazgo medianamente largo, con un hombre por supuesto, que sea un par de años mayor que tú, y no al revés. Cásate con él.

Ten hijos, dedícate a ellos. Raro sería que no quisieras tener niños. Si no trabajas quédate en casa cuidando de ellos y ocupándote de ésta, si trabajas compagínalo. Si trabajáis los dos y tenéis una reunión del cole, ve tu. Si uno de los niños se pone enfermo, ve tu.

Si tienes necesidades sexuales no las digas. Cualquier hombre y mujer tienen necesidades sexuales, si él habla de sexo es un machito, si ella habla de sexo es una puta. Todos los sabemos y sabemos que no es justo, pero nadie lo dice. Si se acuesta con muchas es "el puto amo", si ella se acuesta con muchos es la "puta" ( y no la puta ama). Si no enseñas nada eres una mojigata; si te tapas mucho, una anticuada; si eres virgen o no sabes nada de sexo eres una mojigata; si te acuestas con muchos, una puta; si no sabes cocinar debería darte vergüenza, aunque tengas mucho éxito profesional o estudiantil. Ponte faldas de vez en cuando, si no te peinas o maquillas a diario eres una descuidada o poco femenina, si dices palabrotas eres una maleducada, si bebes cerveza, una borracha; si haces topless, una guarra; si no te depilas, una cochina,... ¿Por qué?.

¿Por qué el deporte masculino se visualiza más que el femenino? ¿Por qué si un hijo se pone enfermo siempre es la madre la que "pierde" un día de trabajo (si no se queda con los abuelos)? ¿Por qué sigue habiendo desigualdad salarial en algunos empleos? ¿Por qué seguimos teniendo prejuicios respecto a unos y otros empleos? No sería raro que un hombre hiciese las labores domésticas o se ocupase de sus hijos ¿no? Entonces ¿por qué no puede ser limpiador o niñero? ¿Por qué ellas pueden llevar vestidos y faldas y ellos no? ¿Por qué hay gente que no ve bien que un niño juegue con tacones, barbies y muñecas,  y sí ve bien que una niña juegue con balones y coches? ¿No podemos ambos sexos elegir lo que queramos sin temor a ser juzgados? ¿Cómo podemos decirles a los niños y niñas que son iguales si no les dejamos hacer lo mismo? ¿Cómo podemos creer que todos los hombres y mujeres somos iguales si nosotras no podemos ir sin depilar, por ejemplo,  y ellos no pueden ponerse un vestido? Decimos que somos iguales: hombres y mujeres. Toda la sociedad occidental (o al menos la gran mayoría) lo pensamos, pero seguimos distinguiendo entre lo que ELLOS deben o pueden hacer y lo que ELLAS deben o pueden hacer, que en la mayoría de casos es lo mismo,  pero con matices. Por ejemplo: ambos pueden jugar al fútbol en el patio del colegio pero sólo él tendrá posibilidades de salir en la tele o los periódicos en la sección de deportes, o le dedicarán más tiempo en sus entrevistas. Ambos pueden estudiar magisterio infantil pero ella tendrá más posibilidades de encontrar trabajo en el sector privado. A él le tendrán más en cuenta si necesitan un albañil,  a ella la tendrán más en cuenta si necesitan a una modista. Que sí, que todos y todas somos iguales pero si nos fijamos en el mundo real, si abrimos los ojos, no veremos a ningún niñero ni a ninguna mujer albañil, ni a un hombre trabajando de profesor o educador en una escuela infantil, no encontraremos a un limpiador (en lo que casas o locales se refiere), no encontraremos a mujeres mineras (o al menos no a muchas) o montando un mueble.

Seguimos distinguiendo entre "cosas de chicas" y "cosas de chicos", que en algunos casos lleva razón: las compresas y tampones son de chicas, los calzoncillos son de chicos, los sujetadores y braguitas son de chicas,... Pero ¿y lo demás? Los tampones y compresas son de chicas porque a ellos no les baja la regla, la ropa interior es diferente porque las partes íntimas son diferentes, pero a ambos nos sale vello por el cuerpo (sí señoras y señores,  y a algunos y algunas, mucho) ¿por qué un hombre tiene la "opción" de depilarse y una mujer tiene la "obligación" de depilarse (que no estoy en contra de la depilación, ni en hombres ni en mujeres, estoy en contra de que la mujer no tenga el derecho a decir "no" sin que la miren mal o la llamen cochina)?

Todos tenemos uñas, ¿no? ¿Por qué ellas pueden pintárselas y ellos no? Todos tenemos cara,  ¿por qué ellas pueden maquillarse y ellos no? ¿Por qué algunas y algunos siguen asociando el pelo largo a la mujer y no al hombre (y viceversa con el pelo corto)? ¿Por qué ellas pueden llevar vestidos y faldas y ellos no?

Decimos que somos iguales pero no podemos hacer las mismas cosas (o al menos no todas sin que se nos mire mal), entonces ¿de qué clase de igualdad estamos hablando? Sí es cierto que físicamente somos diferentes, y que al tener hormonas diferentes nuestro cuerpo deja de actuar igual al llegar a la adolescencia, pero ¿y en lo demás? En los sectores económicos, en el salario, en el vestuario, en la depilación, en la vida familiar,...Seguimos teniendo prejuicios. Seguimos pensando en el " qué dirán " y seguimos distinguiendo " las cosas de chicas " y " las cosas de chicos ". Cuando dejemos de hacerlo, empezaremos a pensar realmente en " la igualdad ".

martes, 19 de julio de 2016

Rumbo musical

Jarek era un joven de veintiún años.
- ¿Estás seguro? - Le preguntó su madre.
- Qué sí.
- ¿Y dónde vas a ir?
- Donde sea mamá, no te preocupes.
- ¿Qué no me preocupe?- Le preguntó su madre alarmada.- Jarek tienes veintiún años.
- Por eso, sé cuidarme.- Intentó tranquilizarla mientras guardaba su guitarra.
- Dime al menos dónde vas.
- Es que no lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes? Pero, ¿qué piensas hacer?
- No sé mamá. - Le respondió un poco cansado.- Mira aquí no hay trabajo, y yo...Me asfixio mamá, no tengo nada que hacer. Quiero encontrar trabajo y ver mundo. Es ahora o nunca, tengo veintiún años y no tengo obligaciones, tengo que irme ahora que puedo.
- ¿Vas a salir de España?- Le dijo un poco resignada.
- Supongo, no lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- Mira cogeré el primer tren que pille y me llame la atención, y...No sé...Me llevará a algún sitio.
- Llámame, ¿vale?
- Sí, no te preocupes.- Le dijo dándole un beso.
- Te quiero.
- Y yo a ti.

Al día siguiente Jarek fue a la estación de tren y cogió un tren a Galicia. Cuando bajó buscó un piso de alquiler. Encontró un estudio pequeño, suficiente para él sólo. Deshizo la maleta y se tomó un café. Después le mandó un whatsapp a su madre:
" Estoy en Galicia "
" Qué haces en Galicia?" - Envió su madre.
" No sé."
" Cómo que no lo sabes?"
" Pues eso, que no lo sé. Cogí un tren y aquí estoy. Tranquila, he alquilado un estudio."

- Bueno, primera parada: Galicia.- Dijo mientras sacaba su guitarra y su libreta. Siempre llevaba una libretita pequeña y un bolígrafo verde en el estuche de su guitarra. Era verde porque era diferente, como él.
Pasó toda la mañana componiendo y tocando la guitarra. Cuando se cansó lo guardó todo y se hizo la comida: arroz blanco y salchichas.

Esa tarde salió a la calle a buscar trabajo, encontró una cafetería en la que buscaban camareros.
- Hola buenas tardes, me he fijado en que buscan camareros.
- Sí,- le dijo una señora de unos cuarenta años - ¿le interesa?
- Sí. Me llamo Jarek.- Le dijo tendiéndole la mano.
- Yo Irimia, encantada.- Le respondió dándole la mano.- ¿Tiene experiencia como camarero?
- No.
- ¿Tiene experiencia en algo?
- Soy fotógrafo, y he trabajado de dependiente en una tienda de videojuegos.
- Bueno,...Puede aprender.- Le dijo Irimia.- ¿Cuántos años tienes?
- Veintiuno.
- Puedes empezar mañana.- Le dijo.- A las siete y media.
- Gracias.

Jarek volvió a casa, cogió su cámara y su pequeña libreta. Salió a pasear por la calle y echó algunas fotos. Al anochecer volvió a su piso y se duchó mientras tarareaba:
- Si cuando me clavas la mirada se vuelve loco mi pensamiento - cantaba bajo la ducha -, nunca lo digo pero lo siento...
Salió de la ducha, aún cantando, se puso el pijama y recogió el aseo. Estaba haciéndose una tortilla para cenar cuando sonó su teléfono móvil.
- ¿Sí?
- ¿Jarek? - Le preguntó Lucas.
- Dime.
- ¿Dónde estás?
- En Galicia.
- Ah pero ¿es verdad?
- ¿El qué?
- Me encontré con tu madre y me dijo que te habías ido, no podía creerla.
- Pues sí, es cierto.- Le confirmó.- He llegado esta mañana.
- ¿Y qué?¿Cómo vas?
- Bien. Esta mañana he encontrado trabajo de camarero y estoy en un estudio de alquiler.
- Qué guay.

Jarek siguió en su piso y empezó a trabajar al día siguiente. A veces, sobre todo entre las dos y las cuatro, tenían muy pocas mesas o casi ninguna mesa en la cafetería y Jarek aprovechaba esas " horas muertas" para componer canciones en su libreta.
Se apoyó en la barra por fuera, observando las mesas vacías y empezó a escribir letras en su libreta personal, la que siempre llevaba encima. Emma, una compañera de trabajo, estaba detrás de la barra y se apoyó para ver lo que ponía.
- ¿Qué son?¿Poemas?
- Canciones.
- ¿Cantas?
- Compongo y toco la guitarra, pero no soy profesional.
- No lo sabía.- Reconoció Emma.- Podrías tocarme algo. Con la guitarra, digo.
- Podría,- dijo Jarek riendo - pero tendrías que venir a mi piso.
- Tienes un acento raro.
- Soy de Murcia.
- Ya decía yo.
- Ahora vengo.- Dijo Jarek mientras se dirigía a una mesa en la que acababan de sentarse unos clientes.
Les tomó nota y atendió varias mesas. No paró en toda la tarde. Cuando terminaron, recogieron la terraza, barrieron y fregaron el bar.
- ¿Vas a venir a mi piso? - Le preguntó Jarek, divertido, a Emma, mientras cogía su pequeña mochila.
- Ya quisieras.
- Como quieras.

Una noche fue un chico al bar, justo cuando se iba yendo la gente. Jarek se fijó en él nada mas verlo y le atendió en la mesa mientras Emma estaba dentro de la barra.
- ¿Qué miras?- Le preguntó ella.
- El chico ese. Es guapo.
A Emma le sorprendió la respuesta.
- ¿Guapo?
- Sí, no está mal.
- Por eso te reías...- Dedujo recodando la pregunta del piso que le hizo.- ¿Eres gay?
- Sí. Fue divertido verte intentando subir a mi piso.
- ¿De verdad pensabas que iba a subir?- Le respondió riéndose.
- Parecías muy dispuesta.
- Lo ves guapo, ¿verdad? - Le dijo refiriéndose al chico otra vez.
- Mucho, me gustaría darle un repaso.
- No tienes nada que hacer con él.
- ¿Lo conoces?
- Sí.- Le respondió riéndose.
- ¿De qué?
- Bueno...Le doy un repaso todas las noches desde hace dos años, en nuestra cama.- Le explicó.
- ¿Es tu novio?
Emma afirmó con la cabeza mientras miraba a su novio y se mordía el labio inferior.
- Y tu pensando que quería subir a tu casa.- Añadió riéndose mientras descargaba el lavavajillas.

Los días pasaron y Jarek se fue acostumbrando al clima, la gente, la ciudad en la que vivía ahora y al trabajo.
- ¿Y ése?
- Ése ¿qué? - Le respondió Emma mirando al chico al que se referían.
- Si está soltero.
- ¿Tienes el radar puesto o qué?
- No, pero son guapos los chicos de por aquí.
- Tu has venido a buscar algo más que trabajo ¿no?
- No, pero si se puede hacer un dos por uno...
- Ya, ya.

Empezó a hacer más calor por la calle y Jarek pasó a llevarse su guitarra también de paseo y no solo su libreta, para poder practicar y componer sus canciones al aire libre, cuando no trabajaba.

Ese día se sentó en el bordillo de una gran fuente que había en medio de una plaza. Empezó a tocar una de sus canciones y a cantar. Pasaron por allí varías personas, unos lo miraban, otros comentaban,... Pasó por allí una mujer que se quedó un rato mirándolo y escuchándolo. Jarek se fijó en ella y vio como se quedaba pensativa mientras lo miraba. La mujer estuvo escuchando atentamente y después se apartó un poco e hizo una llamada.
Jarek siguió tocando su guitarra y dejó de prestarle atención, hasta que se acercaron a ella una mujer y un hombre. Tuvieron una pequeña conversación entre los tres, y los recién llegados se fijaron en él. Lo observaron mientras la mujer les comentaba algo. Jarek empezó a incomodarse un poco y dejó de prestarles atención, o eso pretendía cuando aquellos se aproximaron a él.
- Disculpe.- Le dijo una de las mujeres.
Jarek dejó de tocar su guitarra y le miró a los ojos. Creía que iban a pedirle que dejara de tocar puesto que estaba en la calle, un sitio público.
- ¿Si?
- Verá le hemos estado escuchando mientras tocaba y nos gustaría hacerle una oferta. - Le respondió la misma mujer.
- ¿Una oferta? ¿De qué?
- Tenemos un bar en el que toca, bueno tocaba, un guitarrista. Pero su grupo ha lanzado un disco y se ha ido de gira, ha extinguido el contrato.- Le explicó la otra mujer.- Estamos buscando alguien que los reemplace, y bueno...
- Te hemos oído tocar y cantar y nos gustaría hacerte una oferta.- Concluyó el hombre.
- Bueno... La verdad es que ahora mismo tengo trabajo,- les confesó,- pero si lo puedo compaginar, a mí no me importaría.
- Nosotros querríamos que tocaras dos o tres noches por semana.- Le dijo el hombre.
- Mira vamos a hacer una cosa, - le explicó la mujer- éste es el teléfono del bar, - le dijo apuntándolo en una hoja de papel,- piénsalo y con lo que sea nos llamas.
- Vale.
- ¿Cómo te llamas? - Le preguntó el hombre.
- Jarek.
- Yo soy Eusebio y ellas son Baia y Delia.
- Encantado.- Les dijo dándole la mano a cada uno.

Jarek lo estuvo pensando unos días y al fin se decidió. Concluyó que podría seguir trabajando en la cafetería y pasarse algunas noches por la cafetería de Eusebio, Baia y Delia para sacarse algún dinero extra tocando la guitarra, y así lo hizo.
- ¿Así que ahora tienes pluriempleo? - Le preguntó Emma.
- Sí, ahora me falta un chico.- Dijo Jarek.
- Pero tu eres fotógrafo, ¿no?
- Sí, ¿por?
- ¿No has encontrado nada de fotografía?
- No. Pero me pagan por tocar la guitarra que también me gusta.- Le explicó.
- Qué suerte tienes.
- Un poco.

Jarek estuvo viviendo de los bares hasta que consiguió sacar un disco e hizo una gira por España. A partir de entonces fue haciendo giras y buscando empleos los meses que se quedaba parado, también solía tocar en diferentes bares de Galicia.

domingo, 10 de julio de 2016

A tres bandas

Begoña era una chica de diecinueve años que estudiaba segundo de psicología en Barcelona. Era de Murcia pero iba a la UAB por falta de nota. Había encontrado un piso de estudiantes, el de Aurora, y había estado compartiendo piso con dos chicas más: Irene y Laura. Estas últimas habían abandonado el piso después del segundo año porque habían conseguido un traslado a sus provincias natales: Álava y Teruel, respectivamente.

Begoña pasó el verano en Murcia con su familia pero al llegar septiembre volvió a Barcelona.
- Lleva cuidado.- Le pidió su madre, Ana.
- Mamá ya he pasado un año en Barcelona y no me ha pasado nada, no te preocupes.- Le dijo Begoña intentado tranquilizarla.
- ¿Sigues teniendo trabajo? - Le preguntó su padre, Vicente, un poco preocupado.
- Sí, me han dado las vacaciones, pero empiezo la semana que viene.- Le explicó.
- Venga que vas a perder el tren.
Begoña se despidió de sus padres y cogió el tren a Barcelona. Al subir buscó un asiento y se puso sus auriculares.

El tren llegó a su destino unas horas después. Begoña bajó y recogió sus maletas. Salió de la estación y se fue andando hasta su piso de estudiantes. Al llegar tocó el timbre, Aurora había recogido las cuatro llaves al terminar el curso anterior, con el fin de que no se perdieran. Al empezar el nuevo curso se las daría a sus compañeras.
Le abrió la puerta y la saludó:
- Hola.
- Hola. - Le respondió ella dándole dos besos.- ¿Qué tal?
- Muy bien, ¿y tu?
- Bien. ¿Se han ido ya tus padres?
- Sí, estamos solas.
Begoña fue a su cuarto y deshizo la maleta. Se instaló y comieron más tarde.
- ¿Estás trabajando? - Le preguntó Begoña.
- Sí, he empezado esta mañana. ¿Tu cuándo empiezas?
- El lunes de la semana que viene.

Los días pasaron y ambas volvieron a sus rutinas.

Un día Begoña estaba haciendo la comida y Aurora entró a la cocina. Se acercó por detrás y le rodeó la cintura con los brazos. Se pegó un poco más a ella y le besó el hombro. Begoña le bajó el fuego a la cocina y puso sus manos sobre las de Aurora, no supo qué hacer. Aurora se acercó más y le dio besos por el cuello. Le apartó el pelo del cuello y siguió dándole pequeños besos. Begoña dejó que siguiera besándola. "No entiendo nada"- pensó - "nunca me había dicho nada." "Nunca había imaginado algo así".
Se removió un poco y Aurora se apartó.
- Perdona, lo siento.- Le dijo Aurora un poco avergonzada.
- No, es que...- Begoña estaba en shock y le costó un poco seguir.- Nunca me has dicho nada y yo... No sé, nunca me he fijado en las chicas.
- ¿No... te ha gustado?
- No, bueno... Esto... Nunca me ha pasado, pero bueno... No ha estado mal.- Le explicó.- Quiero decir... No me lo esperaba pero sí me ha gustado.

Begoña y Aurora pasaron a besarse a diario. No se consideraban una pareja pero se besaban en casa.
- ¿Cómo llevas el examen?- Le preguntó Aurora a Begoña una noche,  mientras se acercaba a su escritorio con un café.
- Bien. - Le dijo ella levantando la vista de sus apuntes.
Aurora le dejó el café en el escritorio y ella le puso la mano en el culo.
- ¿Tu has empezado ya?
- Empiezo la semana que viene.- Le respondió un poco sorprendida por su gesto.
- ¿Y qué tal?
- Bien, lo llevo al día.- Le respondió acariciándole el hombro.- Te dejo que sigas.- Añadió. La besó y se fue.
Begoña terminó unas horas más tarde. Recogió sus libros y miró su cama. Fue al aseo y entró en la habitación de Aurora. Se acercó a ella y se metió en su cama, abrazándola. Le dio un beso en el hombro y le preguntó en voz baja:
- ¿Te molesta?
- No.- Le respondió ella en el mismo tono, acariciándole las manos.
Ambas durmieron abrazadas.

Las siguientes semanas empezaron a tocarse más. Begoña ya no se sentía violenta cuando la besaba, incluso le gustaba.
Una noche, al acostarse juntas, Begoña se acercó a ella y la acarició. Le metió la mano por debajo de la camiseta y se la subió un poco. Aurora se dio cuenta y le acarició el pelo.
- ¿Quieres que me la quite?
Ella asintió, y ambas se quitaron las camisetas. Begoña se subió encima de ella y empezaron a tocarse mientras terminaban de desnudarse.
- ¿Estás cómoda?
- Sí.
Esa noche se liaron por primera vez. Conforme iban pasando los días se iban consolidando como pareja. No estaban enamoradas pero se tenían un cariño más profundo, más que con otras amigas.

- Bego, - le llamó Aurora al día siguiente.- Tu... Me dijiste que te gustaban los chicos.- le recordó.
- Bueno, siempre me han atraído los chicos y me siguen gustando.- Le confesó.- Pero lo que hemos hecho también me ha gustado. Me siento cómoda, de verdad. Me gusta lo que hacemos.
- Y a mí.- Le confesó.- Pero tengo que contarte una cosa.
- Dime.- Le pidió ella extrañada.
- Yo... Tuve novio hace años. Estuvimos saliendo unos años y acabamos mal, bueno yo acabé mal.- Le explicó.- Él acabó con otra. Por aquel entonces yo tenía otro amigo, Arturo. Lo conocí cuando éramos pequeños, siempre ha sido y es mi mejor amigo. Unos meses después de acabar nuestras relaciones, la mía con Alan y la suya con Sara, - prosiguió - empezamos a tener... Necesidades, ya me entiendes. Éramos amigos, nos llevábamos bien, y empezamos a liarnos.
- Entonces... ¿Eres bisexual?
- Sí.
- Y ¿sigues con Arturo?
- No. A veces quedamos para tomar algo pero no nos liamos desde que te conocí.- Le explicó.
- Y ¿tu sientes algo por él?
- No, solo somos amigos. Amigos con derecho a roce, por decirlo de alguna manera.- Intentó explicarle.- Me gustaría que lo conocieras, la verdad. Pero solo si tu quieres. - Le propuso.
- Vale. - Accedió ella.

Aurora quedó con Arturo unos días después, en casa. Ella le abrió la puerta.
- Hola.- Le dijo besándolo.
- Hola.
- Ésta es Bego.- Le dijo ella señalando a Begoña.
- Hola.- Le saludó ella.
- Encantado.- Le dijo él dándole dos besos.- Aurora me ha hablado de ti.
Cenaron los tres juntos y se estuvieron conociendo durante unos meses, hasta que Arturo se mudó a vivir con ellas.
- Te echo de menos.- Le dijo Arturo a Aurora abrazándola por la espalda y dándole besos.
- Y yo a ti.- Le confesó.
- Sé que te gusta, y me cae bien pero...- Le dijo hablando de Begoña.
Ella se dio la vuelta y le dio un beso.
- Tu también me gustas mucho... Creo que deberíamos hablar con ella. Cuando le dije que quería que os conocierais me refería a esto.- Le explicó tocándolo.- Ya me entiendes.
- Sí. ¿Crees que lo entenderá?
- Sí
- ¿Le has contado algo?
- Le he dicho que soy bisexual y que hemos estado juntos muchas veces.

Esa noche hablaron los tres mientras cenaban. Aurora le dijo que lo echaba de menos y les propuso un trío a ambos. Begoña nunca había considerado algo así, pero aquella noche aceptó y se acostaron los tres juntos.

Begoña y Arturo se fueron conociendo más y el trío dejó de ser únicamente sexual para convertirse, también, en un triángulo amoroso satisfactorio para los tres.

jueves, 2 de junio de 2016

El hospital provisional

Merche era una chica de veintiún años que estudiaba cuarto de enfermería en una universidad privada. 
Terminó bachiller con una nota bastante alta y al hacer selectividad sobrepasó la nota de corte de enfermería, la carrera que ella quería hacer. Aún así, su padre insistió en que estudiara en una universidad privada, y cerca de casa a ser posible.

- ¿Cómo lo llevas? - Le preguntó su padre.
- Regular, - le respondió, - estoy un poco nerviosa porque son los últimos de la carrera. - Le respondió refiriéndose a los exámenes.
- Seguro que los sacas, tranquila. Vas sacar unas notas muy altas. - Le dijo su padre. - Nos han llamado Froilán  y Leonor para ir al club de golf, y llegaremos tarde porque creo que quieren salir a cenar. Así que no nos esperes levantada.
- Vale.
- Puedes pedirle a María que te haga algo de cenar.- Le propuso. María era una de sus empleadas domésticas.
- Tranquilo papá, estaré bien.
- Vale.
Su padre le dio un beso y se fue.

Merche siguió estudiando un poco más y después de un rato bajó a la cocina.
- Hola. - Saludó a María.
- Hola señorita.
Merche abrió el frigorífico y sacó companaje.
- Puedo hacerlo yo, señorita. - Le dijo María acercándose a ella.
- No pasa nada María, si esto se hace en un momento. - Le respondió. - ¿Quieres cenar algo?
- No.- Le dijo ella.- Ya cenaré cuando llegue a casa no se preocupe.
- Si hay comida,  y ya es tarde. Siéntate.
- No señorita, de verdad. Muchas gracias.
- Cómo quieras. - Le dijo cenando.- María, ¿te puedo pedir una cosa?
- Claro, lo que usted quiera.
- ¿Puedes dejar de hablarme de usted?- Le pidió. - Es que es un poco extraño teniendo en cuenta que eres mayor que yo.
- Es el protocolo señorita.
- Está bien. - Le dijo Merche resignándose un poco.

El padre de Merche era banquero y su madre, abogada. Ambos tenían una buena posición social y un nivel alto de poder adquisitivo.
Ella se había criado en su mansión de tres plantas, con servicio doméstico y chófer. Además, desde bien pequeñita, había ido a un colegio privado y trilingüe en el que había aprendido a hablar alemán e inglés a un nivel nativo. Sus notas siempre habían sido bastante altas. 
Su padre era un gran aficionado de la música clásica e hizo que Merche recibiera clases de piano y violín, desde los nueve hasta los doce años. 

Merche pasó los días siguientes estudiando duro y preparando su TFG (Trabajo Fin de Grado).No sabía porqué pero ese año le estaba costando más concentrarse y aprobar sus exámenes. Cada día estudiaba más tiempo pero le costaba más concentrarse.
- ¿Te lo sabes todo ya?- Le preguntó su madre unos días después.
- No, aún me quedan dos asignaturas por acabar, y hay algunas que no las llevo bien al cien por cien.
- Bueno, seguro que sacarás unas notas muy altas.- Insistían sus padres una y otra vez.

Unos días más tarde, sus padres dieron una fiesta en casa con invitados de alto standing. Su padre estaba conversando con un grupo de hombres y mujeres cuando la llamó:
- Merche ven un momento.
Ella se acercó a ver que quería.
- Hola.- Saludó a los demás.
- Ésta es Merche, mi hija.- La presentó su padre.- Está estudiando enfermería en la universidad privada. Éste es ya su último año.- Dijo él orgulloso.
- Vaya, enhorabuena.- Le dijo uno de los invitados.
- Gracias.- Le respondió ella.
- Va a sacar matrícula. - Dijo su padre.
Todos quedaron sorprendidos y la miraron.
- Bueno,...Estoy en ello.- Dijo un poco tímida.

Al terminar la fiesta Merche habló con su padre.
- ¿Por qué les has dicho lo de la matrícula?
- Porque es verdad.
- Pero si te estoy diciendo que me está costando estudiar, ¿cómo voy a sacar matrícula?
- Eso es ahora que estás agobiada, pero ya verás como la sacas.
- ¿Pero por qué tienes que decir eso? ¿Y si no la saco?
- Lo harás, no te preocupes.- Le respondió muy convencido.- Y así tendrás más nota para que te cojan en el máster.
- ¿Qué máster? - Le preguntó extrañada.- No he tenido tiempo de pensar lo que voy a hacer cuando acabe.
- Harás un máster, no te preocupes.
- Pero...- Dijo Merche sin dar crédito a lo que estaba oyendo.- ¿Cuándo te he dicho yo que quiera hacer un máster? Ni me he parado a pensarlo, no te he hablado de nada de eso, ¿por qué tienes que decirle eso a tus amigos?
- Merche, tu aún no sabes lo que quieres.
- Claro que sé lo que quiero, quiero terminar enfermería y después ya pensaré qué hacer.- Le respondió.- Es mi vida, soy yo la que tiene que tomar esas decisiones.
- Estás cansada, es mejor que te vayas a la cama.- Le dijo.- Mañana lo verás todo más claro.
Merche no podía creer lo que le estaba diciendo, pero le hizo caso y se fue a dormir.

Acabó los exámenes unas semanas más tarde, y se graduó. Ese verano se lo tomó como un tiempo de descanso.
- Merche, ¿no hay ningún chico que te guste? - Le preguntó su madre.
- No, ¿por?
- Porque desde aquel novio que tuviste en la E.S.O. no has vuelto a tener ninguno.
- Es que no ha habido ninguno que me haya gustado tampoco. - Le respondió.- Veo chicos guapos pero no hay ninguno que me guste.
- Pero mujer, con veintiún años ya...
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que ya tienes una edad para ir teniendo novio.
- Yo estoy bien así, - le explicó Merche - además si no hay ninguno que me guste...¿Qué quieres que haga? 
- No, nada.

Los padres de Merche empezaron a meterle presión para que hiciera un máster y buscara pareja. Ella empezaba a asfixiarse y empezó a salir con más frecuencia para pasar menos tiempo en casa.

Un día vio un anuncio en el hospital en el que buscaban enfermeros, enfermeras, médicos y médicas para trasladarse a un país de África, y allí poder atender a los más desfavorecidos. Era, sobre todo, para atender a víctimas de diversas guerras. A Merche le gustó la idea y se la comentó a sus padres esa misma noche, mientras cenaban.
- Hoy he visto un anuncio en el hospital para ir a un campamento de refugiados en África.
- ¿Se ha apuntado algún compañero tuyo?¿O algún médico?
- No lo sé, algunos estamos contemplando la posibilidad de irnos. 
- ¿Qué quieres decir con "estamos contemplando"? - Preguntó su madre. - ¿Es que tu piensas irte?
- Me gustaría, pero no lo he decidido aún.
- Pero Merche, ¿sabes lo que te puedes encontrar allí? - Le preguntó su padre.
- Pues claro papá.- Le respondió. - Gente desfavorecida en unas condiciones bastante pésimas.
- ¿Y tu quieres ir allí? - Le preguntó su madre sorprendida.
- Claro que sí mamá. Yo quiero ayudar, hacer algo útil.- Le explicó.
- Pero Merche ya puedes ayudar en los hospitales de España.- Le dijo su madre.
- Mamá aquí hay muchos enfermeros y muy poco trabajo, además no es lo mismo. Yo quiero viajar, conocer otras culturas, y ayudar a la gente.
- Pero dime la verdad, ¿por qué lo haces?
- Porque quiero ayudar mamá, quiero ser útil. Y allí me necesitan.

Los padres de Merche intentaron convencerla para que no lo hiciera, pero no consiguieron hacer que cambiara de opinión. Merche, por otro lado, se lo contó a sus amigas:
- ¿Tu estás loca? - Le preguntó Gemma.
- ¿Por qué?
- ¿Sabes cómo se vive allí?
- Claro que lo sé, por eso quiero irme.

Merche se fue a África después del verano. Sus padres pasaron todo el verano intentando convencerla de que no lo hiciera, pero no pudieron.
Se instaló en una pequeña población y empezó a trabajar en un campamento para gente que había huido de la guerra. Allí conoció a varías personas, entre ellas a Noelia, una médica que trabajaba allí voluntariamente.
- Hola, soy Merche.- Se presentó.
- Hola, yo soy Noelia, encantada.- Le respondió.- ¿Eres nueva por aquí?
- Sí.
- ¿Tienes alguna titulación o solo eres voluntaria?
- Soy enfermera.
- No te ofendas, lo preguntamos para ver dónde podéis encajar mejor.
- No, tranquila.
- Vale, creo que te irá mejor venir conmigo al hospital. Es un hospital provisional por llamarlo de alguna manera. - Le explicó mientras caminaban hacia él.
Era como un invernadero pero con las telas oscuras en vez de transparentes. Dentro habían unos armarios con material médico y quirúrgico, y un montón de camillas. Merche empezó a mirar a ambos lados cuando vio aparecer a varios enfermeros entrando por la puerta de la base con varios hombres heridos en sus brazos. Era una imagen muy sangrienta y se quedó mirando.
- Más víctimas de bombardeos.- Explicó Noelia apenada.
- ¿"Más"?
- Aquí es muy frecuente.- Le explicó.- Con la guerra hay muchos heridos.
Merche se puso manos a la obra y empezó a ayudar a sus compañeros y a los heridos.

Pasó varios meses atendiendo heridas y ayudando en diversas operaciones. Vio atrocidades que nunca pensó que vería pero también se sintió útil al ver que podía ayudar a la gente y formar parte de un equipo tan grande como era el del hospital provisional.

Se hizo muy amiga de Noelia, llegaron a compartir grandes confidencias. Solían trabajar en los mismos turnos y dormían en la misma base, una al lado de la otra.

Un día aparecieron por allí los padres de Merche, por sorpresa. Cuando llegaron, Merche estaba poniéndole una vacuna a un niño pequeño.
- Ya está, ¿te ha dolido?
- No.- Respondió el niño negando con la cabeza.
- Eres muy fuerte, ¿eh?
- Sí.- Le dijo el niño sonriendo.
Merche terminó y fue atendiendo a los demás. Cuando terminó empezó a esterilizar algunos utensilios quirúrgicos y a guardarlo todo. En ese momento oyó una voz conocida :
- ¿Se puede? - Le preguntó su madre.
- Sí pase.- Le dijo ella sin darse la vuelta.
Cuando se dio la vuelta y vio a su madre se alegró mucho y fue corriendo a abrazarla.
- Mamá.- Le dijo abrazándola muy fuerte.
Sus padres la abrazaron muy fuerte.
- ¿Cómo estás?
- Muy bien.
- ¿Estás a gusto aquí?
- Sí, mucho.- Le respondió.- ¿Y vosotros cómo estáis?
- Muy bien.
- Merche, ¿de verdad es esto lo que quieres? - Le preguntó su padre mirando a ambos lados del hospital provisional. 
- Sí. Aquí me siento útil y siento que formo parte de un gran equipo. - Le explicó. - Sé que parece una locura pero me gusta. Este tiempo que he pasado aquí me ha hecho valorar más las cosas y madurar. Esto es lo que realmente quiero papá.
- Bueno.- Le dijo su padre.- Si tu lo sientes así. 
- Perdona por haberte presionado tanto.- Le pidió su madre.- No teníamos que haber hecho tantos planes por ti.
- No pasa nada mamá, sé que queríais lo mejor para mí. - Le respondió. - Quiero presentaros a alguien.
Merche fue a buscar a Noelia.
- Noelia, éstos son mis padres: Juan Carlos y Eloisa. - Le dijo. - Papá, mamá, ésta es Noelia, una compañera de la base.
- Hola, encantada. 
Los tres se saludaron.

Eloisa y Juan Carlos se quedaron por allí unos días, y después volvieron a España. 
- ¿Cuándo volverás? - Le preguntó Juan Carlos a Merche.
- No lo sé papá, cuando esto esté un poco más calmado.
- Cuídate, ¿vale?- Le pidió su madre. 
- Sí, tranquila mamá. 
Los tres se despidieron y Juan Carlos y Eloisa cogieron un avión. 

jueves, 26 de mayo de 2016

El manuscrito

Buenas tardes pequeños y pequeñas turistas.
Hace un mes me presenté a un concurso de Renfe " X Certamen de Relatos Breves de Cercanías Madrid ", no sé si habréis oído algo de él. Bueno, nos pedían un microrrelato de noventa y nueve palabras como máximo cuya temática fuera el tren de cercanías y todo lo relacionado con su entorno.

Supongo que os estaréis preguntando si he ganado algo, pues...no, no he ganado nada. Hoy os traigo el relato a vosotros y vosotras para que podáis disfrutarlo.


                                                 El manuscrito

            "Próxima salida, tren con destino Murcia".
   Laura subió, salía de Madrid.
 Hizo varias paradas de camino, una en otra estación de Madrid.
Un joven, con una carpeta, se sentó enfrente. Hablaron.
Él  bajó antes. Olvidó su carpeta y Laura la cogió.
"Aitor Torres" ponía. Debía devolvérsela.
La abrió, ¡había un manuscrito! Era suyo y no lo había publicado aún.
"No pasará nada si lo leo" pensó, y lo hizo.
El libro la enamoró. Tenía que conocerle.
Volvió a Madrid unos días después y le encontró en la estación. Le devolvió el manuscrito y fueron quedando para conocerse. 


viernes, 20 de mayo de 2016

Cuanto tiempo sin verte...Demasiado.

Cuanto tiempo sin verte...Demasiado. Creo que si te volviera a ver ahora mismo no te reconocería. Tu has cambiado, yo he cambiado,... ya ni el cielo ni el suelo están igual. Tu rostro ya no es el mismo, eh que no es por ti, que el mío tampoco. Ya no somos como antes, la vida pasa por todos. Los tiempos ya no son iguales.

¿Recuerdas aquel día en el bar? Bueno quien dice día, dice días, semanas,...y toda una vida. Un par de cervezas en la barra del bar de la esquina, y miles de conversaciones filosóficas sobre la vida misma, nuestros planes,... Aquellos que aún no hemos cumplido, pero que cumpliremos, tiempo al tiempo.

¿Recuerdas? Que claro lo teníamos entonces. Unos críos " planeando " el resto de nuestra vida. Es curioso porque yo quería quedarme aquí, en nuestra ciudad. Tal vez haciendo alguna escapada por aquí cerca de vez en cuando, y ahora... Sigo aquí, sí. Aquí estoy y por mucho tiempo, ya lo verás, pero no descarto el irme, marcharme. No me malinterpretes, me gusta cómo estoy. En serio, las cosas han cambiado pero vivir aquí sigue estando bien. Cuando quieras vuelves y te lo demuestro, pero mándame un whatsapp antes por si no me pillas en casa. ¿Ves? Otra cosa que ha cambiado, antes me hubieras buscado por todo el pueblo (incluso dando voces, de ti me lo esperaría), ahora no, ahora le das a cuatro botones y en menos de cinco minutos te respondo (a no ser que me pilles haciendo algo importante, y tengas que esperar un momento).

Planes, planes y más planes,... y la mayoría de ellos ni los hemos cumplido ni los vamos a cumplir. Sobrevivirán  los que más nos convengan, ya lo verás, y aparecerán otros nuevos, siempre lo hacen. Empiezas una etapa planeando algo y a veces terminas haciendo otra cosa.

Te contaré algo sobre todo esto (lo que te voy a contar es real, lo prometo): Siempre pensé que sería profesora, (los que me conocen, como tú, saben que es cierto, eso nunca ha cambiado) incluso pensé que iría a la universidad. Pero cuando terminé cuarto de la E.S.O. no me vi preparada para hacer bachiller y ¿sabes qué pensé? Pensé en hacer un ciclo medio, llegué a echar la solicitud, pero no me cogieron y acabé en bachiller. Para que veas cómo te pueden cambiar los planes en un solo año.

Creí que no iba a pasar a segundo ni de coña, incluso pensé en meterme al ciclo medio, pero pasé. Entré a segundo convencida de que iba a ir a la universidad, incluso contemplando la posibilidad de irme a un piso de estudiantes, ¿y sabes qué pasó? Que repetí curso. Eso no estaba en mis planes iniciales, aunque creo que lo añadí al llegar a mitad del primer año. Coincidirás conmigo (si has hecho bachiller) en que segundo es duro, muy duro.

Así que pensé que al hacer menos asignaturas tendría que estudiar las demás por mi cuenta para selectividad, ¿y sabes qué pasó? Que ni me las estudié ni hice selectividad. Esto último lo decidí en el último trimestre. Yo no suelo decidir las cosas a última hora (ya me conoces, nunca lo he hecho) pero ese año fue así. ¿Por qué? No lo sé, supongo que me entró la sensatez que muchas veces me faltó (no quiere esto decir que, para algunas cosas, esta sensatez siga en mí.). Pero bueno se podría decir que acabé satisfactoriamente esa etapa de mi vida. A veces no puedo creer que haya terminado.

Conocí a personas maravillosas ¿sabes? No todas, obviamente, pero sí unas cuantas. He de decir, también, que aún converso con algunas de ellas con mucha frecuencia. ¿Sabes qué? Bueno yo nunca he sido de muchos amigos, y cuando te fuiste me quedé un poquito sola, en bachiller encontré los que necesitaba. He de decir que fuimos un grupo muy grande y al pasar de curso ese grupo disminuyó un poco, pero conservo a varios. Dicen que los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de la mano, y he de decir que cumplo ese dicho. Sí, no te preocupes, tu siempre serás mi pulgar.

La vida siguió pasando y ahora estoy estudiando un grado superior, ¿te acuerdas del grado medio del que te he hablado? Pues estoy haciendo el superior, y estoy contenta, bastante. ¿Sabes? A veces echo la vista atrás, tres o cuatro años y pienso que no he hecho lo que tenía planeado en un principio, pero me gusta. Incluso llegué a pensar, en mi pequeña ingenuidad, que iría a la universidad en Cádiz. Pues no, eso no pasó, ni pasará sino...tiempo al tiempo. Aunque sí quiero ir allí de viaje, ¿recuerdas que te lo dije? Pues eso sí que no ha cambiado. A ver, ese viaje sigue en mis planes, lo que pasa es que aún no lo ubico, sigo sin saber cuándo lo haré. Ni con quién, ahora que lo pienso. Si te quieres venir avísame, un viaje en compañía es más viaje.

Bueno, creo que ha llegado la hora de despedirme. Nos vemos pronto, o eso espero. Podríamos tomarnos unas cervezas y retomar aquella vieja conversación, además de ponernos al día con cosicas nuevas. Hasta entonces, cuídate.

jueves, 21 de abril de 2016

El calvario de Vera

Oía su respiración profunda.
"Tengo que ir al aseo" pensó Vera en mitad de la noche, "espero que no se despierte".
Se levantó con mucho cuidado y fue al aseo. Volvió de puntillas, no se había despertado.

A la mañana siguiente su marido se despertó y empezó a tocarla y a besarla. Ella se dejó hacer, no quería más moratones. Le hizo el desayuno y él se fue a trabajar después de marcarla.

- Hoy lo ha vuelto a hacer, y eso que aún no son ni las ocho de la mañana. Al menos ahora tengo unas horas de respiro. - Contaba en la radio bajo un pseudónimo.
- Hay leyes que le protegen, debería contarlo.- Le respondió la locutora, Eva.- Díganos su nombre.
- No puedo.
-¿Tienen hijos?
- Una, es muy pequeña.
- Y ¿ella lo ve?
- Sí, pero solo tiene seis meses.
- ¿Es ése el ambiente en el que quiere que crezca?
- No.
- Pues solo lo puede cambiar de una manera.

El volvió de trabajar, y siguió haciéndolo durante un par de días.
- No me gusta que me trates así. - Le repetía Vera día tras día.
- Así, ¿cómo?
- Pegándome y hablándome mal.
- Yo te trato como te mereces. - Le respondió y se durmió.

Siguió maltratándola varios días más.
- Lleva así varios meses.- Contó a la radio.
- Señora si no nos dice su nombre no la podemos ayudar.- Le recordó Eva.- He estado pensando sobre su historia y he traído a un psicólogo especialista en la materia. Está aquí escuchándola.
- Hola, soy Nico. - La saludó el psicólogo. - Estos casos siempre acaban mal, a no ser que la víctima denuncie.- Le explicó. - Tiene que llamar al 016.
- Pero tenemos una hija.- Le contó Vera.
- La niña no va a sufrir, ¿cuántos años tiene su hija?
- Seis meses.
- Ni se va a enterar. - Le explicó. - Y piense que de esta manera también la está protegiendo a ella.
- Le tengo que dejar.- Dijo ella mirando su reloj. - Llegará en una hora.

La radio cortó la emisión y los locutores se quitaron los cascos y apagaron sus micrófonos.
- Tenemos que localizar a esa mujer.- Dijo Eva.
- ¿Podemos localizar el teléfono desde aquí? - Preguntó Nico.
- No lo sé. Voy a hablar con mis compañeros.
La locutora entró en la cabina y buscó al director.
- Hay que localizar a esa mujer. - Le dijo.- No podemos dejarla así, hay que ayudarla.
- No sabemos su nombre. Sin eso no podemos hacer nada.
Nico, el psicólogo, entró también.
- Hay que hablar con la policía y localizar el teléfono. - Les dijo.
- Esperaremos a que llame y le harás  muchas preguntas.- Le indicó el director a Eva. - Así podremos entretenerla.
- Sí pero tenemos que traer a la policía antes.- Le recordó. -¿Cómo haremos que coincidan si no sabemos cuándo va a llamar?
- Hay que pensar algo. ¿A usted le importaría venir todas las noches? - Le propuso el director al psicólogo.
- No, claro que no. Esta mujer necesita ayuda.

Vera volvió a llamar la semana siguiente.
- ¿Cuántos años tiene usted?- Le preguntó Eva.
- Veintiséis.
- Y ¿cuántos años llevan casados?
- Tres.
- ¿Cuándo comienza a tratarla así? - Le preguntó Nico.
- Un poco después de que volviera del hospital, al tener a mi hija.
- ¿Cree que le tiene celos a la niña? No quiero decir con esto que sea un motivo suficiente, porque no hay nada que justifique lo que está haciendo.
- Sí, puede ser. El nunca la atiende y cuando estamos juntos, se enfada si ve que voy a cogerla.
- Yo, - les interrumpió Eva, - si me permiten, creo que debería llevarse a su hija de allí. Porque ambas están en peligro.
- No tengo ningún sitio cerca.
- ¿Tiene más familia a parte de él? - Le preguntó Nico. - Familia directa quiero decir, no política.
- Sí, mis padres, dos hermanos y ya mis sobrinos, primos y una tía.
- ¿Le ha contado a alguno de ellos lo que le pasa?
- No, es que no hablamos mucho. - Le respondió. - Y tampoco nos vemos.
- ¿Viven cerca de usted?
- No, mis padres y mi familia viven en el norte.
- ¿Desde que parte de España nos está llamando, señora?
- No puedo decírselo.
- Señora, yo me tengo que ir ya, - le dijo Nico. Eva lo miro preguntándose qué estaba haciendo. - Me gustaría volver a hablar con usted. ¿Cuándo volverá a llamar?
- La semana que viene. Seguramente el miércoles porque tiene una reunión y llegará más tarde. - Añadió refiriéndose a su marido.
- Muchas gracias. - Le respondió Nico.
- A ustedes.
Eva despidió el programa y cortaron la emisión.
- Hay que traer a la policía el miércoles. - Le indicó Nico a Eva.
- ¿Querrán venir?
- ¿Podemos ponerles los programas anteriores, para que la oigan?
- Sí, no creo que tengamos ningún problema. ¿Está seguro de que esto va a funcionar?
- No, pero no podemos hacer otra cosa.

- Hola princesa. - Le saludó su marido abrazándola por detrás esa noche, mientras ella hacía la cena. Vera empezó a temblar. - ¿Qué estás haciendo?
- Pechugas.- Le respondió con miedo.-¿Quieres otra cosa?
- No, está bien.- Le respondió aportándole el pelo de los hombros. - ¿Por qué tiemblas?
- Por nada.- Le respondió tragando saliva.
Lucía, su bebé, empezó a llorar.
- Tengo que ir a cogerla. - Le dijo ella.
- Puede esperar un poco. - Le dijo él tocándola.
Le quitó fuego a la encimera y empezó a sobar a Vera. La manoseó y la besuqueó por todos lados.
Vera intentó quitárselo de encima en todo momento, y en cuanto pudo escaparse, fue a atender a Lucía.
Esa noche, después de cenar, intentó mantener relaciones con ella. Acabó violándola y pegándole más.

- Anoche...-Le confesó a Eva, la locutora, casi sin fuerzas.
- ¿Se encuentra bien? - Le preguntó Eva preocupada.
- Me cuesta... respirar... desde anoche.- Le confesó.-Me...pegó...mucho.
- ¿Cómo se llama?- Le preguntó seria.
- Vera.
- Vera...Tiene que dar parte a las autoridades. - Le dijo. - Mire vamos a hacer una cosa, usted dígame dónde vive,  yo denuncio. Pero dígame dónde vive para que la policía pueda ir a comprobarlo.- Le propuso. - ¿Está usted ahí, Vera?
- Sí.
- Queridos oyentes vamos a finalizar la emisión de esta noche, porque es importante que esto lo hagamos en privado.- Anunció Eva haciéndole una señal a su equipo. El equipo cortó la emisión pero no la llamada. - Vera ya no estamos en directo, - le informó Eva,- ahora solo te oímos el equipo de la radio, Nico - el psicólogo -  y yo. ¿Dónde vives, Vera?
Ella les dijo su dirección completa.
- Está bien, vamos a hacer una cosa. Tiene que ir a la policía a denunciar, nosotros le mandaremos un taxi con uno de nuestros compañeros para acompañarla.
- ¿Y mi hija?
- Llévesela con usted. - Le indicó Nico.
Eva llamó a un taxi y lo mandó a su puerta.
El taxista llamó a Eva al llegar y le dijo que había aparcado justo debajo.
- Vera, ¿sigues ahí?
- Sí.
- Coge tus cosas y a tu hija y baja, te espera un taxi en la puerta.
Vera le hizo caso y bajó rápidamente.
Vio el taxi y entró. Dentro había un hombre.
- Hola, usted debe ser Vera.- Le saludó el hombre.
- Sí.
- Yo soy un compañero de la radio de Eva, me llamo Dani. - Le dijo tendiéndole la mano.- Me ha enviado ella, conozco su caso.-Le informó. - He venido para ayudarlas.
- Gracias.- Le respondió.
- ¿Dónde les llevo?- Preguntó el taxista.
Vera no supo qué decir, y Dani le dio la dirección de la radio.

Al llegar fueron al estudio de Eva y la encontraron con Nico.
- Eva - la llamó Dani al verla, ella se giró. - Ésta es Vera.
Eva y Nico se acercaron a ella, Vera estaba asustada.
- Hola Vera, hemos hablado mucho por teléfono. - La saludó Eva. - Éste es Nico, ya lo conoces.
- Me alegra mucho conocerla en persona.- Le dijo Nico.
- A mí también. - Le dijo Vera aliviada. - Muchas  gracias por todo.
- Ésta debe de ser su hija.- Dijo Nico mirando el carricoche.
- Sí, ésta es Lucía.
- ¿Le ha tratado bien Dani?
- Sí, mucho.
- Vera,  hemos traído a la policía nacional, más en concreto al personal de atención a la mujer maltratada.- Le explicó Eva. - Esto no va a salir, les vamos a dejar una sala para hablar pero sin micros ni nada.
- Nada de esto saldrá por la radio.- Le aseguró Nico.
- ¿Puede entrar mi hija conmigo?
- Sí, por supuesto. - Le respondió Eva.

Todos entraron en el estudio.
- ¿Quiere algo? ¿Agua, un té,...? - Le ofreció.
- Agua, por favor.- Les pidió.
- Éstos son los agentes Elena y Manuel, van a llevar su caso.
- Hola.- Los saludó.
- Hola.- Le respondió Manuel.
- Vera, ¿cuánto tiempo lleva aguantando esto?- Le preguntó Elena.
-  Seis meses.
- Y ¿no se lo ha contado a nadie?
- No.
- ¿Por qué?
- Porque si lo cuento le hará daño a mi hija, y eso no puedo permitirlo. - Le explicó. - Y yo no trabajo, ¿cómo la voy a mantener?
- Si denuncia no dejaremos que se acerque ni a usted ni a la niña. Y le daremos recursos, no se preocupe. - Le explicó Elena animándola.
- ¿ Y si se enfada?
- No vamos a dejar que se acerque a ninguna de las dos.
- Pero, ¿dónde vamos a vivir?
- No se preocupe, si no tiene a dónde ir le proporcionaremos un piso de protección oficial. - Le respondió Elena.- Tenemos que ir a comisaría, aquí no puede declarar.

Elena, Manuel, Vera y Lucía llegaron a comisaría y se sentaron en un despacho. Vera relató toda su historia frente a los policías y un psicólogo. Dos agentes detuvieron a su marido y ella se quedó con la custodia de Lucía.

sábado, 9 de abril de 2016

Enamor- Arte

Sonó el despertador y Sofía se despertó y se arregló. Desayunó, recogió sus cosas, las metió en su bandolera vaquera y se la colgó mientras se levantaba.
Estudiaba el grado en diseño gráfico, ilustración y animación en la universidad de Sevilla. Estaba en cuarto y le faltaban solo unos meses para empezar las prácticas. Bajó al garaje con las llaves del coche en la mano, cogió el coche y pasó por casa de Olga:
- Hola.- Le dijo Olga subiendo al coche.
- Hola.
Sofía arrancó el coche y fueron a casa de Marina.
- Qué poquito nos queda.- Le dijo Olga refiriéndose al curso.
- Sí.- Le dijo Sofía.- Tengo unas ganas de empezar ya con las prácticas y graduarnos.
- Ya ves. Dentro de unos meses todo habrá terminado, - le recordó Olga.- Y seremos artistas.- Añadió riéndose.
Sofía empezó a reírse mientras paraba en coche enfrente de la casa de Marina.
- ¿De qué os reís? - Les preguntó Marina sentándose en el asiento trasero del coche.
- Ésta que dice que somos artistas.- Le explicó Sofía.
- No, de momento somos proyectos de artistas.
- Unos bocetos, ¿no? - Dijo Marina siguiéndole la broma a Olga.
- Claro,- le dijo riendo.- ¿Ves?- añadió mirando a Sofía. - Ella me entiende.
- Sí, sí.- Respondió.- Ya lo veo.- Dijo riéndose mientras arrancaba el coche de nuevo en dirección a la universidad.
- Vamos a escuchar un poco de arte.- Dijo Olga encendiendo la radio.
Buscó una emisora de música y la dejó en "Canal Fiesta Radio". 

Llegaron a la universidad, aparcaron el coche y entraron a clase.
- Buenos días.- Dijo el profesor entrando por la puerta.- Sé que estáis muy liados con los exámenes finales pero nos han dado una oportunidad única que debéis aprovechar.- Les dijo.- Nos han pedido que hagamos una exposición de pintura en la galería "Birimbao".- Los alumnos comenzaron a murmuran y a hablar entre ellos.- Todos debéis presentar una obra propia, y se expondrán todas. Es una actividad obligatoria y contará para nota.
- Pero, ¿va sobre algún tema en concreto?- Preguntó Óscar, un compañero.
- No, podéis hacer lo que queráis.- Le respondió.- Tenéis tres semanas, yo os dejaré todas las sesiones para que lo hagáis pero también podéis utilizar tiempo fuera de aquí.
- ¿Cuánto contará más o menos?- Preguntó María.
- Será un cuarenta por ciento de la evaluación.- Respondió.- Y debéis acompañar la obra con un comentario propio que abarque por lo menos tres caras de folio.
- ¿Y qué ponemos en la parte del autor y la época?
- Ponéis la fecha y un poco de vuestra biografía.

Después de la universidad, volvieron a casa. Sofía las dejó a cada una en su casa y volvió a la suya.
Miró el móvil y le mandó un whatssapp a Iker, su novio:
" ¿Quieres que quedemos un rato esta tarde? "
" Vale. Paso por tu casa? "- envió Iker.
" Vale." - le respondió Sofía.- " Nos vemos a las 6? ".
" Sí."
Sofía comió con su familia y se puso a estudiar hasta las cinco, cuando empezó a arreglarse.
- Mamá va a venir Iker un rato esta tarde.
- Vale.- Le respondió Bea, su madre.

Unos minutos más tarde, llegó Iker. Tocó el timbre y entró dentro.
- Hola.
- Hola.- Le saludó Sofía.
Pasaron a su habitación y Sofía le dio un beso.
- ¿Qué tal?
- Bien.- Le respondió Sofía.- ¿Y tu?.
- Bien.
- Hoy en clase nos han pedido que hagamos una obra de pintura - le contó - , del tema que queramos, para exponerlos en la galería " Birimbao " dentro de tres semanas.
- ¿En una galería?- Le preguntó sorprendido.
- No, en una galería no, en la galería " Birimbao " - le dijo emocionada -, ¡la galería de arte contemporáneo de Sevilla!- Le explicó.
Iker la abrazó emocionado también.
- ¡Qué bien pequeña! - Le dijo Iker contento. La besó y le dijo:- Mi pequeña en su primera exposición, dentro de nada serás como Velázquez o Picasso.
Sofía empezó a reírse y lo besó también.
- Ya quisiera yo ser como esos,- le respondió sentándose encima de él y besándolo.
- Lo serás, ya lo verás.

Sofía trabajó duro hasta el día de la exposición, en su cuadro al que llamó "El atardecer de otoño". Ese día llegaron unos camiones a la facultad para cargar los cuadros, y un autobús en el que iba toda la clase y el profesor.
Los artistas se quedaron allí durante la exposición.

Sofía llevaba unos pantalones rojos y una blusa blanca con estampados geométricos hechos con líneas rojas. Olga se puso unos pantalones azules y una camisa verde con estampados hechos de hilo con forma de flores. Y Marina se puso unos pantalones negros y una blusa blanca con algunas mariposas de colores.

Todos estuvieron en la exposición atentos a sus cuadros y espectadores, y resolviendo preguntas de algunos de ellos sobre sus cuadros. La exposición tuvo un gran éxito ya que no paró de entrar y salir gente en todo en día, incluidos algunos de los mejores críticos de arte.
Al acabar el día la galería cerró sus puertas, y cuando todos estaban listos para recoger sus cuadros, llegó el profesor y les dijo:
- Chicos no nos vamos a llevar los cuadros.
- ¿Por qué no? - Le preguntó Carina, una alumna.- Si son nuestros.
- Los directores me han preguntado si podríamos dejarlos dos semanas.- Le respondió.- Y yo le he dicho que sí. Aunque si alguno tiene inconveniente puede llevarse el suyo.

Ninguno de ellos recogió su cuadro ya que todos estuvieron de acuerdo en dejarlos en la exposición, de esta manera todos mostrarían su arte al mundo.

Unos días después volvieron a Sevilla.
- No me puedo creer que nos hayan pedido los cuadros. - Le dijo Sofía sorprendida a sus amigas.
- Pues sí, yo tampoco me lo esperaba.- Dijo Olga.
- Nuestra primera exposición y les ha encantado.- Añadió Marina riéndose.
- Ya ves.
- Ahora sí que somos artistas.

Sofía y sus compañeros hicieron las prácticas unos meses después. Acabadas estas prácticas se graduaron y la universidad les propuso a algunas de ellas unos contratos de trabajo.

- Chicos y chicas, la semana que viene empezarán las entrevistas para exponer en las galerías.- Les avisó el profesor.- Los que estéis interesados debéis entregarme vuestro currículum durante esta semana. Yo se los haré llegar y ya, os harán las entrevistas y a lo mejor os pedirán alguna obra más.
- ¿Las entrevistas serán en la universidad?- Preguntó Julián.
- Sí, yo os diré el horario porque no creo que sea en horas de clase.

-¿Lo vais a hacer?- Les preguntó Olga a Sofía y a Marina.
- Yo sí.- Respondió Sofía.- Pero no sé qué pintar.
- Yo también voy a presentarme,- respondió Marina,- aunque primero tenemos que pasar las entrevistas.
- Es verdad.

Marina y Sofía estuvieron repasando apuntes por si les preguntaban algo de historia o técnicas.
Se presentaron a las entrevistas, hicieron los exámenes del último cuatrimestre y se graduaron.

- ¡Al fin hemos terminado la carrera! - Dijo Sofía al terminar la graduación.
- Sí, ya somos artistas como dice Olga. - Añadió Marina.
Todas empezaron a reírse.
El decano las fue llamando una a una y les fue poniendo la beca a todos los alumnos, después de eso bajaron, estuvieron con sus familias y se fueron a cenar todos juntos con los profesores.

Al día siguiente Sofía quedó con Iker.
- Hola artista.- Le dijo Iker al verla.
- Hola. - Le respondió Sofía besándolo.
- ¿Qué vas a hacer ahora?
- No sé, buscar trabajo de esto.- Le respondió.- O buscar otra cosa y esperarme a que salgan oposiciones.
- Pero ¿a ti qué te gustaría?
- Que me cogieran como ilustradora en alguna imprenta.

Los días pasaron y Sofía siguió buscando trabajo y haciendo dibujos y bocetos.
Un día subió a casa y recogió el correo, había una carta para ella de la galería " Max Estrella " de Madrid. La abrió y la leyó:

    Señorita Sofía Gutiérrez Gómez, hemos podido contemplar su obra " El atardecer de otoño "  
    en la galería de arte contemporáneo " Birimbao " de Sevilla.

    Nos ha llamado mucho la atención su estilo y la combinación de colores utilizados, además
    de la temática elegida para el cuadro, ya que es algo que pocas veces se ve representado
    por su gran dificultad y su nivel de abstracción. 

   Por todo ello nos gustaría mucho conocerla a través de una entrevista personal en la propia 
   galería. Aquí le esperará la junta directiva y los patrocinadores de dicha galería.

   Nos complacería, también, que acudiera acompañada de algunas de sus obras para poder 
   contemplar más de su repertorio y así analizar mejor su estilo con el fin de comprobar si 
   sería de interés para nuestros visitantes habituales. 

   Además, de esta manera podremos saber si se centra en un estilo o temática o si es usted más
   divergente en cuanto a las técnicas, temáticas, gama de colores,...etc.

   Nos sería de gran utilidad que se pusiera en contacto con nosotros, ya sea por correspondencia
   o por llamada telefónica, tanto para confirmar la entrevista como para rechazarla.

                                                                               Le saluda atentamente,
                                                               Alberto de Juan, director de Max Estrella.

-¿Has oído eso mamá? - Le preguntó emocionada al terminar de leer la carta en voz alta.- ¡Quieren que exponga en Madrid!
- Y tu ¿qué quieres hacer? - Le preguntó su madre.
- Pues...sí, claro que sí.- Le respondió aún eufórica.- Pero no sé que exponer, no sé sobre qué pintar.-Dijo pensando.- Estoy en blanco.
- A ver, tendrás que darles una respuesta y ya ellos te dirán si quieren algo en concreto o si tienes que hacer lo que tu quieras.- Le explicó su madre.
- ¿Tu crees?
- A ver, déjame leerlo.- Le pidió su madre tendiendo la mano. Cogió la carta y la releyó en su interior.- Bueno, dicen que esperan tu respuesta, si quieres hacerlo ponte en contacto con ellos y ya ellos que te digan lo que quieren.- Le propuso su madre.-Y en base a lo que te pidan, ya decides. ¿No?
- Sí. Es una buena idea.- Respondió pensando.

Sofía e Iker quedaron esa misma tarde en casa de Iker.
- Hola mi pequeña.- Le dijo Iker besándola. La abrazó y Sofía la besó también.
- ¿Qué tal?
- Bien.
- Me han mandado una carta para exponer en Madrid.- Le dijo.
- Qué bien, ¿no?
- Sí.
- ¿Cuándo te vas?
- Aún tengo que mandarles una carta para responderles.- Le respondió.
- Querrás decir para confirmarlo, ¿no?
- Iker...yo quiero exponer...y no hablo solo de Madrid.- Le dijo sin saber cómo explicárselo.- Si me propusieran exponer en otra parte de España o del mundo...me gustaría decirles que sí. No sé si sabes a lo que me refiero.
- Sí, te entiendo.- Le respondió.- He pensado en eso. Yo...bueno, tu estás empezando y te van a salir muchas oportunidades, sería muy injusto que renunciaras a ellas porque te las mereces, y yo también tengo mi carrera...- Le explicó pensando en voz alta.- Si te vas no voy a poder seguirte...Yo te quiero mucho pero,...
- Nuestros caminos ya no son compatibles.- Dijo Sofía terminando la frase por él.
- Sí.
Sofía se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.
- Lo siento Iker, te deseo lo mejor.
- Lo mismo te digo,- le dijo él y le dio un beso en la mejilla.- Mucha suerte en Madrid, ya verás como después de eso te sale otra cosa...Acabarás en los libros de arte.- Le dijo riéndose.

Ella rió también y se despidieron.
Sofía le mandó una carta al director de la galería de Madrid.

     Estimado Alberto de Juan le escribo en respuesta de su carta.
     Me enorgullece saber que se han fijado en mi obra, y aún más el saber que desean
     exponer mis cuadros en su galería, ya que ésta goza de gran prestigio.

     Me gustaría mucho acudir a esa entrevista de la que habla en su misiva, y así mostrarle
     mis conocimientos sobre el mundo del arte, y por supuesto mis últimos cuadros.
     Creo que es una gran oportunidad la que me están brindando y me gustaría, también,
     que volvieran a ponerse en contacto conmigo para poder concertar la entrevista de la que 
     hablan en su misiva.

     Además, me gustaría comentar con ustedes los detalles sobre la exposición ya que no sé qué
     es lo que esperan de mí exactamente y no me gustaría decepcionarles.

     Les agradezco mucho la oportunidad que me han brindado.
     Espero noticias suyas.

                                                                                Le saluda cordialmente,
                                                                                  Sofía Gutiérrez Gómez

Sofía recibió otra misiva de Don Alberto de Juan en la que concertaba una cita con ella.
La reunión resultó satisfactoria para ambos y Sofía expuso en Madrid dos semanas después, con una colección completamente nueva.

Los siguientes años los pasó creando nuevas colecciones y exponiéndolas por toda España y algunos países de Europa.
Ocho años después, su éxito empezó a decaer, y finalmente, volvió a Sevilla, donde se estableció dando clases de pintura en un pequeño taller.

Iker y Sofía volvieron a encontrarse en Sevilla.
- ¿Iker?- Le preguntó Sofía acercándose a él.
- ¡Sofi!- Le dijo él.- Cuánto tiempo sin verte. ¿Cómo te va?
- Bien.
- Creía que seguías en Madrid.
- No, estuve exponiendo por España pero los últimos dos años la cosa empezó a decaer...- Le explicó.- Y volví, ahora estoy dando clases de pintura aquí.
- Qué bien.
- Y ¿tu qué?
- Papá mira como me tiro por el tobogán.- Le dijo una niña a Iker mientras se acercaba a él.
La niña se alejó.
- Tres años después conocí a una chica, Ana, y  hace dos años tuvimos a Alejandra.- Le explicó Iker.- Yo quería esperarte pero...Llegó Ana y volví a sentir algo y...La verdad es que no me arrepiento.
- No,- le dijo ella negando con la cabeza,- no contaba con que me esperaras. Además nosotros no nos dimos un tiempo, cortamos.- le recordó.- Cortamos de mutuo acuerdo, y han pasado muchos años.
- Sí.
- ¿Te va bien?- Le preguntó Sofía a él.
- Sí, estoy trabajando en un bufete de abogados.
- Eso suena genial.
- Sí, me va muy bien.
- Me alegro.- Le dijo ella sonriendo.- De verdad.

Sofía siguió su camino y siguieron en contacto.