Erin era una joven de veinticuatro años que había estudiado magisterio de primaria. Al no encontrar trabajo en su ciudad decidió buscarlo fuera, y acabó viviendo en Almería. Se mudó a un piso de alquiler y empezó a trabajar en un colegio en Mojácar.
- Tú te ocuparás de la tutoría de tercero. - Le dijo Nuria, la directora del centro, mientras le enseñaba el colegio.
- Aquí tienes una copia del horario. - Le dijo dándoselo.
- Gracias.
Erin fue conociendo a sus compañeros y a sus alumnos de clase, y se fue habituando al centro.
- ¿Te quedarás como funcionaria? - Le preguntó Javier, el profesor de arte.
- No, de momento estoy de interina, no creo que esté aquí el año que viene.
- No, yo soy de Lanzarote.
- Qué lejos.
- Un poco.- Le respondió riéndose.
Ese fin de semana Erin salió de copas con unas compañeras del trabajo. Pidieron unos gin-tonics, y se fueron a bailar.
- ¿En Lanzarote hay más fiesta que aquí?- Le preguntó Irene.
- Sí, bastante.- Le contestó.- La mayoría de la economía se debe al turismo, sobre todo al de fiesta.
- Y ¿tu eras de salir mucho por allí? - Le preguntó Susana.
- Los fines de semana, sí.
- Y ¿ligabas mucho?
Erin empezó a reírse.
- Qué va. - Le respondió.- ¿Vosotras tenéis pareja?
- Yo sí.- Le respondió Irene.- Llevamos dos años.
- Yo no.- Le dijo Susana.
- ¿Vamos a bailar?- Preguntó Erin terminándose su gin-tonic.
Irene asintió con la cabeza dando el último sorbo a su copa y fueron las tres a la pista a bailar.
Mientras bailaban se les acercó un camarero con tres gin-tonics.
- No hemos pedido nada.- Le dijo Susana extrañada.
- Lo sé, las invitan los chicos que hay en la barra.- Le contestó el camarero mirando hacia la barra.
- Ah,- le respondió Irene,- gracias. - Añadió mirando en la misma dirección.
El camarero se alejó y se quedaron las tres mirando a los chicos.
- No están mal.- Dijo Erin refiriéndose a los chicos.
- No, nada mal. - Añadió Susana.
- ¿Los saludamos o qué?
- Deberíamos.
Las chicas se terminaron la bebida y se acercaron a ellas.
- Hola.- Les dijo Susana.- Gracias por las bebidas.
- De nada.- Les dijo uno de ellos.
- ¿Cómo os llamáis?- Les preguntó Erin.
- Yo soy Ander, y éstos son Manu y Matías.
- Encantado. - Dijo Matías saludando a las chicas.
- Igualmente.
- ¿Y vosotras?- Les preguntó Matías.
- Yo soy Susana, y ellas son Erin e Irene.
- ¿Sois de aquí? - Les preguntó Manu.
- Sí. - Les respondió Irene.
- Bueno yo no, pero estoy viviendo aquí. - Les dijo Erin. - ¿Y vosotros?
- Sí.
- ¿Te quedarás mucho tiempo? - Le preguntó Ander.
- No, estoy de interina.
Al acabar la noche se dieron los teléfonos.
Erin y Ander estuvieron hablando por whatsapp varias semanas, y quedando en persona. Iban a pasear, a tomar algo,..
"¿quedamos esta tarde, interina?"- le envió Ander a Erin.
"¿después de las clases?"
"vale"
Esa tarde quedaron para ir a tomar café, Estuvieron hablando, se besaron,.. y acabaron tomando unas copas.
- ¿Os acordáis de los chicos del pub?- Les preguntó Erin a Irene y a Susana.
- ¿Los de los gin- tonics?- Preguntó Irene.
- Sí.- Le respondió Erin. - Llevo unas semanas hablando con Ander.
- ¿Y qué tal? - Preguntó Susana.
- Bien. Es simpático.
- ¿Simpático? ¿Te gusta o no?
- Sí, un poco.
- Es mono. - Dijo Irene.
- Sí, es muy guapo. - Reconoció Erin.
- Pero, ¿habéis llegado a quedar en persona? - Le preguntó Susana.
- Sí, hemos ido a tomar algo y pasear y eso.
- ¿Y qué tal?
- Bien. No sé, estamos a gusto juntos.
- ¿Pero sois pareja?
- Sí, más o menos. No sé. No lo veo como algo serio, pero estamos saliendo.
- Bueno, si estáis a gusto...
- Sí, eso sí.
El curso fue pasando hasta llegar a abril, y Erin y Ander pasaron a tener una relación formal. Salían juntos, se besaban, a veces Erin se quedaba a dormir en la casa de Ander (y viceversa),...
- ¿Te quedas a dormir esta noche, interina?- Le preguntó Ander a Erin besándole el hombro.
- Vale. ¿Trabajas mañana?
- No.
- Tengo que ir a por ropa a mi casa. - Le dijo levantándose de la cama. - Ahora vengo, ¿vale?
Ander asintió con la cabeza.
Erin se fue a su casa, cogió unos vaqueros, una camiseta, ropa interior y su cepillo de dientes, y volvió a casa de Ander.
- Hola interina. - La saludó Ander besándola, mientras ella sonreía.
- Hola.- Le dijo entrando a su casa.
- ¿Tienes hambre?
- Un poco.
- He hecho la cena.
- Voy a ducharme, ¿vale? Ahora voy.
Ander asintió con la cabeza y puso la mesa. Ambos cenaron y después de eso se acostaron en el sofá.
- Tu y yo, ¿qué somos?- Le preguntó Erin a Ander apoyando la cabeza en sus piernas.
- Lo que tu quieras. - Le respondió él acariciándole el pelo.
- No en serio. Nos acostamos, estamos juntos,...pero ¿somos pareja formal?
- Bueno... No sé. Es más como un rollo.
- Pero tu... ¿tienes sentimientos? - Le preguntó refiriéndose a si sentía algo por ella.
- No sé, eres más que una amiga pero...Amor, lo que es amor...
- No hay. - Dijo Erin terminando la frase por él.
- No. Lo siento.
- No, no lo sientas. Yo pienso lo mismo que tú.- Le respondió.- No estoy enamorada de ti. Hay una atracción, obviamente, pero no hay amor. Solo amistad.
- Exacto.
- ¿A ti te gusta como estamos?
- Sí.
- Pues ya está, no hay que darle más vueltas.
- Yo creo que sí.- Le dijo Ander.
- ¿Qué quieres decir? - Le preguntó un poco confusa.
- Que está acabando el curso, interina. - Le recordó.- Estamos a mediados de abril.- Erin tenía un contrato para ese curso, pero no sabía lo que pasaría el curso siguiente, ni dónde iba a estar. - ¿Qué va a pasar?
- No lo sé.- Le respondió. - Todavía no he pensado en eso.
- Me gustas mucho Erin.- Le reconoció.
- Pero no te has enamorado, ¿no?
- No, pero... No sé, eres diferente al resto de amigas que tengo.
- Ander... Me gustas mucho, y estoy muy a gusto contigo pero... No sé dónde voy a estar el año que viene y no quiero hacerte daño.
- Erin yo no te estoy pidiendo nada. Estoy a gusto así, y si tu estás cómoda ya está, no hay que darle más vueltas. - Le explicó.
- Vale.
- Cuando acabe el curso pensaremos, mientras, vamos a disfrutar el momento.- Le pidió abrazándola, y dándole besos.
- Vale. - Le dijo ella besándolo también. - Pues no me asustes hablando así. - Añadió ella riéndose mientras se besaban y le acariciaba las mejillas.
Erin se fue a finales de abril a vivir con Ander, hasta que llegaron las vacaciones de verano.
- Sabíamos que se iba a acabar.- Le dijo ella haciendo las maletas.
- Ya, pero no que sería tan intenso.- Le explicó Ander.
- Sí.- Le respondió ella, intentando no llorar, mientras se dirigía a la puerta. - Me tengo que ir, Ander. Lo siento mucho.
- Déjame que te acompañe a la estación al menos.
Erin asintió con la cabeza y ambos salieron de casa.
- Lo siento de verdad, me gustaría quedarme contigo pero no puedo.- Le dijo ella de camino a la estación.
- No pasa nada.- Le dijo él intentando no llorar. Respiró hondo y miró al cielo, mientras caminaban. - Es que no pensé que llegara a sentir esto por nadie.
- Lo sé, yo tampoco.- Le dijo ella.- Nunca había conocido a nadie como tu, y tampoco había hecho las cosas de esta manera. Me da mucha pena tener que irme, pero sin trabajo... No sé... Y lo nuestro tampoco es nada serio.
- No, la verdad es que no. Pero me gustaba mucho. - Le dijo.
- Hay que pensar en el futuro, Ander.
- Lo sé, y estoy de acuerdo contigo. Pero te voy a echar mucho de menos.
- Y yo a ti.- Le dijo.- Te quiero mucho Ander.- Añadió.
Se acercó a él y lo besó. Fue a separarse y Ander la abrazó y la besó. Ambos se besaron con los ojos cerrados mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- Te quiero. - Le susurró Ander. - Te voy a echar mucho de menos, interina.
- Y yo a ti. - Le dijo riendo. Se oyó una voz que anunciaba la salida del tren en el que se iba Erin - Me tengo que ir, ése es mi tren. Cuídate, ¿vale? - Le pidió.
- Vale. Tu también.
- Te quiero. - Le dijo ella. Se dieron el último beso y Erin se subió al tren.
- Adiós interina. - Se despidió Ander mientras ella se alejaba.- Te quiero.